Las pensiones: la crisis que vino (no que viene)

Estamos inmersos en la crisis, y no se ha hecho nada. A costa de otros rubros importantes de gasto (educación, salud, abatimiento de pobreza y sobre todo infraestructura pública) es como se ha ido sorteando esta crisis desde 2010.
22 Septiembre, 2022

Cada año, justo antes de que el Ejecutivo tenga que mandar el paquete económico, se escriben numerosas columnas acerca del monto que absorben las pensiones del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Este problema se ha identificado desde inicios de los 1990s.

Para solucionarlo se reformó en dos ocasiones el sistema de pensiones. El primer cambio se llevó a cabo en 1992, mientras que el segundo y más significativo se dio en 1997. Más aún, también se llevó a cabo diez años más tarde una para los trabajadores del estado (Ley ISSSTE). Las modificaciones apuntaron a contar con un sistema individualizado de pensiones, que sustituía el sistema de reparto.

Es decir, el problema de la viabilidad de las pensiones existe desde hace 30 años y fue identificado oportunamente por los economistas. Dicho esto, para que dichas reformas, sobre todo la del 1997, fueran aprobadas en el Congreso se decidió que aquellas personas que ya laboraban bajo la ley anterior (la de 1973, que era de reparto) podrían optar al momento del retiro por ese sistema. Y toda aquella persona que comenzara su vida laboral después del 1 de julio de 1997 iba a contar con un sistema de retiro de cuentas individualizadas, que es el que prevalece hoy día.

Infortunadamente, el sistema de 1997 que creó las AFORES no presenta perspectivas atractivas para los que ya trabajaban antes de la aprobación de esa reforma, debido a que los rendimientos y aportaciones no son lo suficientemente altos como para generar una pensión comparable con la anterior. Por ello, prácticamente todas las personas que ya laboraban formalmente antes de 1997, están y estarán optando por el sistema anterior. Y este es el elemento que más presiona las finanzas públicas.

Por supuesto que la pensión mínima garantizada bajo el régimen 1997 presiona algo las finanzas públicas, pero no es el grueso. En adición, la pensión universal, no-contributiva, que se introdujo en esta administración también lo hace. Y lo hará en mayor medida con el tiempo.

No obstante, reitero que la mayor presión proviene de los jubilados con la ley 1973 y aquellos del ISSSTE y sistemas estatales, en la que son los recursos presupuestarios los que las financian en mayor medida. Y con ello, han presionado las finanzas públicas. Esto hasta cierto punto era previsible.

Recuerdo allá por 1999 en un programa de televisión (Zona Abierta, que dirigía Aguilar Camín) al que fui invitado junto con Javier Beristain (QEPD) señalábamos ya el problema (aunque como no era evidente aún, la mayoría de los medios casi no lo trataban).

En otras palabras, el problema se pronosticó para darse a partir de los inicios de los 2000s e iba ir creciendo con el paso de los años. ¿Por cuánto tiempo? Bueno, pues eso implica una valuación actuarial. Afortunadamente el reputado actuario Francisco Aguirre Farías realizó el cálculo en el libro Pensiones… ¿y con qué?.

La gráfica de abajo la extraigo de su libro (que más tarde reprodujo el CEEY). Como ahí se observa, la línea más arriba representa el monto total (que proviene de la suma de los pasivos de la ley 1973, los del ISSSTE, Universidades públicas y sistemas de los trabajadores de los estados federados). El recurso se presenta como gasto sobre PEF.

Observe en la gráfica que desde 2010 la presión sobre el PEF es fuerte, y para 2023 (línea vertical añadida por un servidor) la presión es evidente. No obstante, nos encontramos hacia el final de esa crisis. De acuerdo a Francisco Aguirre, el pico se alcanzará alrededor de 2030; a partir de entonces la presión comenzará paulatinamente a mermar.

Basados en esta gráfica, estamos ya inmersos en la crisis, y no se ha hecho nada. A costa de otros rubros importantes de gasto (educación, salud, abatimiento de pobreza y sobre todo infraestructura pública) es como se ha ido sorteando esta crisis desde 2010.

Tal vez la relativa buena noticia es que la presión comenzará a ceder relativamente pronto (los que estemos bajo ley 1973, ya estamos empezando a fallecer). En suma, el tema de pensiones hay ya que empezar a matizarlo digamos en los siguientes 4 o 5 años. La siguiente administración, hay que decirlo, todavía lo sufrirá sensiblemente y habrá que hacer algo.

 

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".

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