Seguir a la Fed o desacoplarse, crece el debate en Banxico sobre incremento de tasa

La incertidumbre respecto a la tasa de interés terminal de la Reserva Federal, dificulta los argumentos para decidir, o no, separarse de las decisiones del banco central estadounidense.
27 Noviembre, 2022 Actualizado el 27 de Noviembre, a las 17:42
La subgobernadora Galia Borja dijo que de mejorar varias de las variables estudiadas por el Banxico, sería prudente desacoplarse de la Fed (Foto: SHCP)
La subgobernadora Galia Borja dijo que de mejorar varias de las variables estudiadas por el Banxico, sería prudente desacoplarse de la Fed. (Foto: SHCP)
Arena Pública

Las posibilidades de que el Banco de México (Banxico) decida desacoplar su ciclo de endurecimiento monetario del de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, crecieron desde la última decisión de política monetaria, el 10 de noviembre.

Según revelaron la minutas del emisor central mexicano, un posible desacople -aumentar o reducir el ritmo de alza de tasas- respecto a las alzas de la tasa de fondos federales de la Fed, está siendo evaluado por los miembros de la Junta de Gobierno, sin que aún se tenga un consenso respecto al tema. 

Desde que inició el ciclo de endurecimiento en los Estados Unidos, era ampliamente esperado que Banxico siguiera a la Fed en la misma magnitud de sus aumentos; sin embargo, el organismo mexicano afirmó desde ese entonces que no se trataba de un seguimiento “mecánico” sino que respondía a la sincronía entre varios de los fundamentos macroeconómicos entre los dos países. 

Hace un par de semanas, la subgobernadora del Banxico, Galia Borja, comentó en un foro organizado por Bloomberg, que la sincronización entre el ciclo monetario de México y Estados Unidos “es condicional al tipo de choques que enfrentamos, no es mecánica ni es un objetivo en sí mismo”.

A pregunta expresa de los periodistas presentes en el evento, la subgobernadora se reveló como uno de los miembros de la Junta de Gobierno que estaría a favor de un desacople, sin embargo, matizó que esto solo sería posible “si muchas variables mejoraran”. 

Uno de los elementos que el banco central observa con atención en la economía estadounidense es la evolución de la inflación, ya que debido al importante intercambio comercial entre ambos países los precios de los insumos importados -como por ejemplo el gas natural- constituyen importantes presiones externas en la formación de precios en México. Al respecto, las minutas destacan que las presiones se han reducido considerablemente. 

No obstante, la principal razón y vía por la cuál los precios en México pueden verse afectados por las decisiones monetarias en Estados Unidos es a través de la paridad cambiaria del peso-dólar, pues una depreciación de la moneda mexicana implica una alza en los precios de las importaciones, lo que termina impactando los costos productivos y en un momento final a los precios al consumidor. 

Para evitarlo, el Banxico ha mantenido un diferencial de tasas respecto a las de la Fed de 600 pb, con lo que los bonos mexicanos han logrado mantener su atractivo, evitando mayores salidas de capitales extranjeros que podrían debilitar la moneda, razón por la que uno de los miembros de la Junta señaló que “deberán seguir siendo el piso”. 

“Recalcó que dicho diferencial se justifica no por el comportamiento de los ciclos económicos de México y Estados Unidos, que no coinciden, sino por la sincronización de sus ciclos inflacionarios, caracterizados por una fuerte tendencia al alza del componente subyacente” agregó el mismo miembro de la Junta de Gobierno. 

No obstante, junto con Borja, el subgobernador Gerardo Esquivel también propuso el desacoplamiento de la Fed, pero incluso de manera más explícita y agresiva que lo planteado por su compañera en la Junta de Gobierno al proponer un aumento de solo 50 pb y no de 75 como recién habían decidido sus homólogos estadounidenses.

“Se argumenta que esto debe evitarse para prevenir inestabilidad cambiaria y financiera. Sin embargo, recientemente el peso mexicano se ha apreciado en forma importante contra el dólar y otras monedas. Ello brinda una oportunidad inmejorable para realizar el ajuste mencionado con un riesgo mínimo”, dijo Esquivel en la justificación de su voto disidente.

¿Y la Fed qué dice?

Uno de los elementos que Borja señaló y que abren la posibilidad de un desacople, es la magnitud del diferencial de tasas que es superior a los 400 puntos base de la crisis de 2008 y también mayor al promedio de 500 pb observado durante el ciclo monetario anterior.

Este diferencial se alcanzó a partir de haber iniciado el ciclo de alzas varios meses antes que la Reserva Federal, así como haberse sumado al ritmo que adoptó la FED. No obstante, rumbo a 2023 este ritmo y el fin del ciclo se han vuelto inciertos.

La tasa terminal de la Reserva Federal se estimó en 4.5% hasta septiembre, para después mantenerse en ese nivel durante todo 2023. Sin embargo, en meses recientes los temores de que la inflación sea más duradera y pueda ser presionada al alza por un mercado laboral fuerte e importantes alzas salariales en EU, han preocupado a los formuladores de política monetaria estadounidenses. 

Ante dicho panorama, varios miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) consideraron que reducir el ritmo de los incrementos a 50 pb en la próxima decisión de diciembre sería apropiado, pero advirtieron que la tasa terminal posiblemente llegaría a más de 5.0%.

Bajo dicho supuesto, desacoplarse de la Fed reduciría más el diferencial de tasas entre ambos organismo monetarios, de lo que se ha estimado; pues mientras la Fed seguiría subiendo la tasa, Banxico podría comenzar a alejarse de manera anticipada.

Esta perspectiva es defendida por Jonathan Heath, el subgobernador del Banxico más activo en el debate público, y quien se muestra partidario de que las decisiones monetarias aún se mantengan en sincronía con las de la Reserva Federal. "Es muy importante que en el corto plazo sigamos moviéndonos más o menos en línea con la Fed y buscar más adelante, pero ya cuando realmente veamos que está vencido este problema de inflación en ambos países, ya cada quien tomará decisiones que pudieran implicar un desacople”, dijo este miércoles en una participación en Banorte.

La última decisión del año de la Junta de Gobierno será el 15 de diciembre y, prácticamente, todos los economistas del sector privado prevén que el banco central incrementará su tasa en 50 pb, para llevarla a 10.50%, siguiendo al alza esperada de la Reserva Federal.