Factores internos ya estarían presionando alzas de precios en México

La incidencia de los llamados 'efectos de segundo orden' en las presiones inflacionarias ya está en el centro del debate entre los economistas, aunque aún no es tema de discusión en la Junta de Gobierno de Banxico.
18 Noviembre, 2022 Actualizado el 18 de Noviembre, a las 08:30
Las ventas en supermercados y tiendas departamentales siguen al alza pese al deterioro del poder adquisitivo (Foto: Gobierno de México)
Las ventas en supermercados y tiendas departamentales siguen al alza pese al deterioro del poder adquisitivo (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

Las fuertes alzas de precios en el último año y medio han minado los bolsillos de los consumidores mexicanos disminuyendo su capacidad de compra; sin embargo, el consumo total en México sigue incrementándose y ya algunos economistas creen que este fenómeno se ha convertido en una fuente adicional de presiones inflacionarias. 

En octubre, la Inflación subyacente -que mide el aumento en el precio de dos tercios de los bienes registrados por el Índice Nacional de Precios al Consumidor- creció 8.4% anual, su mayor incremento desde principios del siglo. El incremento ha sido de casi el doble para los precios de las mercancías alimenticias que vieron un crecimiento de 14.0% en los últimos 12 meses, obligando a las familias a consumir menos o a redirigir su gasto hacia productos de menor precio, como genéricos o productos a granel.

Y es que los salarios no han crecido a la par que la inflación, registrando retrocesos en términos reales en 16 de los últimos 19 meses, desde que en marzo de 2021 culminó el periodo más extenso en el que el poder adquisitivo de los trabajadores aumentó de manera constante. Los incrementos salariales ex-post -descontando la inflación- sólo han sido positivos en marzo, mayo y julio de este año cuando se incrementaron 0.97%, 0.55% y 1.19%, respectivamente, lo que podría resultar contradictorio con el incremento observado en el consumo total de las familias, de acuerdo con el Indicador Mensual del Consumo en el Mercado Interior.

Para los economistas esta aparente contradicción tiene una explicación. "La relativa solidez de los datos de consumo, a pesar de la erosión del poder adquisitivo debido a la creciente inflación, se encuentra en la sostenida mejoría en el mercado laboral", explicó Joel Virgen,  Director de Investigación y Estrategia para América Latina del banco de inversión canadiense TD Securities, desde Nueva York.

En los últimos dos años, el mercado ha logrado un incremento constante en la creación de empleo formal que se ha visto expresado tan solo en los históricos récords mensuales del último año. Lo anterior, explica Virgen, da como resultado una masa salarial -producto de salarios y empleo- que no se ha desplomado a la par del poder adquisitivo y que es congruente con un consumo que por el momento se sostiene, o dicho de otra manera, ha bajado el nivel de consumo de la población, pero ha crecido el número de consumidores. 

El aumento en el consumo, observado en buenos resultados para las empresas comerciales según la Encuesta Mensual de Empresas Comerciales como en el reporte de ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) -que ha registrado crecimientos a doble dígito en 7 de los 10 meses que van del año-, ha fortalecido la tesis sobre el origen inflacionario de la demanda. A lo anterior se suman datos positivos como el crecimiento del crédito al consumo -subió 6% real en septiembre-, la fuerte llegada de remesas que impacta el consumo en las regiones receptoras, o, incluso, la derrama de recursos públicos a través de los programas sociales.

Las buenas expectativas sobre estos resultados se ven reforzados con los datos económicos esperados para el último trimestre del año, que incluirán el efecto estacional del Buen Fin y, en general, el periodo de compras navideñas que -pese a la inflación histórica- podrían volver a sorprender al alza.

De acuerdo al Indicador Oportuno de la Actividad Económica, un estimado que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las actividades terciarias -que incluyen comercio y servicios- habría crecido 0.1% en octubre comparado con el mes anterior, después de un crecimiento mensual de 0.1% en septiembre. A tasa anual, el estimado de Inegi es de 5.6%, después del 5.2% de septiembre; cifras que publicó Inegi este viernes 18. Así, el consumo se ha convertido en pieza clave de la recuperación económica, ante la sorpresa de los observadores.

Demanda, sin ser la presión principal

Para algunos analistas, el Banco de México (Banxico) ha subestimado erróneamente el origen inflacionario de la demanda al señalar que sigue existiendo “holgura” económica, es decir, trabajo y capital disponible de ser empleado de manera productiva pero que permanece inactivo.

Virgen considera que existe evidencia que permite ser escéptico sobre esto porque "es razonable pensar que la capacidad de generación de avance económico sufrió una erosión que pudiera implicar menor holgura económica a nivel local y, por ende, un papel más relevante de la demanda interna en las presiones inflacionarias actuales". 

Una opinión similar tiene Javier Guzmán Calafell, exsubgobernador del Banxico, quien en un reciente artículo publicada en El Universal escribió, “si, como todo parece indicar, nuestro potencial de crecimiento ha disminuido, la capacidad de la oferta para hacer frente a presiones de demanda ha descendido [...] Para la política monetaria, esto podría implicar un periodo más prolongado para lograr la convergencia de la inflación a la meta” escribió el exsubgobernador. 

No obstante, el experto de TD Securities considera que los factores globales ligados a las restricciones logísticas, escasez de componentes y la guerra en Ucrania siguen siendo los factores explicativos más predominantes -todos del lado de la oferta- y los riesgos principales considerados por el Banxico en su comunicado de política monetaria del 11 de noviembre.

“Desde luego, y tras casi dos años de presiones alcistas, hoy las presiones inflacionarias han migrado (contaminado) de los bienes y servicios directamente afectados por la situación externa, a aquellos no directamente relacionados, vía diversos canales directos e indirectos (efectos de segunda ronda)”, matiza el economista de TD Securities. 

El debate sobre los resortes inflacionarios en el país está en auge y más aún cuando la inversión total -el otro componente de la demanda interna- se mantiene aún en niveles reducidos frente a 2018 y a pesar de que ha mostrado una leve mejoría en los últimos meses. Un reporte de los economistas de UBS, previo al último anuncio de política monetaria, dice que si bien existe una gran incertidumbre respecto a la inflación, especialmente la subyacente, “a juzgar por la inflación de los servicios, excluyendo la ligada a los precios de los alimentos y la energía, seguimos opinando que no existen presiones de precios importantes impulsadas por la demanda en México en la actualidad”.

La inflación de servicios, que suele ser de las últimas en ceder ante las presiones inflacionarias, se ha mantenido en un ritmo de crecimiento mucho menor al de otros rubros, y si bien, creció ligeramente por encima de sus ritmo histórico en los últimos meses, en la última publicación del INPC, dejaron de acelerar. 

Exista o no inflación por demanda en estos momentos, Guzmán Calafell añadió que, incluso cuando es probable que la economía mexicana se desacelere en los próximos meses lo que lleve a una nueva situación clara de holgura económica, el Banxico no puede perder de vista que debe revisarse de la manera “más precisa” la estimación de crecimiento potencial .

“No solamente para calibrar adecuadamente el manejo de sus instrumentos de política en el ciclo actual, sino para evitar sorpresas desagradables en el futuro. No debemos olvidar que cálculos erróneos de esta variable para algunas economías, como la estadounidense, han dado lugar a errores garrafales de política monetaria”, concluyó el exgobernador.

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