Banxico muy cerca de adoptar una postura neutral ¿cuáles son las implicaciones?

Al pasar de una postura restrictiva a una neutral con la inflación aún elevada, el Banco de México parece priorizar la debilidad económica y el equilibrio fiscal por encima de su mandato de estabilidad de precios.
10 Octubre, 2025
Emblema del Banco de México.
Emblema del Banco de México.

Con el recorte en la tasa de fondeo a 7.50% el pasado 25 de septiembre, la Junta de Gobierno del Banco de México se ubicó en el límite superior del intervalo de neutralidad monetaria, y todo indica que pronto adoptará una postura neutral. La restricción monetaria ya no existe, pese al reciente repunte inflacionario. La adopción de una postura neutral tiene implicaciones importantes en los próximos meses, tal vez años. 

La decisión de la Junta, en principio, contradice la definición teórica de la tasa neutral que el mismo Banco de México ha establecido[1]: “nivel de la tasa de interés real de corto plazo que se observaría si la economía estuviera en equilibrio, con la inflación igual a su objetivo y la actividad económica en su nivel potencial, en un contexto en el cual no hay choques económicos o su efecto se ha disipado por completo”.

En septiembre, la inflación anual se ubicó en 3.76%, dentro del rango objetivo de 3 por ciento más / menos un punto porcentual, pero relativamente lejos del objetivo puntual de 3%. La inflación subyacente, la cual refleja las expectativas de inflación de mediano plazo, se situó en 4.28%, fuera del rango objetivo. Se espera que este año la economía crezca alrededor de 0.5 por ciento y que en 2026 lo haga cerca de 1.3%, lejos de su “potencial” estimado en 1.8%, conforme las encuestas entre analistas. 

La tasa de interés neutral es una referencia obligada para la conducción de política monetaria, aunque se reconoce que este indicador no es directamente observable y está sujeto a un grado importante de incertidumbre, debido a que depende de factores estructurales, tales como la productividad, la composición demográfica, los patrones de ahorro e inversión y la aversión al riesgo, entre otros. De hecho, existen varios modelos para su estimación. El rango neutral que utiliza el Banco de México es el promedio simple de los resultados de estos modelos y se establece entre 1.8 y 3.6% en términos reales. 

El nivel actual de la tasa de interés real ex ante, esto es descontando la inflación estimada de los próximos doce meses, es 3.71%, pero es probable que hacia fines de este año se ubique alrededor de 3.2%, ya en terreno neutral; para fines de 2026, la tasa se ubicaría en 2.7%. 

Con una tasa de interés nominal de 5.50%, la postura monetaria sería expansiva. 

Al considerar que el objetivo de inflación es del 3%, la tasa nominal de interés neutral se ubicaría entre 4.8% y 6.6%. Las encuestas entre analistas más recientes anticipan una tasa de fondeo de 6.50% a fines de 2026.

¿Cuáles son las implicaciones a futuro?

Uno, la adopción de una postura monetaria neutral es el reconocimiento implícito que la inflación está bajo control y que el objetivo puntual de 3% se alcanzará más adelante, en el tercer trimestre de 2026, según los pronósticos del Banco de México. Esto es un desafío muy importante si se considera que la inflación subyacente, que es la que se ve impactada por la política monetaria y que participa con un poco más de 75% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, no ha podido disminuir de 4%, al menos en los últimos cuatro meses, lo que sugiere que la inflación general podría ubicarse en un nivel más cercano a 4, incluso ligeramente superior a ese nivel, que a 3% en el mediano plazo.

Dos, siendo que el Banco de México tiene un mandato único: mantener una inflación baja y estable, el abandonar una postura restrictiva y adoptar una postura neutral cuando la inflación todavía es elevada, incluso con tendencias alcista, da pie a pensar que la Junta está más preocupada por la debilidad económica que por la inflación, que está considerando, de manera implícita, estimular el crecimiento económico o ayudar a solventar el desequilibrio fiscal del país con menores tasas de interés. El riesgo en el mediano plazo es una inflación más alta con un crecimiento económico muy bajo.

Tres, si lo que se busca es estimular el crecimiento, habría que recurrir más bien a la política fiscal, vía aumento del gasto y/o recorte de impuestos. Los ajustes graduales en la tasa de interés tienen una contribución pequeña y no duradera en la actividad económica; se requiere un ajuste muy agresivo para que impacte en el sector real. 

Cuatro, la política monetaria es eficiente para el control de inflación, pero actúa con un rezago considerable, de varios meses. El impacto de lo que se está haciendo ahora sólo se verá más adelante. El descenso de la inflación observado en los últimos meses es consecuencia de la restricción monetaria, de las altas tasas de interés, de varios años atrás. Una mala calibración de la postura monetaria en la actualidad tendrá efectos en el futuro mediato.

Cinco, la credibilidad del Banco de México podría verse afectada si no se cumplen los pronósticos de inflación estimados. La Junta de Gobierno del Banco de México opera bajo un régimen de objetivos de inflación, los cuales se consideran metas intermedias para el cumplimiento de la meta final de una inflación de 3%, pero son comunes los ajustes a los pronósticos, frecuentemente al alza, lo que resulta inconsistente con el mandato único. Se espera que la meta se cumpla en el tercer trimestre de 2026, pero, dado el entorno, es probable que no ocurra.


[1] Ver: Banco de México, Actualización de la estimación de la tasa neutral en México, Informe Trimestral Abril – Junio 2024, Recuadro 7, pp. 101 – 104, agosto de 2024.

Víctor Ceja Víctor Ceja Economista independiente con más de 35 años de experiencia en el ámbito económico y bursátil. Especialista en análisis y planeación financiera y económica, planeación estratégica, análisis financiero empresarial y estudios sectoriales. Licenciado en Economía por la UAM, con estudios de posgrado en Economía en la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, y la Universidad de Cambridge, Inglaterra.