PISA y la movilidad social

En más de dos décadas, los conocimientos y habilidades de lectura cayeron 2%, el avance en matemáticas es de 3% y ningún avance en ciencias. La movilidad educativa ha sido casi nula.
13 Diciembre, 2023
Leticia Ramírez Amaya, secretaria de Educación Pública (Foto: Senado de la República)
Leticia Ramírez Amaya, secretaria de Educación Pública (Foto: Senado de la República)

En México, las nuevas generaciones han estancado su aprendizaje respecto al de sus padres en aspectos básicos.

Esto se deduce de la prueba PISA 2022 realizada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Los resultados muestran inercias del pasado y un claro efecto de la pandemia, pero también que algunas acciones clave para evitar el agravamiento de esta situación no fueron llevadas a cabo por este gobierno.

PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de los países de la OCDE. El programa mide la capacidad de los estudiantes de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida. Estas capacidades no sólo dependen del esfuerzo individual, sino primordialmente de las condiciones socioeconómicas de los alumnos y del funcionamiento del sistema educativo. 

En 2022 México tuvo un promedio en las pruebas de lectura, matemáticas y ciencias apenas 0.2% superior al del año 2000. Tras más de dos décadas, quienes al principio de siglo tenían 15 años y ahora tienen 37 observan que, en comparación a ellos, sus hijos tuvieron un 2% de descenso en los conocimientos y habilidades de lectura, un avance de 3% en matemáticas y ningún avance en ciencias. La movilidad educativa ha sido casi nula.

Al igual que hace 22 años, México se encuentra muy por debajo del promedio de la OECD en destrezas y comprensión escolares básicas. Además, desde 2009 los resultados de la prueba PISA vienen claramente en descenso en lectura y matemáticas, y prácticamente se han estancado desde el año 2000 en ciencias. Esto habla de que los problemas educativos trascienden los que corresponden a la presente administración.

Sin embargo, el presente gobierno ha presenciado la reversión de los pocos avances que en los últimos veinte años se habían dado. En América Latina, entre 2018 y 2022, México fue el país con la mayor caída en los resultados de ciencias y la segunda mayor caída en lectura y matemáticas. Sin duda la pandemia ha sido uno de los elementos determinantes de ello, pero este factor no agota la explicación del enorme retroceso.

El reporte sobre PISA en cuanto a matemáticas señala que los países que mejor pudieron resistir los embates de la pandemia (como Uruguay) e incluso lograron algunos avances respecto al promedio de los últimos diez años (como Perú, Colombia y, fuera de la región, Suecia) compartían como característica central el que los maestros hubieran proporcionado mayor apoyo a sus alumnos que lo observado en la década pasada.

En contraste, países que durante la pandemia se rezagaron respecto a sus logros de los últimos diez años sólo mantuvieron o disminuyeron el apoyo de maestros a alumnos respecto lo registrado la última década (como Argentina, Brasil, Costa Rica o Finlandia). En el caso de México, en 2022 la proporción de estudiantes que recibió apoyo se redujo un punto porcentual y el rendimiento en matemáticas cayó 4%.

Una de las recomendaciones más claras que se hizo al gobierno mexicano tras la pandemia fue implementar programas de tutorías para dar apoyo adicional a los alumnos que se rezagaron escolarmente, pero tal medida no fue implementada. Más aún, la propuesta de concentrarse en los aprendizajes básicos, como el español y las matemáticas, fueron hechas a un lado para poner en marcha una difusa y confusa ‘nueva escuela mexicana’.

No atender las secuelas de la pandemia significa que las desigualdades educativas se mantienen o eventualmente se amplían. Esto es clave pues una reciente investigación (Homlund y Nybom, 2023, Education and Mobility) muestra que el deficiente desempeño relativo de los estratos con mayor desventaja socioeconómica en la prueba PISA es un buen predictor de la persistencia de un bajo nivel educativo para las generaciones futuras.

De esta forma, la baja movilidad educativa de hoy inferida de la prueba PISA es augurio de una baja movilidad social para el futuro, y una advertencia para mejorar los elementos básicos del sistema educativo en vez de estar experimentando con ellos.

Rodolfo de la Torre Rodolfo de la Torre Actualmente es Director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Ha sido coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana, y Director de El Trimestre Económico, del Fondo de Cultura Económica (FCE). Fue parte del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México. Es economista por el ITAM, y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford.