¿Qué pasa si el gobierno federal toma la deuda de Pemex?

Pemex es una empresa del estado, con personalidad jurídica propia, y con la obligación de reportar sus estados financieros. La normatividad vigente le otorga la facultad de endeudarse, y con ello la posibilidad de emitir bonos.
El rendimiento de esos instrumentos de deuda los determina el mercado de acuerdo no solo a las condiciones de mercado, sino a su nivel de riesgo. Como se sabe, el riesgo puede provenir de distintas fuentes, desde el riesgo de mercado, el de crédito, el político, el cambiario, el de negocio y hasta el administrativo. Los mercados evalúan cada uno de ellos, frecuentemente con base en las calificaciones crediticias (de S&P, Moodys y Fitch).
Como se sabe, Pemex atraviesa desde hace por lo menos unos tres lustros por severos problemas financieros (y de gestión y operación) por lo que los inversionistas de bonos de Pemex le han demandado un rendimiento superior, reflejando un mayor riesgo. Así, las emisiones de Pemex arroja un rendimiento promedio de entre el 8.5 y 9%.
Esto ocasiona que el costo financiero de esa empresa del estado sea muy oneroso, pues adicionalmente presenta una deuda cercana a los 100 mil millones de dólares, a lo que se le agregan 20 mil millones de adeudos con proveedores. Esto la convierte en la empresa de energía más endeudada del mundo
Este 2025 tiene vencimientos de poco más de 6 mil mdd y para 2026 otros 9 mil mdd. Debe recordarse que para las grandes corporaciones con sanidad financiera y operativa, los vencimientos no necesariamente son un problema ya que normalmente se refinancia la deuda (el famoso rolling-over). Infortunadamente, para Pemex difícilmente esto es una opción dados los problemas por lo que atraviesa.
Por otra parte, debe decirse, es posible que el mercado no haya demandado todavía una mayor prima de riesgo actual debido a que el gobierno federal recientemente ha estado respaldándola, con transferencia de recursos. Sin el respaldo del gobierno federal muy seguramente dicha prima se elevaría aún más.
Una posible solución que se ha filtrado a los medios de comunicación es que el gobierno federal absorba, al menos en una parte significativa, la deuda de Pemex y la convierta en deuda soberana. La razón de ello es que a la deuda de gobierno federal se le demanda un rendimiento de tan solo 5%, es decir, 4 puntos porcentuales menos que el que se le requiere a Pemex.
De ser esto cierto, probablemente la SHCP se encuentre buscando la forma de darle la vuelta a la legislación, ya que, en principio, la normatividad vigente no lo permite. Es decir, la deuda de Pemex no es soberana. Como dicen los abogados, suponiendo sin conceder que lo logre, ¿qué implicaciones tiene esto sobre el ciudadano de a pie?
Desde el punto de vista de principios básicos de finanzas, cuando Pemex contrató esa deuda lo hizo porque el mercado espera que se repagaría con los recursos provenientes de la propia operación de la empresa del estado, esto es, con los ingresos generados por Pemex.
De absorberse parte de la deuda de Pemex por parte del gobierno federal, si bien el sector público reduce el costo financiero de la deuda de la petrolera por el menor rendimiento de papel soberano, los ciudadanos son los que terminan pagándola con sus impuestos, y no Pemex. Esto naturalmente compromete los recursos para financiar las obligaciones de gasto del gobierno federal (educación, salud, inversión pública, etc).
Más aún, de hacerlo, la SHCP y Pemex tendrían que dar a conocer un plan de negocios que convenza a la ciudadanía y a los mercados de que esa acción coadyuvará a solucionar el lastre que ya es la petrolera.
