Gasto público y Asociaciones Público-Privadas
Las campañas de las candidatas a la Presidencia han estado repletas de promesas que implican un mayor gasto público. Esas propuestas tendrán que financiarse de alguna manera, dado que ambas han declarado también que no harán una reforma fiscal. Peor aún, Xóchitl además promete menores ingreso públicos con la propuesta de no gravar ingresos de hasta 15 mil pesos.
Ya se ha escrito mucho de que será muy difícil fondearlas. Esta administración, la de AMLO, incrementó las transferencias sociales de manera abrupta. Esto lo financió por tres vías principalmente: Primero, haciendo uso de recursos de fideicomisos distintos, que incluyó el fondo de estabilización y FONDEN entre muchos otros; segundo, mediante una mayor eficiencia tributaria, acción que desde mi perspectiva fue acertada; y, tercero, mediante una redistribución del gasto (el último año de su gobierno está utilizando una cuarta fuente, a saber, el endeudamiento).
Quisiera señalar que el último elemento, el de cortar mucho gasto en distintas áreas para financiar transferencias, a nombre de una malentendida austeridad, causó un detrimento en la calidad de los servicios públicos. Cualquiera que haya viajado por alguna carretera federal, que haya tomado el metro, que haya tenido una enfermedad catastrófica o no, que haya comparado el aprendizaje de los niños, entre muchas cosas (hay oficinas públicas en las que la burocracia se coopera para comprar papel higiénico), se dará cuenta que el detrimento se debió a falta de recursos, los que fueron reasignados para financiar las transferencias sociales.
Si la siguiente administración quiere al menos recuperar el nivel de calidad de los servicios públicos anterior a la entrada de esta administración, tendrá que erogar muchos recursos. Es decir, la ganadora necesitará fondos monetarios no solo para cumplir las promesas hechas en campaña, sino también para recuperar mínimamente la calidad del quehacer público.
Y aun así ambas insisten que no propondrán una reforma fiscal. Como ejemplo, considere que la candidata Claudia Sheinbaum promete recursos adicionales a mujeres de 60 a 64 años (una manera de otorgar una pensión desde los 60 años a mujeres), becas para estudiantes de escuelas públicas, y encima de esto durante el debate presidencial prometió 18 mil kilómetros de vías férreas (creo que se equivocó con esa cifra, pues el tren maya tiene mil 500 kms y no se terminó, imagínese 18 mil kms (supongo que quiso decir mil 800 kms).
Así, el programa de infraestructura que plantea incluye no solo medios de transporte sino energía de calidad. Si se quiere cumplir mínimamente con lo planteado (sobre todo sin una reforma fiscal) será necesario volver a considerar las Asociaciones Público-Privadas. Actualmente se cuenta con una ley que la norma. En efecto, en el pasado hubo contratos mal diseñados y con cierta ventaja para algunas de las partes. Por ello, algunas de las APPs perdieron prestigio.
No obstante, el instrumento es fundamental para coadyuvar al desarrollo y bienestar compartido de México. Simplemente hay que adecuar la ley para tapar los huecos que se dejaron y diseñar los contratos claramente de manera que no haya lugar a dudas qué parte es la que conlleva el riesgo del proyecto, utilizar una metodología apropiada para la fijación de precio del servicio, y establecer claramente las cláusulas en caso de incumplimiento de contrato.
En adición, estas permitirán el aprovechamiento de la oportunidad por la relocalización de empresas. Debe enfatizarse que con una buena planeación y con un buen diseño de contrato, las APPs pueden contribuir al bienestar de la población, que no quepa la menor duda.