La Fed mueve ficha: inicia ciclo de baja de tasas
El día tan esperado llegó: la Reserva Federal de Estados Unidos redujo la tasa de interés. No fue una sorpresa, pues desde agosto los inversionistas descontaban al menos cuatro reducciones para 2024 (de 25 pb cada una), con solamente tres reuniones pendientes (contando la del 18 de septiembre). Lo que llamó la atención es la magnitud de la reducción, es decir, 50 pb en lugar de 25 pb.
El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) evaluó que la economía sigue avanzando a buen ritmo, aunque el desempleo aumentó ligeramente, manteniéndose en niveles bajos. Con respecto a la inflación, creen que se acercará al objetivo del 2%, pero advierten que las perspectivas son inciertas. En la tradicional rueda de prensa que sigue a la publicación de la decisión de política monetaria, el presidente del Fed, Jerome Powell, dijo que con esta decisión están tratando de recalibrar la política monetaria hacia un nivel más neutral. No obstante, aclaró que la magnitud del recorte no necesariamente se debe interpretar como que este será el nuevo ritmo de recortes.
En esta ocasión, también se publicó una revisión de las proyecciones de las principales variables macroeconómicas. El crecimiento del PIB en los próximos años se espera en alrededor de 2%, mientras que los estimados de desempleo resultaron ligeramente más altos que los presentados en junio. La buena noticia fue que estiman una convergencia más rápida de la inflación a su objetivo de 2% (medida por el deflactor subyacente del gasto de consumo), con la tasa terminando en 2.6% 2024, ligeramente por debajo del 2.8% que habían previsto en junio. En lo que se refiere a la tasa de referencia, la mediana de los miembros del FOMC consideran que la tasa para finales de este año debería estar en alrededor de 4.375%, lo que implica una reducción acumulada de 100 pb, incluyendo el movimiento reciente. Los estimados consideran que el ciclo de baja se extenderá hasta 2026, con una tasa de largo plazo de 2.875%.
Pareciera como que el Fed esté previendo un escenario de aterrizaje suave, con una ligera desaceleración de la actividad económica sin llegar a la recesión. Sin embargo, los datos de actividad económica no parecen estar apuntando en esa dirección. En 2T24 la economía en Estados Unidos se aceleró con una tasa de crecimiento de 3.4% trimestral anualizada. Para 3T24, aunque el modelo de nowcasting del Fed de Atlanta apunta a una ligera desaceleración a niveles de alrededor de 3%, esta tasa no es una señal que sugiera un mayor deterioro hacia delante.
En lo que toca al empleo, se ha visto un deterioro importante en los últimos meses con la tasa de desempleo en 4.2% en agosto, desde 3.7% a finales del año pasado, al tiempo en que el ritmo de creación de empleo ha venido cayendo. Varios analistas consideran que el mercado laboral en Estados Unidos todavía está distorsionado por los efectos de la pandemia entrando en una etapa de normalización, pero existe cierta incertidumbre respecto de la evolución hacia delante. Mientras tanto, la inflación ha seguido bajando para ubicarse en 2.5% en agosto, aunque todavía está por encima del objetivo de 2%.
La decisión del FOMC de septiembre parece que está tratando de hacer un manejo de riesgos. Recortar 50 pb para luego apuntar a recortes de menor magnitud alineó al FOMC con las perspectivas del mercado, que actualmente le están descontando otros 50 pb para lo que resta del año. Adicionalmente, muestra determinación para evitar una recesión, en un contexto en el que la situación del empleo es incierta. Finalmente, les da cierto margen de maniobra teniendo en cuenta que quedan dos reuniones en 2024 y la próxima empieza un día después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, cuyo resultado podría causar volatilidad en los mercados internacionales.
La decisión de la Reserva Federal de reducir la tasa en 50 pb marca el inicio de un ansiado ciclo de relajamiento monetario. Esta misma semana, el Banco de Inglaterra optó por mantener su tasa sin cambios, mientras que el Banco Central de Brasil sorprendió con una reducción de 50 pb, evidenciando una tendencia global hacia una flexibilización de las políticas monetarias en un intento por equilibrar el crecimiento y controlar la inflación.
En México, Banxico podría seguir este ejemplo el próximo 26 de septiembre. La decisión de la Fed allana el camino para que el banco central mexicano continúe con su propio ciclo de bajas de tasas. Ahora, el debate gira en torno a la magnitud de esos recortes: ¿optará Banxico por un enfoque más conservador de 25 pb, o será más agresivo con movimientos de 50 pb?
La sincronización de las decisiones de política monetaria entre los principales bancos centrales del mundo refleja una respuesta común a las complejidades económicas globales, pero también plantea riesgos. A medida que los mercados financieros globales reaccionan, Banxico enfrentará la presión de encontrar el equilibrio adecuado entre apoyar el crecimiento económico y mantener la estabilidad inflacionaria, en un contexto donde las elecciones en Estados Unidos pueden generar mayor volatilidad en los próximos meses.