Aún en la era post-pandemia, México se resiste al home office

Comparado con otros países de América Latina, México no se muestra convencido que el home office sea la forma de trabajo más conveniente.
26 Julio, 2021 Actualizado el 26 de Julio, a las 09:08
Si bien las condiciones parecen óptimas para el home office, esta forma de trabajo no ha echado raíces (Foto: Pexels))
Si bien las condiciones parecen óptimas para el home office, esta forma de trabajo no ha echado raíces (Foto: Pexels))
Arena Pública

Los trabajadores mexicanos están entre quienes se niegan a adoptar ampliamente el home office.

Empleados de países latinoamericanos como Brasil, Chile, Colombia, Perú y Argentina ya estaban más acostumbrados a trabajar fuera de la oficina, incluso antes de la pandemia, que la fuerza laboral mexicana.

Y si bien los trabajadores mexicanos parecen estar menos apegados a sus compañeros de trabajo, tienden a sufrir menos burnout que muchas naciones de América Latina laborando desde casa y tienen una buena productividad cuando están fuera de la oficina, no tienen tanto afecto por el home office como sus pares latinoamericanos, no se diga europeos o estadounidenses.

México también está entre los países de la región y del mundo que más rápido ha regresado a trabajar ante la crisis sanitaria. Y aunque parte de este fenómeno se podría explicar por las exigencias de las empresas, parece que también hay una cultura laboral arraigada entre los empleados del país que no está tan interesada en la flexibilidad que otorga el home office.

México frente a Latam en el trabajo desde casa

La firma de investigación Ipsos, a petición del Foro Económico Mundial (WEF), publicó recientemente la Encuesta Global de Regreso al Espacio de Trabajo 2021. Este reporte compila la percepción de trabajadores de todo el mundo ante el home office, sus expectativas para el regreso a las oficinas, y el rendimiento percibido de su trabajo en casa a lo largo de los últimos meses.

Frente a otras regiones, especialmente los países europeos y norteamericanos, México está definitivamente entre las naciones que menos afecto tienen por el home office. Pero incluso dentro de la región de América Latina, la República Mexicana no parece haber adoptado el trabajo desde casa con el mismo entusiasmo que el resto de las naciones.

Hoy en día, en pleno mundo post pandemia, solo el 45% de los trabajadores de México reportan trabajar desde casa o en un formato mixto. En el resto de la región, esta proporción es de más de la mitad, con países como Perú llegando a una tasa del 61%.

De hecho, comparado con la forma de trabajo previo a la crisis sanitaria, dos terceras partes de la población en México apuntan que no hay cambios con respecto a dónde están laborando ahora. Es la proporción más alta de América Latina, fuera de Brasil (que solo supera a México por un punto porcentual).

Los resultados son llamativos considerando que las capacidades, preferencias y habilidades de trabajo de los mexicanos parecen optimizadas para el home office. México es el país de América Latina, solo después de Perú, que es más productivo con formatos de trabajo flexible.

Asimismo, solo el 45% dice que extraña ver a sus compañeros de la oficina (el nivel más bajo de América Latina) y está en el rango medio de la región en temas como burnout y considerar el hogar como un lugar difícil para trabajar, problemas que le han quitado atractivo al home office en muchas otras regiones del mundo.

Parte de estos resultados se podrían explicar por una cultura corporativa que ha sido transmitida desde las empresas hacia sus colaboradores. Por ejemplo, cuatro de cada diez mexicanos cree que sus compañías lograrán ejecutar un regreso completo a la oficina en seis meses, de lejos el porcentaje más grande de América Latina con esta convicción. También tiene el porcentaje más bajo de personas que creen que la forma de trabajo jamás volverá a ser la misma.

No parecen tener opiniones particularmente favorables ante beneficios como la flexibilidad laboral, al punto que no renunciarían si hubiera un trabajo con igual remuneración y mayor libertad en los horarios. Pero el hecho que México es también el país de América Latina donde está el porcentaje más grande de personas que decidiría trabajar cinco de cinco días laborales en casa (40%) sugiere que esta desidia al home office no surge totalmente de los individuos.

Falta de apoyo

Otros estudios, producidos a lo largo de la crisis sanitaria, soportan la idea que las empresas (intencional o accidentalmente) han desincentivado la popularidad del home office con un bajo apoyo a sus colaboradores durante el periodo de trabajo remoto obligatorio.

Y es que la cantidad de personas que estaban interesadas en el home office y la flexibilidad de trabajar desde casa solía ser más alta. De acuerdo con un reporte de 2020 elaborado por IBM, más de la mitad de la población en México decía que quería seguir trabajando exclusivamente o frecuentemente desde sus hogares.

En paralelo, un estudio de Kantar publicado en agosto pasado, “Stay at Home Experience”, señala que al menos una quinta parte de la población de México se sentía poco apoyada por sus jefes para realizar su trabajo remoto eficazmente. Otro 19% deseaba que se pudiera mejorar la circulación de comunicación e información dentro de la empresa.

Lo anterior sugiere que la cultura corporativa de México presenta un rechazo inusual a las nuevas formas de trabajo, incluso para el contexto latinoamericano. Considerando que, usado estratégicamente, el home office ha probado ser una herramienta para aumentar la productividad en muchas industrias, el país podría estar perdiendo grandes oportunidades de crecimiento en el futuro.

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