Construcción “sobrevive” en el Norte con privados, mientras repunta obra pública en el Sur

La desigual distribución del presupuesto en obra pública limita el crecimiento de la región fronteriza, mientras en el Sur aumenta la dependencia del presupuesto público.
19 Diciembre, 2022 Actualizado el 19 de Diciembre, a las 13:38
Trabajadores en obra pública en Veracruz. (Foto: Gobierno de Veracruz)
Trabajadores en obra pública en Veracruz. (Foto: Gobierno de Veracruz)
Arena Pública

El norte y el sur del país están “reconstruyendo” sus economías con dos bases distintas, la inversión privada y la inversión pública. 

A dos años del quiebre económico de 2020, las regiones Norte, Centro Norte y Sur del país han logrado recuperarse por encima de su nivel previo , y aunque esta última lo ha hecho marginalmente, se encuentra muy por encima del Centro, la única región que sigue lejos de recuperarse, según el Reporte sobre las Economías Regionales Julio-Septiembre 2022 del Banco de México (Banxico).

Cada una ha presentado particularidades en su recuperación conforme sus históricos sectores económicos se han visto beneficiados de la reapertura comercial interna, como en el caso del tardío crecimiento del centro y sur, o el incremento de la demanda externa, en el caso de las regiones del norte. 

Pero la infraestructura económica previa no ha sido la única protagonista del crecimiento regional de los últimos meses, sino que otros sectores económicos están impulsando un nuevo tipo de crecimiento e incluso de desarrollo regional, con sus beneficios y sus riesgos. El ejemplo más claro es el de la construcción, el sector más afectado y rezagado de la pandemia, cuyo crecimiento es negativo en el centro-norte y centro, pero no así en las otras dos, donde el norte se ha sostenido a través de los privados y el sur a través de la obra pública. 

La importancia de la construcción en estas dos regiones no es menor. Se trata, además de un importante sector de la economía nacional, de un indicador de la salud económica de las regiones a futuro, pues mayor infraestructura incrementa el atractivo de la región para más inversiones privadas. 

Esta fue la intención del Gobierno Federal para haber concentrado el grueso de la inversión pública en esta región, pues además de los proyectos para las empresas del Estado, como la Refinería Olmeca o la construcción del Tren Maya, busca hacer crecer la inversión turística en el región peninsular mientras la modernización de vías férreas y la ampliación de vías carreteras como parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, atraer al sector industrial. 

El crecimiento de la construcción en dicha región no ha sido menor. Si bien manufactura y comercio también se han recuperado, la construcción ha sostenido por lejos el crecimiento de la región, pues comparado con su nivel previo a la pandemia, ha crecido 30%, siendo la única región en haberse recuperado dentro de este rubro. 

En el Norte, la construcción también ha tenido un desarrollo favorable en los últimos meses en comparación con el Centro Norte y Sur, donde la construcción no solo no se recupera sino que se encuentra cayendo en picada desde 2018. Incluso cuando el sector en el Norte aún no se ha recuperado por completo, estando -22.77% por debajo del nivel antes de la pandemia.

Pero aquí no ha sido la inversión pública la que ha sostenido la recuperación sino la privada, pues el importante dinamismo de la construcción industrial en ciudades como Monterrey, Ciudad Juárez y Tijuana, gracias al crecimiento al crecimiento del nearshoring en la región, ha beneficiado la edificación de nuevas naves industriales y bodegas. 


Gráfica: Banco de México

La brecha entre ambas regiones es enorme, dando cuenta de los opuestos modelos de desarrollo que están poniéndose en marcha en el Sur y en el Norte. Según los datos del Banxico, mientras en el norte el Índice Valor Real de la Producción en la Industria de la Construcción privada tiene un valor 94.09, en el sur este es solamente de 47.46 el más bajo de todas las regiones y que continúa cayendo. 

Por otro lado, el Índice para la construcción de obra pública alcanzó en el Sur un nivel de 218.63, 120% mayor que antes de la pandemia, en comparación del Norte que solo registra 46.03 puntos. 

 

Desigualdad en distribución de inversión pública, la principal limitante

El Reporte de Economías Regionales prevé que la construcción de grandes proyectos de infraestructura continúe apoyando a la actividad en el sur, mientras que el proceso de relocalización de empresas para proveer al mercado de América del Norte seguirá contribuyendo a la inversión en el norte y las regiones centrales, aunque podría reforzarse en el sur. 

Aunque a primera vista, la previsión de Banxico podría parecer una buena noticia, la novedad no está en el crecimiento, sino en la ampliación de la brecha ya no entre regiones, sino dentro de los componentes del sector construcción. 

Esto se debe a que si bien la construcción pública se encuentra en su mayor nivel desde hace casi 10 años, la región sur ha dependido históricamente de la obra pública para impulsar su economía. 

Históricamente, el valor de la construcción pública en el Sur se ha mantenido muy por encima de otras regiones, no así la privada que se ha mantenido por debajo. Sin embargo, desde de 2020, la construcción privada no ha logrado recuperarse y continúa cayendo.

Según señala el reporte, los directivos de la región consultados indicaron que los resultados negativos del índice privado se deben a una disminución en la venta de vivienda social por un incremento en sus precios de venta, así como una disminución en la demanda por proyectos industriales ante los incrementos observados en el costo del financiamiento

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) ha señalado además que detrás del rezago de la construcción privada se encuentra la decisión del Gobierno Federal de excluir de la construcción de las obras públicas a las empresas privadas, priorizando la utilización de las Fuerzas Armadas para estas labores.

Los que vivimos de construir la infraestructura del país, cada vez tenemos menos oportunidades de trabajo, menos oportunidades de participar y condiciones menos propicias para poder seguir colaborando en el crecimiento del país” comentó en un foro Francisco Solares, presidente nacional de la CMIC.

Esto no sólo ha impactado en el Sur, donde la dependencia estatal ha crecido, sino que de manera opuesta, la falta de inversión pública, la política energética del Gobierno en turno, así como la inseguridad, han limitado el nuevo desarrollo en el Norte y la recuperación en el Centro Norte. 

Si bien, se han realizado distintas obra pública como el avance en la construcción de la “Presa Libertad”, el inicio de obras del Acueducto “El Cuchillo II”,  la carretera Tam-Bajío, el puente internacional Brownsville-Matamoros, así como la ampliación del puente Reynosa-Pharr y la rehabilitación del libramiento de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, estas son por lejos mucho menores que las del Sur.

Y no parece haber señales de que esto cambiará, pues como señala el CMIC para 2023, el 61% del presupuesto en obra pública se concentrará sólo en Campeche y Tabasco.

“Es bueno que se esté atendiendo el rezago que hay en el sureste del país, pero se necesita una mejor distribución” criticó el presidente de la CMIC. 

Por funciones, la distribución es aún más desigual, pues el 78 % del total en 2023 se irá a Energía y Combustibles -con lo que principalmente se beneficia a Pemex y la CFE-  mientras solo 16.9%, está dirigida a Transportes y Comunicaciones, uno de los principales rubros impulsores para una mayor inversión privada.

“Para enfrentar los retos se requiere fomentar la inversión privada y reforzar fuentes internas de crecimiento; fortalecer el estado de derecho y la seguridad pública; proyectos de infraestructura que mejoren la conectividad y que faciliten el acceso a fuentes de energía” señaló en un tweet Julio Santaella, expresidente del Inegi.