Caen 0.2% ventas al menudeo en marzo y traza una ruta descendente
Las ventas al menudeo cayeron 0.2% en marzo respecto de febrero informó esta mañana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las vicisitudes de las ventas minoristas dejan ver el estado de la economía de las familias a través de su variable más importante: el consumo que -por sí solo- representa el 65.59% del PIB. Si bien la encuesta sobre la confianza del consumidor creció de manera sorprendente alcanzando niveles récord -con un salto de 29.6% en abril comparado con el mismo periodo del año anterior- el gasto de los consumidores cuenta otra historia.
En términos reales y con datos ajustados por estacionalidad, los ingresos por ventas al por menor de bienes y servicios de los establecimientos comerciales cayeron 0.2% en marzo respecto de febrero, después de que crecieron 1.1% y 1.3% intermensual en febrero y enero, respectivamente. Con todo, las ventas al menudeo trazó una ruta irregular en su andar durante 2018.
Si se miden las ventas al menudeo de marzo de este año respecto de marzo del año pasado, el crecimiento es de apenas 0.7%, una tasa de crecimiento en descenso que, como el resto de la economía, ya muestra la caída en la demanda. Aunque comparado este primer trimestre con el del año anterior, el crecimiento es de 1.3%, como lo hace notar Julio Santaella, presidente de Inegi, en un tuit que publicó esta mañana.
#EMEC a pesar de su disminución en marzo (-0.2% m/m) las ventas al menudeo de las Empresas Comerciales mantienen su tendencia ascendente: suben en promedio 1.3% a/a en el primer trimestre de 2019. pic.twitter.com/gL7eloOdG8
— Julio A. Santaella (@SantaellaJulio) 22 de mayo de 2019
Los datos de los últimos años muestran que las ventas minoristas han mostrado una tasa de crecimiento a la baja. Mientras que en 2015 y 2016 las ventas al por menor crecieron 4.97% y 5.20%, respectivamente; en 2017 y 2018 cayeron en 1.24% y 0.09%. Para 2019 las expectativas no parecen muy favorables.
Algunos analistas han advertido que en el corto plazo se observa un declive moderado de la dinámica económica, producto de riesgos exógenos y endógenos. Los mercados se encuentran nerviosos por el animo proteccionista de Estados Unidos, principal socio de México, mientras que la confianza del inversor se encuentra mermada por la percepción de mayores riesgos.