Banxico sube a 4.25% la tasa de referencia ante la permanencia de un alta inflación

Con una decisión dividida que sorprendió al mercado, la Junta de Gobierno busca frenar las expectativas sobre la inflación general y subyacente.
24 Junio, 2021 Actualizado el 25 de Junio, a las 08:11
Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.
Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.
Arena Pública

El alza de los precios se niega a irse y el Banco de México (Banxico) no tuvo más que incrementar precauciones.

Durante la primera quincena de junio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento interanual de 6.02%, su mayor nivel desde abril pasado alcanzando un pico para una quincena similar desde 2012. En respuesta, el banco central subió su tasa de interés interbancaria en 0.25 puntos, su primer incremento desde diciembre del 2018.

El nuevo incremento en los precios tomó por sorpresa a los analistas del mercado. Incluso las propias autoridades de Banxico esperaban, hace no mucho, que el pico inflacionario -motivado principalmente por efecto de la baja base de comparación con la contracción pandémica- fuera en abril al que luego seguiría un proceso de mayor estabilización de los precios.

Pero el aumento en la inflación general en la primera quincena de junio hizo retroceder por completo el avance de las dos quincenas previas, cuando el INPC se colocó en 5.89%, lo que se interpretaba como la desaceleración pronosticada con miras a mantener una tendencia a la baja durante los próximos meses.

A nivel quincenal, el INPC creció 0.35% lo que superó ampliamente el pronóstico de 0.20% de los analistas consultados por Citibanamex en su última encuesta del 22 de junio.

El nuevo incremento de la tasa de referencia constituyó una segunda sorpresa, pues a pesar de la permanencia de la inflación los pronósticos sobre la siguiente subida de tasas no eran homogéneos en la fecha en la que está vendría,  la mayoría de los analistas apuntaba a que se daría después del tercer trimestre ante la resistencia de la mayoría de miembros de la Junta de Gobierno.

En su comunicado, el banco central identificó una mayoría de riesgos al alza: presiones inflacionarias externas, presiones de costos o reasignaciones de gasto, persistencia en la inflación subyacente, depreciación cambiaria y que la sequía presione a los precios agropecuarios.

Por otro lado, los riesgos a la baja identificados fueron aquellos por los efectos de la brecha negativa del producto, mayores medidas de distanciamiento social y una mayor apreciación cambiaria.

El subgobernador del Banxico, Jonathan Heath explicó que el cambio en la política monetaria se debió a que las condiciones económicas presentes también cambiaron con respecto al 2020.

“Así de fácil: no es la misma postura monetaria que se necesitaba el año pasado cuando la economía se desplomó 8.5% y la inflación terminó muy cerca de su objetivo en 3.15%, que la que se necesita ahora con crecimiento de 6% o más y una inflación doble de su meta”

Demanda por apertura sigue sin cubrirse

Durante los últimos meses la inflación subyacente, también conocida como básica, no ha dejado de crecer y en la primera quincena de junio se incrementó 0.35%, impulsada principalmente por el precio de las mercancías no alimenticias que crecieron 5.94% a tasa anul. El subgobernador Jonathan Heath mostró en su cuenta de Twitter la preocupación por "la persistencia de la inflación subyacente", recordando que "éste es un indicador de tendencia de mediano plazo".  

La preocupación se centra en que, a pesar de que el efecto base se está desvaneciendo, permanence la tendencia alcista de los precios movida por una recuperación del consumo y una producción incapaz de satisfacerla creando choques de oferta y demanda.

“Exceso de demanda en 2T. Cuando la producción nacional no alcanza a satisfacer a la absorción interna, el exceso de demanda se acomoda en precios e importaciones. La transitoriedad de la inflación depende del actuar del Banxico”, comentó en su cuenta de Twitter, Alfredo Coutiño, economista en jefe para América Latina de Moody 's Analytics.

En el caso de los alimentos, la llegada de las lluvias en el territorio nacional están comenzando a dejar atrás la sequía, pero los efectos continúan visibles con un incremento de 0.77% en el precio de frutas y verduras.

Sin embargo, la tendencia internacional de altos precios de las materias primas -principalmente metales- continúa presionando al alza las mercancías no alimenticias lo que el Banxico reconoció como el principal riesgo al alza para los precios.

Así mismo, la recuperación mundial del comercio y la movilidad mantienen alta demanda y altos costos de los energéticos que han mantenido al barril de crudo cotizando por encima de los 60 dólares, por lo que productos como el Gas LP (+1.62%) y la electricidad (+0.92%) subieron de precio, presionados también por un mayor consumo energético motivado por el uso de aparatos de aire acondicionado debido a las altas temperaturas del verano. 

Mensaje hawkish desde la Fed

La permanencia de la inflación no es un fenómeno exclusivo de México, sino que está afectando a varios países, como Estados Unidos donde en mayo llegó a 5% a tasa anual, su mayor nivel desde 2008.

De acuerdo con la  postura del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y con un menor optimismo, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic y la gobernadora Michelle Bowman dijeron que si bien el aumento de la inflación sería temporal, esta podría durar más tiempo del inicialmente esperado.

Los cambios al interior de la postura de la Fed son claros desde la última proyección del organismo central, cuando adelantó que si bien mantendrá sus objetivos límites para este año, en 2023 podría haber dos incrementos a la tasa.

El mensaje de la Fed fue interpretado por los analistas como un cambio más hawkish que no solo impactó en los mercados financieros, sino que llegó hasta las puertas del Banxico en forma de una depreciación de 5% del peso mexicano.

Aún con la presión de la Fed y el continuo comportamiento al alza de los precios, la más reciente decisión de la Junta de Gobierno fue dividida, pues dos de los cinco miembros votaron a favor de mantener en 4.00% la tasa de interés. Una postura que aún deja ver la incertidumbre en torno a la duración de la temporalidad en el alza de los precios.