Fracasa el modelo de proveedores nacionales en exportaciones electrónicas
México es el segundo exportador global de televisores de pantalla plana y el tercero de computadoras. Una docena de empresas transnacionales como LG y Samsung producen 20 millones de televisores anualmente en estados como Baja California, Tamaulipas y Jalisco.
Sin embargo, el fracaso de la iniciativa pública y privada por generar proveedores locales de componentes electrónicos y equipos de alta tecnología que demanda la industria, han convertido a México en un país maquilador de bajo valor agregado local.
Al ser una economía ensambladora, se desperdicia un potencial enorme para la generación de empleos y apertura de empresas que podrían traer consigo la fuerte actividad exportadora.
La industria electrónica importa alrededor de 97% de los componentes electrónicos y equipos de alta tecnología que requiere, principalmente de China, Hong Kong (China), Malasia y Corea.
Tan solo en 2017, la importación de estos componentes generó un déficit de 20 mil millones de dólares, de acuerdo con el análisis a la Inversión Extranjera Directa elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en 2018.
Sin suficientes proveedores locales, la industria electrónica mexicana no es más que una ensambladora de bienes de consumo final y piezas que sirven de insumo para otros segmentos de la cadena productiva fuera del país.
Desde hace 40 años, México agrega poco valor a exportaciones electrónicas
El sector lleva cuatro décadas estancado en el ensamblaje, desde la década de los 70, cuando México creó un modelo de industria basado en la importación temporal de insumos para su transformación o ensamblaje y posterior exportación como productos terminados.
Después en los 90, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte brindó acceso preferencial a la importación de partes y componentes a precios competitivos, pero sin avanzar hacia el desarrollo tecnológico o la innovación en la industria electrónica.
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La mayoría de las transnacionales de la industria electrónica instaladas en México dejaron al país fuera de las actividades de investigación, desarrollo y diseño de nuevos productos, limitando sus posibilidades para cerrar brechas con economías más avanzadas, asegura la Cepal.
Actualmente, el valor agregado de exportación de la potente industria electrónica es extremadamente bajo. En la producción de computadoras es de 2.2% y de 1% en equipos de comunicación; en contraste, el de la producción de vehículos es de 22.8% de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Investigación y Desarrollo, la clave para fortalecer cadenas productivas
“Es urgente” y fundamental para asegurar la sobrevivencia de la industria manufacturera que el país incorpore a empresas locales de diversos tamaños en la cadena global y fortalezca sus capacidades para involucrarse en actividades complejas más allá del ensamblaje, advierte el organismo regional.
A pesar de que los intentos de la Secretaría de Economía y ProMéxico por desarrollar proveedores locales no han tenido mucho éxito. A nivel estatal existen algunas experiencias que la Cepal cataloga de interesantes.
En Baja California, la reciente aprobación de la Ley de Fomento a la Proveeduría estableció incentivos a la industria manufacturera para integrar a empresas mexicanas en las cadenas productivas de todos los sectores, incluido el electrónico.
En Jalisco, el programa Cadena Productiva de la Industria Electrónica (Cadelec) cumplió dos décadas. Se trata de un centro de asistencia que gestiona fondos institucionales y mecanismos de promoción de inversiones para integrar a proveedores locales a las cadenas globales, pero actualmente está en un proceso de reformulación.
No obstante el poco éxito, la Cepal insiste en que las instituciones son clave para lograr que las empresas de menor tamaño puedan cumplir progresivamente con los estrictos estándares de calidad exigidos por la industria electrónica vinculada a las cadenas globales.
Para ello se requiere de instituciones públicas con roles y responsabilidades nítidamente definidas, que eviten superposición de facultades y fricciones, así como recursos financieros y humanos acordes a los objetivos planteados.
Hasta hoy, la arquitectura institucional débil y poco articulada, con bajo presupuesto, la falta de continuidad en las políticas públicas y la limitada capacidad de liderazgo han contribuido a perpetuar las economías de enclave separadas del resto de la base productiva, señala la Cepal.
En México la producción del sector electrónico supera los 77 mil 500 millones de dólares anuales, con una aportación de 5.3% al PIB manufacturero y 1.5% al nacional con datos de ProMéxico.
MÁS INFORMACIÓN: La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, Cepal, 2018.