Las emociones expresadas por los moribundos son inesperadamente positivas

26 Junio, 2017 Actualizado el 26 de Junio, a las 15:12
el estudio analizó las últimas palabras de enfermos terminales y presos condenados a muerte.
Arena Pública

El miedo a la muerte es un sentimiento fundamental de la experiencia de cualquier ser humano. Le tenemos mucho miedo a la posibilidad del sufrimiento y de sentir dolor, y nos preocupamos de que tengamos que enfrentar el final, completamente solos.

Aunque pensar en morir puede causar angustia, nuevas investigaciones han sugerido que las experiencias emocionales reales de los moribundos son más positivas de lo que, el común de la gente espera.

Los resultados que te comentaremos a continuación, fueron publicados en Psychological Science, una revista de la Asociación de Ciencias Psicológicas.

"Cuando imaginamos nuestras emociones cuando nos acercamos a la muerte, pensamos principalmente en la tristeza y el terror", dice el psicológico Kurt Gray de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Pero lo cierto es que el momento de morir es menos triste y aterrador, y más feliz de lo que te puedes imaginar.

Esta investigación, que examinó los escritos de enfermos terminales y presos en el corredor de la muerte, sugiere que nos centramos excesivamente en las emociones negativas causadas por la muerte, sin tomar en consideración el espectro más amplio de la vida cotidiana.

"Los seres humanos son increíblemente adaptables -tanto física como emocionalmente- y nos dedicamos a nuestra vida cotidiana, ya sea que nos morimos o no", explica Gray. "En nuestra imaginación, morir es solo y sin sentido, pero los escritos finales de los pacientes terminales y las últimas palabras de los presos condenados a muerte están llenos de amor, conexión social y significado".

Las emociones positivas que vienen con este tipo de creación de significado fueron expuestas de forma exquisita en una columna titulada Modern Love, escrita por la aclamada escritora de libros infantiles, Amy Krouse Rosenthal, quien murió de cáncer de ovario a sólo 10 días de que su columna fuera publicada en The New York Times.

En dicha oportunidad, Rosenthal escribió con profundo amor y humor sobre un tema que es muy complejo: encontrar una nueva pareja para que se casara con su marido después de su muerte.

"La columna era tan conmovedora porque era tan positiva, tan llena de amor y esperanza", dice Gray. "Aunque tal positividad parece rara en alguien que se encuentra tan cerca de la muerte, nuestro trabajo muestra que, en realidad, es realmente bastante típico".

Gray, junto a su estudiante de posgrado Amelia Goranson y sus co-autores Ryan Ritter, Adam Waytz y Michael Norton comenzaron a meditar sobre la experiencia emocional de morir, cuando se encontraron con las últimas palabras de los condenados a muerte en Texas. Estas palabras fueron recopiladas por el Departamento del Estado de Justicia.

Sorprendidos por lo optimistas que eran dichas declaraciones, les cupo la siguiente pregunta: si nuestros sentimientos sobre la muerte y el moribundo podían estar empañadas por nuestra tendencia a evitar a toda costa las experiencias negativas.

En su primer estudio, Gray y sus colegas se dieron a la ardua tarea de analizar el contenido emocional de textos escritos en blogs, de pacientes con enfermedades terminales como cáncer o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Para ser considerados en el estudio, los blogs debían tener al menos 10 textos y estos debían ser de, al menos, 3 meses de antigüedad. Además, era necesario que el autor hubiese fallecido en el transcurso del proceso de escritura.

Para tener un eje comparativo, los investigadores le pidieron a un grupo de participantes en línea, que imaginaran que habían sido diagnosticados con cáncer terminal y que escribieran en un blog, como si realmente tuvieran unos pocos meses de vida.

Gracias a diversos recursos, los investigadores analizaron los mensajes reales, en comparación con los imaginarios, poniendo mayor énfasis en aquellos que contenían palabras que describían emociones negativas y positivas, como "miedo", "terror", "ansiedad", " felicidad y amor."

Los resultados fueron reveladores: los mensajes de blog de individuos que estaban enfermos terminales incluyeron palabras mucho más positivas y menos palabras que hacían alusión a sentimientos negativos, que los mensajes escritos por participantes que simplemente se imaginaban que estaban muriendo.

Sorpresivamente, los investigadores también encontraron que el uso de palabras de emoción positiva aumentó a medida que se acercaban a la muerte, mientras que el uso de palabras de emoción negativas no lo hizo

En un segundo estudio, los científicos llevaron a cabo análisis similares, pero comparando las últimas palabras de los presos condenados a muerte y las últimas palabras imaginadas de otro grupo de participantes en línea.

Nuevamente, encontraron que las palabras de aquellos que estaban realmente cerca de la muerte, eran menos negativas y más positivas en comparación con quienes sólo imaginaron esta situación límite.

En ambos grupos de personas que realmente estaban próximas al fin de sus vidas, los discursos estaban centrados en cosas que los ayudaban a dar sentido al camino recorrido, incluyendo la religión y la familia, sugiriendo que tales cosas podrían ayudar a aplacar la ansiedad por la proximidad de la muerte.

Gray y sus coautores reconocen que los hallazgos pueden no ser aplicables a todas las personas que se acercan a la muerte. Por el momento, no se ha estudiado si las personas que enfrentan una gran incertidumbre, los que mueren en un accidente o los que mueren de vejez, sienten emociones similares cerca del final de la vida.

 

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