Esfuerzos anticorrupción tienen en la mira al blanco equivocado, revela estudio

Los jóvenes deberían ser el foco de atención para disminuir la corrupción nacional en el futuro, señala un estudio realizado por investigadores de Yale y la Universidad de Nottingham publicado en la revista Nature.
5 Abril, 2017 Actualizado el 5 de Abril, a las 16:57
Los participantes de países altos índices de corrupción como Georgia, Tanzania, Guatemala y Kenia tendieron a reclamar más dinero, que aquellos de Holanda, Suecia y Alemania.
Los participantes de países altos índices de corrupción como Georgia, Tanzania, Guatemala y Kenia tendieron a reclamar más dinero, que aquellos de Holanda, Suecia y Alemania.
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Las generaciones jóvenes -y no las instituciones- deberían ser el foco de atención de los esfuerzos anticorrupcción, señaló el economista conductual Jonathan Schulz de la universidad de Yale.

Decir mentiras, dar sobornos al policía o desviar fondos son actitudes aprendidas que con el tiempo se hicieron comunes.

Las personas que viven en países con altos índices de corrupción tienden a aceptar en mayor medida los actos de deshonestidad, reveló un estudio que puso a prueba a 2,568 jóvenes de 21 años, ciudadanos de 23 países diferentes.

En la investigación se pidió a los jóvenes tirar un dado dos veces y reportar el primer resultado, dependiendo del número los profesores les darían una cantidad equivalente de dinero, si el resultado era seis no les darían nada.

Al no ser vigilados, el promedio de dinero que se entregaría entre los participantes sería de 2.5 dólares si todos eran honestos, de lo contrario serían 5.

Los participantes de países como Georgia, Tanzania, Guatemala y Kenia con altos índices de violaciones a la ley, reclamaron más dinero, que aquellos provenientes de Austria, Reino Unido, Holanda, Suecia y Alemania.

Encontrarse en un ambiente donde la corrupción es común, flexibiliza los parámetros de los ciudadanos sobre lo que es aceptable y lo que no, reveló el estudio publicado en la revista científica Nature.

Una pequeña mordida para acelerar un trámite parece ser un daño menor, si se compara con la creación de empresas fantasma.  

Los ciudadanos mayores ya están moldeados por normas que permiten la deshonestidad, buscar que sean ellos mismos los que ataquen la corrupción es complicado, comentan los investigadores.

 

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Las instituciones dependen de personas, si los jóvenes aprenden a ser menos flexibles con estos actos, los países con más problemas podrían disminuir su índice de corrupción, “tomará un largo tiempo, pero creemos que vale la pena” concluyen Schulz y Simon Gächter.

Anualmente se estima que el costo global tan sólo por soborno va de 1.5 a 2 billones de dólares, equivalente al 2% del Producto Interno Bruto mundial, según datos del Fondo Monetario Internacional.

La interrupción de políticas públicas, crecimiento económico y acumulación de capital humano son algunas consecuencias que trae consigo la corrupción.

 

MÁS INFORMACIÓN: Corrupción nacional genera deshonestidad personal, Revista Científico Americano, marzo de 2017, (en inglés).

MÁS INFORMACIÓN: Corrupción: costos y estrategias de mitigación, Fondo Monetario Internacional, mayor de 2016, (versión en inglés). 

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