Querétaro buscar ser el nuevo gran hub de data centers, pero urgen estrategias de sostenibilidad
Desde hace un par de años, los titulares han acaparado la llegada de cada vez más centros de datos en nuestro país. Abundan las noticias del albergamiento de inversiones importantes en territorio mexicano como un destino próspero para el desarrollo de regiones en la nube. La mayoría tiene algo en particular: Querétaro.
A pesar de que América Latina ha emergido como una región clave en este panorama tecnológico de manera acelerada, el estado de Querétaro ha surgido como un líder en la construcción de data centers. Con el respaldo de inversores sustanciales y el reconocimiento de la industria, se ha ganado el título del nuevo “hub” de data centers en América Latina.
Querétaro se distingue por ser el estado mexicano con la mayor capacidad instalada en megawatts (MW) para centros de datos, con un total de 115 MW en operación y 45 MW de absorción en el primer semestre de 2023, de acuerdo con la consultora Cushman & Wakefield. Asimismo, el estado cuenta con una tasa de vacancia de sólo el 4%, lo que refleja la alta demanda del sector en la región. Cabe resaltar que Querétaro fue el primer estado, fuera de Estados Unidos y Canadá, en ser incluido en su informe Datacenters Global Market Comparison en 2021. Además, recientemente fue reconocido como el mejor sitio para colocar data centers en los últimos DCD Latam Awards.
“Esta ubicación y su gobierno se han ubicado en las conversaciones de los principales tomadores de decisiones como uno de los lugares estrella para albergar allí sus data centers. Su cercanía con la capital, la buena conectividad de fibra óptica al encontrarse en el centro del triángulo dorado (Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México), su buen clima y ausencia de fenómenos naturales son algunos de los atractivos de la zona”, dijo en entrevista José Luis Friebel, Director general de DCD para América Latina y España.
Desde el año pasado se esperaba la llegada de inversiones que podrían alcanzar los 300 millones de dólares. A inicios de año, diferentes empresas, incluidos gigantes tecnológicos estadounidenses como Amazon, Microsoft y Google Cloud, junto con la empresa mexicana KIO Networks, confirmaron la instalación de centros de datos en la capital de Querétaro.
Amazon Web Services (AWS) fue la primera en confirmar su presencia en Querétaro. Desde finales de enero, la empresa anunció la disponibilidad general de su zona local en Querétaro. Por otro lado, KIO Networks, después de ser pionera en la instalación de regiones de nube en Querétaro y anunciar su segundo centro de datos en 2022, anunció su expansión en el estado. El 23 de febrero, KIO Networks reveló la construcción de su tercer centro de datos en un terreno de 25,000 metros cuadrados en el municipio de El Marqués.
Además, Microsoft anunció la apertura de su región México Central de Azure en Querétaro, programada para la segunda mitad de 2023. Esta infraestructura incluye tres zonas de disponibilidad y forma parte de su programa de inversión social Innovar por México. Es la primera en su tipo en América Latina hispanohablante. Por su parte, Google Cloud confirmó el 6 de marzo que Querétaro será la sede de su tercera región de nube en América Latina.
“Querétaro representa hoy el 65% de la capacidad instalada en el mercado de data centers, y de concretarse proyectos clave que ya están en construcción, en los próximos tres a cuatro años muy probablemente pasará a más de 340 MW en cuatro años, y sumando a los gigantes de Cloud será más de 1 GW”, dijo Friebel.
Para julio de este año, Marco Antonio del Prete Tercero, titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado, confirmó la instalación de 18 data centers en Querétaro, que se sumarían a los diez ya existentes. Además, habría alrededor de 60 proyectos de inversión general con posibilidades de concretarse.
“México es el segundo mercado más grande de América Latina en relación a los metros cuadrados y potencia energética de data centers. La ubicación estratégica de México le permite posicionarse como puerta de entrada para interconectar las economías digitales de Estados Unidos y Canadá, con América Central, el Caribe y Sudamérica”, subraya Friebel, también cofundador de The Game Changers Lab.
Huella de carbono, el rastro de la transformación digital
Los centros de datos funcionan como el corazón de las operaciones de cómputo de una organización o empresa. Podría pensarse que enviar un correo electrónico no tiene un impacto ambiental significativo. Sin embargo, la realidad es que el acto de enviar un correo electrónico implica que los datos que se comparten deben residir en algún lugar. Esto, a su vez, requiere Data Centers que, para mantenerse en funcionamiento, dependen constantemente de considerables cantidades de energía.
Se trata de una instalación física diseñada para alojar y gestionar servidores, sistemas de almacenamiento de datos, equipos de red y otros componentes de tecnología de la información.
Entre almacenaje, sistemas de refrigeración, mantenimiento, entre otros factores, los centros de datos a nivel global representan un consumo de aproximadamente 200 teravatios-hora (TWh) de energía anual, y se proyecta un aumento de casi quince veces para el año 2030, lo que equivaldría al 8% de la demanda total de electricidad proyectada.
Este consumo supera la cantidad de energía nacional de varios países y constituye alrededor del 1% de la demanda eléctrica global. En términos de emisiones de carbono, la industria de centros de datos es responsable de aproximadamente el 0.3% de las emisiones totales de carbono. El ecosistema de tecnología de la información y comunicación (TIC), que depende en gran medida de estos centros, incluyendo dispositivos personales, redes móviles y televisores, contribuye con más del 2% de las emisiones globales, según informa la revista Nature.
La huella de carbono de los centros de datos se convierte en una preocupación significativa, dado que el crecimiento continuo del sector de las TIC depende en gran medida de la infraestructura que proporcionan los centros de datos.
Según un informe de The Shift Project sobre la transición hacia una economía baja en carbono, el consumo de energía necesario para respaldar las tecnologías digitales está en constante aumento, incrementando aproximadamente un 9% anualmente. Esto significa que la contribución de la tecnología digital a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) podría duplicarse, llegando al 8% para el año 2025.
Un estudio llevado a cabo en 2014 por el Laboratorio de Energías Renovables del Departamento de Energía de EU analizó 113 empresas de tecnología de la información y reveló que solo el 14% de la energía consumida por estas empresas provenía de fuentes renovables. La huella de carbono digital proviene del uso de dispositivos como laptops, computadoras, teléfonos inteligentes, tabletas y la infraestructura asociada, como Data Centers y redes de comunicación
“La administración de datos siempre implica calor, espacio y energía, aunque también hay un desafío respecto a la comunidad que termina operando estos datos. Y no necesariamente el centro de datos en sí mismo. Son acciones indirectas, por ejemplo, en cómo llega el personal a ese lugar, o cuán intensivo puede ser el uso del suelo. El uso centralizado de la energía, por ejemplo, y muchas acciones derivadas que pueden generar un impacto en mayor medida”, dijo en entrevista Marcelo Corti, Director Ejecutivo de GEO, del Centro de Desarrollo Sustentable de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
En camino a la descarbonización
Los retos de la descarbonización, la energía renovable y el mejoramiento de la eficiencia en los data centers ha sido uno de los ejes centrales del desarrollo de estas enormes infraestructuras.
Para Joao Resende, Jefe de Servicios de Rendimiento Energético en Siemen, las acciones para amortiguar el consumo energético son urgentes. “Son necesarios porque el consumo de refrigeración representa el 40% del total de consumo del Data Center. Muchas veces se piensa solamente en la energía necesaria para el proceso y no para el enfriamiento. Justamente esta eficiencia energética viene de la mano con la digitalización, que va a cambiar la forma en la que gestionamos la energía, y nos permite ser más eficientes”, dijo en entrevista. “Particularmente en Querétaro, me preocupa esa concentración de más data centers, que puede saturar la red eléctrica. Es muy importante que cada uno sea sustentable”, advierte.
El principal desafío es el relativo a la energía. Según lo expuesto por José Friebel, el crecimiento de Querétaro (y de la región, en general) se encuentra en pausa por razones energéticas. Sin embargo, el problema no reside en la generación de energía, sino en la transmisión hacia las zonas estratégicas de desarrollo. “Se necesita energía, pero voy un paso más allá, este recurso debe ser renovable para garantizar esta ansiada transición ecológica que persigue la industria”, señala.
“En el caso particular de Querétaro, su clima es relativamente fresco, ya que no tiene temperaturas tan altas como en otras partes de México. Esto representa una ventaja en términos de consumo energético, puesto que permite, por ejemplo, emplear sistemas como free cooling para refrigerar las instalaciones”, matizó.
La estrategia de "free cooling" o enfriamiento gratuito, es un enfoque de diseño y operación que aprovecha fuentes de enfriamiento natural o más eficientes desde el punto de vista energético para reducir el consumo de energía utilizado para mantener la temperatura de los servidores en niveles óptimos. Esta estrategia tiene como objetivo principal minimizar los costos operativos y la huella de carbono de los data centers al reducir la necesidad de sistemas de refrigeración convencionales.
Friebel también señala que al menos en Querétaro, se ponen en práctica medidas o estrategias en términos de energía y sustentabilidad, como la implementación de tecnologías que reduzcan el consumo de energía, tales como virtualización de servidores, métodos de refrigeración más eficientes y ecológicos como refrigeración por inmersión, entre otros. Además de la utilización de energías renovables y la reducción del desperdicio de energía mediante el reciclaje de calor residual para calentar edificios cercanos (district heating), y la gestión de residuos electrónicos (economía circular).
Pero el camino de la descarbonización es difícil y lento. Tal como señala Resende, “siempre hay algo más que podemos aportar”. La descarbonización de los data centers viene, por un lado, de garantizar que hay energía verde, un tema de suministro e implementación energética. Por otro lado, “hay que garantizar procesos más eficientes", señaló. "Estoy de acuerdo que hay tema de gemelos digitales y machine learning para eficientar los procesos de los data center. Es una obligación de los data center ver la parte de refrigeración, por ejemplo”, afirma.
Una de las opciones por las que las empresas pueden apostar es por la implementación de gemelos digitales para el procesamiento, monitoreo y gestión de la energía. Los gemelos digitales son representaciones virtuales y en tiempo real de objetos, sistemas o procesos del mundo real.
“Con un gemelo digital, el proceso de enfriamiento tiene un gemelo digital y permite optimizar el proceso a una velocidad casi instantánea. Entonces se logra controlar el sistema de una forma casi perfecta. De acuerdo con nuestros cálculos se puede lograr entre el 15 y 30% de todo el sistema de enfriamiento con este proceso. Lo que puede hacer la máquina es eficientar permanentemente el proceso”, asegura Resende.
Además, también pueden implementarse herramientas de Inteligencia Artificial con la que permita entender la manera en la que se consume la energía para centralizar y enfocar los procesos de enfriamiento, y de esta manera, también disminuir los costos.
Pero este procedimiento no es nada fácil, y podría llevar años. Sin embargo, urgen las medidas de sustentabilidad para continuar operando una demanda enorme de energía. En el futuro, esta observación será una de las puntualidades más importantes. Incluso, para Resende, quien recientemente participó en el DCD en Cancún, México, una de las primeras consideraciones que deberán hacerse en el futuro, es cuestionarse cuándo realmente se necesitan construir nuevos data centers.
“Desde una perspectiva de descarbonización, deberíamos buscar hacer retroalimentación de espacios resistentes. Es necesario pensar siempre en la descarbonización, la economía circular, y residuos. Construir un nuevo data center tiene una huella pesada desde su construcción. Considero que debe ser evaluado cuándo realmente se necesita la construcción de otro data center, o debemos optar por la retroalimentación de los espacios ya existentes”.
Además, a nivel de eficiencia energética, debe garantizarse la energía verde con energía solar, además de sistemas de batería que permitan acumular la energía solar para las áreas donde no hay energía disponible. “Tenemos que ser siempre responsables en el sitio, y un sistema de baterías que permita amortiguar tanto el costo como las fallas de energía”, apunta el experto.
La implementación de estrategias de sostenibilidad, el abordaje de los retos de un crecimiento exponencial como el talento, el personal especializado, y el aspecto regulatorio, también serán claves en el futuro. Sin embargo, la preocupación existente continúa encaminada a procurar un crecimiento de mano de la energía renovable como una pauta para el camino hacia la descarbonización que, de no abordarse, podría tener consecuencias ambientales graves.