El año del peso mexicano

Existen factores que podrían jugar en contra del peso en los siguientes meses y hacia la llegada del 2024.
7 Septiembre, 2023
El año del peso mexicano
El año del peso mexicano

El peso mexicano experimenta un año de ensueño y ha tenido un “rally” que nadie esperaba. Su valor contra el dólar ha aumentado consistentemente desde octubre 2022, cuando estaba en alrededor de 20 pesos por dólar hasta hoy, cerca de 17.50, llegando a niveles tan bajos como 16.70 en algún momento. El súper peso que le han llamado. 

Varios factores han incidido en este comportamiento, que desde mi punto de vista han sido básicamente tres: 

  1. El incremento en las remesas. 
  2. El aumento de las tasas de interés en México respecto a EE. UU.  
  3. El buen comportamiento y perspectivas de la economía mexicana, sobre todo, ante esta narrativa del “nearshoring”. 

Todo esto en un contexto donde el dólar se ha mantenido fuerte y desde una perspectiva regional, ayuda a que el peso también se mantenga sólido.

Sin embargo, existen factores que podrían jugar en contra del peso en los siguientes meses y hacia la llegada del 2024, terminando con su buena racha, o al menos, evitando que su valor aumente aún más. 

Banxico. Es bien probable que el Banco de México empiece a recortar tasas, ya sea este año o el próximo, pero el diferencial de tasas con Estados Unidos va a empezar a reducirse, en un contexto en que la Fed quizás recorte hasta la segunda mitad de 2024. Esto reduce el atractivo de la moneda y como consecuencia, su valor. 

Una desaceleración de la economía. Si bien es cierto que una recesión probablemente no ocurra, es bien probable que el ritmo de expansión de la economía mexicana pierda fuerza en los siguientes trimestres. No sólo por factores globales (menor crecimiento en Estados Unidos, China y Europa), sino porque después de la aceleración del gasto público que se ha observado este año, es probable que éste sea menor hacia el segundo trimestre de 2024. Y habrá que ver si finalmente se ven inversiones nuevas por el “nearshoring”. 

Las disputas del T-MEC. El gobierno de EE.UU. probablemente acelere el ritmo en las disputas que tiene con México en el marco del T-MEC respecto al sector energético y al maíz transgénico, principalmente, donde se transite a paneles resolutivos que implicarían multas y sanciones a la economía mexicana vía tarifas comerciales. Si bien México puede aceptar las resoluciones, es un riesgo que el mercado tendrá que evaluar, abonando a un peso más débil.

Las elecciones aquí y allá. Parece ser que la elección en México podría tornarse más competitiva e incierta que lo que se esperaba hace unos meses. La incertidumbre política siempre generará cierta aversión y puede reflejarse en el peso mexicano. Inclusive, la elección en Estados Unidos probablemente tenga un efecto más evidente al tener candidatos que utilicen a México como instrumento para lograr mayor popularidad, amenazando con sanciones y tarifas. Ya lo hemos visto con Trump y puede regresar la misma dinámica. Claro, quizás no tan intensa como en 2016.

El panorama fiscal. No existen realmente preocupaciones de corto plazo para las finanzas públicas de México. Pero en un contexto de cambio de Administración, surgirán dudas de quién vendrá a mantener las cuentas fiscales en orden, ya sea por el lado de Morena o de la oposición, y que tan políticamente viable sea una reforma fiscal más adelante. Promesas de campaña tendrán que sostenerse con mayor gasto, y la pregunta será, si ese mayor gasto es factible. Y como un tema no resuelto, se mantendrá la duda respecto a Pemex y la sostenibilidad de sus finanzas y modelo de negocio. Hay discusión para rato.

En ese sentido, mientras la economía -tanto mexicana como la americana- se mantengan creciendo, la inflación cayendo y la política transite en un ambiente de razonable certidumbre, el peso mexicano se mantendrá estable y sólido. Lo que ya no veo, es una apreciación sostenida como la que vimos este año. A menos que se vuelquen inversiones nuevas y el boom económico sea más duradero. Lo veo difícil en un año que se antoja muy complicado, pero puedo equivocarme. 

Marco Oviedo Marco Oviedo Economista y Estratega Senior para América Latina en XP Investments (Brasil). Cuenta con una amplia experiencia en mercados financieros y política macroeconómica. Anteriormente fue jefe de Investigación Económica para América Latina en Barclays. En el sector público mexicano fue asesor económico de la Presidencia de la República durante el gobierno de Felipe Calderón y director general adjunto de Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Oviedo es doctor en Economía (Ph.D) por la Universidad de Yale.