México tiene cuatro años para “sacar jugo” al nearshoring: Citibanamex

Actualmente el nearshoring está siendo desaprovechado, pero un nuevo sexenio podría brindar las condiciones para aumentar hasta en 0.3% anual el crecimiento del PIB.
27 Diciembre, 2022 Actualizado el 27 de Diciembre, a las 19:39
Puerto Interior en Guanajuato. (Foto; Gobierno de Guanajuato)
Puerto Interior en Guanajuato. (Foto; Gobierno de Guanajuato)
Arena Pública

El nearshoring llegó a México, pero solo unos cuantos sectores manufactureros se están viendo beneficiados, limitando su impacto real sobre la economía.

La relocalización de empresas hacía países geográficamente cercanos es la tendencia global con la que el Gobierno Mexicano busca sostener el crecimiento económico en lo que resta de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A la fecha, el fenómeno global ha permitido al gobierno presumir ingresos por 32 mil 147 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), entradas que potenciaron el crecimiento económico durante 2022 hasta lo que podría ser un cierre de año ligeramente por encima de un crecimiento de 3% anual de la economía.

Pero lo que podría parecer como un éxito global de la economía mexicana, se trata de uno muy focalizado pues solo algunos sectores y regiones estarían gozando de los beneficios, advierte un nuevo estudio de Citibanamex.

Los economistas del banco destacan que si bien la IED ha alcanzado niveles récord durante este año, de los 27.5 mil millones de dólares que se captaron en el primer semestre, alrededor de 6.9 MMD se explican por dos operaciones (la fusión de Televisa y Univisión, así como la inyección de capital a la aerolínea Aeroméxico) que, de excluirse, llevarían a la IED a su desempeño más bajo para cualquier primer semestre del año desde 2017.

“Las nuevas inversiones dentro de las entradas de la IED (es decir, el componente que teóricamente estaría más vinculado al nearshoring) siguen siendo relativamente débiles en relación con los flujos globales”, advierten en el estudio.

Por otro lado, existe una fuerte disparidad en la cosecha de los frutos del nearshoring en el sector manufacturero respecto a los retos de la industria, pues desde 2019 este sector ha crecido más rápido que todo el PIB industrial, con un aumento anual del 14.1% en el primer semestre (a 9.4 MMD, alrededor del 34% de los flujos totales en ese período). Pero incluso a nivel manufacturero, solo algunos sectores han crecido.

El objetivo del nearshoring parece no estarse cumpliendo, pues según señala Citibanamex, la participación de mercado de los productos mexicanos en los Estados Unidos está creciendo muy por debajo de los huecos que se han abierto con el debilitamiento de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China.

Con una caída de la participación china de 4.2% y la europea en 2.8%, se esperaría que en México del nearshoring y las buenas relaciones con EU, que presume el presidente López Obrador, se hubiese logrado incrementar más allá del 0.4% de ganancia que obtuvo México en la participación de las importaciones estadounidenses, en comparación con los incrementos obtenidos por Vietnam (2.1%9 y Taiwan (1%).

Solo sectores que históricamente han gozado de importancia en las cadenas productivas de América del Norte, como la automotriz, han gozado de crecimiento en su participación de 3.9%, un incremento que más allá del nearshoring, habría sido impulsado por las reglas de origen contempladas por el TMEC.

“Los malos resultados relativos de México podrían estar relacionados, al menos en parte, a la composición de su producción manufacturera, ya que países como Vietnam, India, Taiwán y Tailandia disfrutan de una mayor similitud de sus exportaciones netas con China”, teoriza el informe.

Bajo este panorama, el discurso del nearshoring como panacea económica está fracasando. Sin embargo, Citibanamex ve que los beneficios aún está lejos de perderse, pues las oportunidades relacionadas al fenómeno de “deslocalización” duraran por lo menos cuatro años más.

Aprovechamiento real podría llegar después de 2024

Para aprovechar en su totalidad las oportunidades del nearshoring –que podrían alcanzar un aumento para el crecimiento anual del PIB de 0.3% extra anual- se necesitará más que las condiciones actuales.

“La capacidad utilizada en la industria manufacturera ha alcanzado niveles récord en 2022, pero los niveles reales de capacidad no se han ampliado significativamente”, señala el estudio de Citibanamex.

México goza de ventajas geográficas y salariales frente a otros países manufactureros, así como los beneficios del TMEC, como el comercio sin aranceles, pero la baja inversión -que continúa 2% por debajo de su nivel previo a la pandemia- sigue siendo un principal síntoma de una economía incapaz de aprovechar al máximo el nearshoring.

“Pensamos que otros factores, como las políticas públicas cuestionables a nivel federal, la alta violencia e inseguridad, la falta de infraestructura adecuada y la baja inversión, las fuentes de energía poco confiables, entre otros, también pueden ser los culpables”, explican los economistas de Citibanamex.

La incertidumbre política interna –principalmente respecto al sector energético- sí como la inseguridad han sido los principales antagonistas para la inversión identificados desde hace varias ediciones en la Encuesta de Expectativas del Banco de México.

La identificación de la falta de certidumbre no es nueva durante el gobierno actual, sino que es casi tan vieja como la misma, pues estalló una vez que se canceló la megaobra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), una mancha difícil de borrar para la administración López Obrador.

Por otro lado, la inseguridad se ha mantenido como el segundo factor que limita la inversión, especialmente en el norte y centro norte del país, regiones que aspiran a ser las principales beneficiadas por el nearshoring, por lo que el clima de inseguridad representa un reto directo para su aprovechamiento.

Aún con esas limitantes, México gozaría por lo menos de cuatro años más para poder aprovechar las oportunidades derivadas del nearshoring, en los que las políticas públicas para revertir la curva negativa de inversión jugarían un papel fundamental.

“Tal vez para 2024, una vez que las perspectivas globales parezcan más favorables y suponiendo que las incertidumbres de carácter político disminuyan con una nueva administración, México podría estar mejor posicionado para aprovechar las oportunidades de nearshoring”, concluye el estudio.