La depreciación del peso puede ser un salvavidas para las atribuladas finanzas públicas de AMLO

La depreciación de 16% del peso en lo que va del año, generaría un abultado remanente de operación en el Banco de México que podría dar un respiro a las finanzas públicas hacia marzo del próximo año.
1 Septiembre, 2020 Actualizado el 2 de Septiembre, a las 06:37
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en reunión virtual el 28 de agosto en su oficina de Palacio Nacional (Foto. Twitter)
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en reunión virtual el 28 de agosto en su oficina de Palacio Nacional (Foto. Twitter)
Arena Pública

La depreciación del peso frente al dólar puede ser un aliado inesperado para el presidente Andrés Manuel López Obrador al proveer de recursos extraordinarios al gobierno federal -producto de las "ganancias cambiarias" del Banco de México- y que darían cierto alivio al deterioro de las finanzas públicas.

La crisis provocada por el cierre de la economía por las medidas sanitarias implementadas por el gobierno para enfrentar la pandemia, han golpeado las finanzas públicas. Al cierre del primer semestre los ingresos públicos cayeron (-)4.7% en términos reales respecto al mismo perido de  2019, y (-)7.3% respecto a lo calendarizado por el gobierno federal, en un año en el que los analistas del sector privado esperan una caída de la economía de 9.9%, según la más reciente encuesta que publicó el Banco de México.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) -un think tank independiente sobre finanzas públicas- calcula que los ingresos tributarios para el año se reducirán en 172 mil millones de pesos (MMP), mientras que los ingresos petroleros caerán en 429 MMP, respecto de lo aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación para 2020. En total, los investigadores del CIEP estiman una reducción de 391 MMP para el año respecto de lo aprobado. Ya el gobierno de López Obrador ha aplicado una serie de recortes al gasto público, sin embargo será a todas luces insuficiente.

El viernes 28 trascendió a la prensa que el secretario de Hacienda, Artura Herrera, les dijo a los diputados de Morena -el partido de López Obrador-en su reunión plenaria previa al inicio del periodo ordinario de sesiones, que en 2021 no habrán "guardaditos", es decir, recursos adicionales a los ejercidos este año; además, las coberturas petroleras para 2021 serán 22% menores que en este año, por lo que "no vamos a tener espacio para pedir mucho más y más bien vamos a tener que empezar a poner a la economía en una trayectoria descendente”, dijo Herrera a los diputados citado por el diario Excélsior.

Así, Herrera adelantó a los diputados del partido en el gobierno que a más tardar el martes 8 presentará al Congreso el Paquete Económico 2021, un paquete que se espera con fuertes recortes al gasto corriente, aunque probablemente no se alteren las partidas destinadas a los programas sociales impulsadas por el Presidente, ni los proyectos de inversión -como la refinería de Dos Bocas o el Aeropuerto de Santa Lucía en el Valle de México- símbolos de la actual administración.

 

Los 30 días negros para el peso

El primer caso de infección por el virus dado a conocer en México el 27 de febrero, no solo detonó la expansión del Covid-19 por el territorio nacional, también aceleró la depreciación del peso mexicano. Entre el 24 de febrero y el 23 de marzo el peso se depreció 31.8% frente al dólar estadounidense. El tipo de cambio peso/dólar alcanzó 25.135, el mayor nivel histórico registrado. 

Unos días antes, la calificadora de riesgos Moody's había degradado la deuda soberana de México de un nivel de riesgo crediticio 'bajo' (A3) a uno 'moderado' (Baa1) con perspectiva negativa, derivada de la persistente incertidumbre en las políticas del gobierno y las dudas sobre la sostenibilidad de Pemex. En las tres semanas anteriores, las otras dos grandes agencias calificadoras de riesgos (Standard & Poor's y Fitch) habían hecho anuncios similares sobre un incremento en el riesgo México.

Los malos datos anteriores, se conjuntaron con la confirmación -el 25 de febrero- de la caída del PIB al cuarto trimestre de 2019 (-0.1%, intertrimestral) y, con ello, la caída de la economía mexicana durante 2019, el primer año de gobierno del presidente López Obrador.

 

¿Bendita depreciación del peso?

Si bien el peso mexicano se revaluó 9% frente al dólar estadounidense entre mayo y agosto, aún mantiene una depreciación de 16% respecto de finales del año pasado, provocando que la valuación en pesos de los activos en divisas y metales del Banco de México sea mayor.

Los estados financieros del Banco de México al segundo trimestre (30 de junio) mostraron reservas para fluctuaciones cambiarias por 763.9 MMP, un monto de ganancias acumuladas por la valuacion en pesos de las posiciones en divisas y metales del banco central y que pueden ser utilizadas para enfrentar pérdidas cambiarias posteriores si el peso se revalúa, como ocurrió entre finales de junio y agosto. La actualización semanal de los estados financieros ha dado indicios de una importante reducción de estas reservas, en la medida en que el peso se apreció.

Será hacia mediados de octubre cuando el banco central publique sus estados financieros al tercer trimestre, con información sobre el monto de las reservas para fluctuaciones cambiarias. Sin embargo, de la información semanal del estado de cuenta consolidado del Banco de México publicado al 28 de agosto, se puede inferir que poco menos de 450 MMP (unos 20 mil millones de dólares) correspondieron a las reservas para fluctuaciones cambiarias. Hay que tomar en cuenta que el banco central reportó -a junio- pérdidas por 121 MMP correspondientes a 2019, que deberán amortizarse en este ejercicio.

De mantenerse una paridad similar (21.8060 pesos por dólar) sería la Junta de Gobierno del banco central la que -previo a la constitución de reservas de capital y a la aprobación de los estados financieros anuales- determinará el destino de los recursos determinados como remanente de operación. De acuerdo a los pronósticos de los analistas del sector privado, el tipo de cambio peso/dólar cerrará el año en 22.61, mientras que los contratos del peso mexicano para diciembre se negociaron a 22.07 pesos por dólar. A esta hora del martes, el dólar se negocia a 21.767 pesos.

Los pronósticos de los analistas y de los mercados apuntan a que el tipo de cambio al cierre de año podría mantenerse cercano a la paridad actual, por lo que el remanente de operación derivado de las 'ganancias cambiarias' del banco central serían un importante alivio a las atribuladas finanzas públicas al finalizar el primer trimestre del próximo año.

Por su propia Ley, el Banco de México está obligado a entregar, a más tardar en abril de cada año, el remanente de operación del ejercicio anterior una vez que se han constituido las reservas que la propia ley establece.

Mientras que el artículo 19Bis de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria obliga a la Secretaría de Hacienda utilizar "cuando menos" el 70% de ese remanente para la amortización de deuda pública contraída en años anteriores o a reducir las necesidades de financiamiento del año en curso; mientras que el 30% restante debe utilizarse para "fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del Gobierno Federal".

Una mayor debilidad del dólar estadounidense podría impulsar una revaluación inesperada del peso mexicano, reduciendo el monto de las ganancias cambiarias en el Banco de México y la transferencia del remanente de operación al gobierno federal. Sin embargo este escenario aún no es significativo en el radar de la mayoría de los analistas, por lo que la depreciación del peso podría ser una bendición para López Obrador, previo a las elecciones intermedias de julio.