El gobierno apuesta a los planes de Biden y a la economía de EU para crecer

Las exportaciones mexicanas continúan siendo el motor de la recuperación a más de dos años de la pandemia, aunque las sombras de la recesión se ciernen sobre la economía estadounidense.
13 Septiembre, 2022 Actualizado el 14 de Septiembre, a las 17:20
Estados Unidos lleva dos trimestres consecutivos de caídas en su PIB. (Foto: Pexels)
Estados Unidos lleva dos trimestres consecutivos de caídas en su PIB. (Foto: Pexels)
Arena Pública

El gobierno mexicano apuesta a que el crecimiento de la economía vendrá desde su vecino del norte ante los insuficientes programas de inversión pública, el estancamiento de la inversión privada y un consumo agobiado por la inflación que no es suficiente para mover a la economía.

Son los resortes de la economía y del gobierno estadounidenses en los que se apoya el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para dar resultados económicos en el último bienio de su mandato. Allí están: El histórico crecimiento de las remesas que llegan desde Estados Unidos (EU) y que dinamizan el consumo interno, las nuevas inversiones por la relocalización de empresas desde Asia a México debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la demanda de importaciones desde el mercado estadounidense que sigue creciendo e, incluso, el nuevo y multimillonario paquete de inversiones anunciado por el gobierno de Biden en semiconductores y electromovilidad y al que México ha sido invitado.

Con estos resortes, en el Paquete Económico 2023 se espera un crecimiento de hasta 3% para el próximo año, a contrapelo de los pronósticos del sector privado que promedian 1.4%. "Pensamos que el crecimiento va a terminar entre 2.2 y 2.4%, dijo este lunes Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, en entrevista con Milenio Televisión. "La expectativa del mercado parece muy pesimista derivado de la coyuntura actual", agregó.

El hecho es que el crecimiento de la economía mexicana depende, más que nunca, de las políticas de inversión del gobierno de Biden y del comportamiento económico estadounidense. Quizá por esa razón es que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió retractarse de pronunciar el 16 de septiembre un discurso de confrontación por la controversia en materia energética con EU, como lo había anunciado previamente. Pero también la suerte de la economía mexicana pende del grado de desaceleración que sufra la economía estadounidense y sus riesgos de recesión.

Sincronización México-Estados Unidos

Durante los primeros tres meses del año el PIB estadounidense cayó (-)1.4%, respecto del trimestre anterior a tasa anualizada, seguido de otra caída aunque de mucho menor magnitud de (-)0.1% en el segundo trimestre del año, con lo que para algunos analistas la mayor economía del mundo entró en una "recesión técnica". 

Mientras que la economía mexicana creció 1.1%, en relación al trimestre anterior, durante enero-marzo, y 0.9% durante abril-junio, aunque ya ha comenzado a dar señales de desaceleración según los datos del IGAE para los últimos tres meses

Para Joel Virgen, analista económico independiente, pese a lo observado en el primer semestre del año, los ciclos económicos estadounidense y mexicano siguen teniendo una fuerte sincronización. 

"No obstante, no es necesariamente una sincronización mes a mes o de magnitud gemela. Más aun, la sincronización más fuerte se presenta entre la economía mexicana y el ciclo industrial en EU -no necesariamente con su PIB", añadió el economista radicado en Nueva York.

Así, el verdadero peligro para la economía mexicana podría estar en un futuro próximo, pues al decrecimiento económico estadounidense se le suma la persistencia de la alta inflación, que confirmó este martes la Oficina de Estadísticas Laborales al informar que el alza de precios alcanzó 8.3% durante agosto, un nivel por encima de lo esperado por los economistas.

Históricamente tales niveles inflacionarios aparecen acompañados por recesiones con altas cifras de desempleo, sin embargo es el comportamiento actual del empleo el que, según algunos economistas, imposibilita catalogar a la actual desaceleración económica en EU como una recesión. Tan solo en agosto, la cifra de creación de empleos fue de 315 mil luego de haber sumado otro medio millón el mes previo. Así, la tasa de desempleo se encuentra en 3.7%, no muy lejos de su nivel promedio de los últimos 50 años. 

Para varios economistas, esta cifra es la principal diferencia entre la crisis de "estanflación" de los años setenta, cuando la cifra de desempleo subió hasta el 9%, entre 1973 y1975, y se mantuvo por encima del 5% en el resto de la década. 

"Es ciertamente un riesgo que estamos vigilando [...] pero tenemos un buen y fuerte mercado laboral, algo que creo es posible conservar", declaró en una entrevista reciente a CNN, Janet Yellen, Secretaria del Tesoro Estadounidense y ex presidenta de la Reserva Federal.

No obstante, según el más reciente sondeo de analistas realizado por Reuters, el 45% de los encuestados creen probable que el gigante norteamericano entre en recesión en 2023, y hasta un 55% de probabilidades de hacerlo en los dos próximos años.  

El Brookings Institution, un centro de investigación económica, presentó una reciente investigación, de la cual son coautores dos economistas del Fondo Monetario Internacional, en la que señala que las acciones monetarias aplicadas para contener la inflación por parte de la Reserva Federal –cuya tasa de referencia se espera cierre en 4%- podrían provocar una explosión del desempleo hasta el 7.5%, llevando a EU a una verdadera recesión.

 

México mantiene confianza en la demanda estadounidense 

Para Virgen debe considerarse que los participantes en los mercados "siempre alertarán (y hasta exagerarán) los riesgos recesivos en el contexto de un ciclo de alzas en la tasa de política monetaria".

Por otro lado, “los economistas resultan especialmente inefectivos en pronosticar puntos de giro en la actividad económica por lo cual aún es pronto para anticipar una recesión en EU especialmente de profunda o de larga duración” explica. 

Pese a la alta incertidumbre en la economía del mayor socio comercial de México, los funcionarios hacendarios del país mantienen una alta esperanza de que las condiciones de "arrastre" de la economía estadounidense mantengan a flote a la mexicana como ha sido en los años previos a la pandemia. 

Durante el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), entre los gobiernos de México y Estados Unidos, que se llevó a cabo este lunes en la Ciudad de México, entre el canciller Marcelo Ebrard y el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, México fue invitado a integrarse “al nuevo paquete de inversión que Estados Unidos acaba de anunciar en materia de semiconductores para electromovilidad", según declaraciones de Ebrard.

La intención de México de formar parte de las cadenas de producción de semiconductores norteamericana ha sido uno de los principales objetivos de la Secretaría de Hacienda y de Economía, como parte de un ambicioso plan para atraer al país inversiones a partir de la relocalización de empresas manufactureras, luego de la crisis de las cadenas de suministro debido a la pandemia y agravada con el conflicto ruso-ucraniano.

De hecho, el Paquete Económico 2023 considera en sus premisas los frutos de la estrategia de atracción de inversiones por la relocalización de empresas en México y que le da sustento a un panorama más optimista de crecimiento. Sin embargo, la gran mayoría de analistas económicos no están tan optimistas como los funcionarios del gobierno de López Obrador.

“Considero muy probable que durante el segundo semestre observemos un menor dinamismo en la economía local, mismo que podría cimentar un crecimiento cercano a 1.5% en el PIB de todo el año. No obstante, no anticipo una recesión desde la definición más completa de ésta -es decir, con naturaleza generalizada y duradera” concluye Virgen.