Alta inflación ya contamina negociaciones salariales y arriesga estabilidad

El incremento en los precios subyacentes no cede provocando demandas de incrementos salariales superiores al 5% por parte de los sindicatos.
14 Septiembre, 2021 Actualizado el 14 de Septiembre, a las 09:45
El aumento de los salarios podría comenzar un círculo viciosos, pues los empresarios trasladarían los nuevos costos al consumidor final. (Foto: Gobierno de México)
El aumento de los salarios podría comenzar un círculo viciosos, pues los empresarios trasladarían los nuevos costos al consumidor final. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

La alta inflación, temporal o no, está impactando los salarios de los trabajadores y la negociación de sindicatos y empresas.

Y es que la persistencia en el alza de los precios ha erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores, por lo que los sindicatos están negociando incrementos salariales superiores a la inflación actual que, según los economistas, podría causar un círculo vicioso en el nivel de precios.

Apenas en agosto pasado, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAV) acordó con la empresa alemana un incremento de remuneraciones de 5.5% directo al salario y de un aumento de 1.0% a su fondo de ahorro, como resultado de las negociaciones anuales de los directivos con los trabajadores. 

El incremento salarial fue sustancialmente mayor al del año pasado, cuando se acordó 3.62% al salario y 1.84% en los beneficios, aunque estuvo en línea con el incremento de 2019, cuando se otorgó una aumentó de 5.78% y con el de 2018, de 5.5%. Pero a diferencia de otros años, el SITIAV destacó como justificación el repunte inflacionario que ha alcanzado niveles no vistos desde el 2017, aunque el Banco de México (Banxico) ha argumentado que es temporal.

El incremento salarial en Volkswagen no es un caso aíslado. Con información de la Secretaría del Trabajo, el banco central reporta que los incrementos salariales contractuales en el sector manufacturero se incrementaron entre 4.98% y 5.74% entre mayo y julio, mientras que en el total de las empresas privadas estos incrementos se dieron en un rango que van de 5.01% a 5.65%.  

Los subgobernadores de Banxico, Gerardo Equivel y Galia Borja, han insistido en que su postura sobre la temporalidad de la inflación no es mero capricho sino que responde a la precaución que el organismo monetario debe mantener para evitar la llamada “contaminación de precios”. 

“Este cambio abrupto también podría tener un efecto indeseable y contraproducente sobre la inflación y sus expectativas al sugerir que los choques son de una naturaleza más permanente, lo que podría incidir negativamente en el proceso de formación de precios” advirtió Esquivel ante la primera alza de tasas de Banxico en junio de este año.

Las expectativas sobre la inflación son particularmente importantes para los sindicatos y sus agremiados pues constituyen el indicador más relevante para entablar sus negociaciones con los patrones, como hizo el SITIAV. 

“En esta situación, sería de esperarse que incurramos en un círculo vicioso, en el cual, los trabajadores exigen mayores alzas salariales (para poder mantener su poder adquisitivo) y las empresas, a su vez, opten por trasladar el incremento en sus costos (salarios, materias primas, etc.) al consumidor final, y así sucesivamente”, escribió Alejandro J. Saldaña Brito, economista en jefe del Grupo Financiero B×+.

Desde abril la inusitada alza en los precios ha causado estragos en el poder adquisitivo de la mayor parte de los mexicanos, tendencia que se ha mantenido provocando que la inflación “se comiera” las alzas salariales registradas en los contractos colectivos; que representan a una parte minoritaria de total de los trabajadores del país.

Según las cifras de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) los incrementos salariales contractuales reales -es decir, descontando la inflación- fueron de (-)0.63% en abril, (-)1.98% en mayo, (-)0.93% en junio y (-)0.22% en julio, hilando cuatro meses de retrocesos, después de 29 meses de incrementos. Solo en agosto registraron una ligera mejoría de 0.07%.

  

El comportamiento reciente de los incrementos salariales se agudiza si se considera la evolución de los precios de la canasta alimentaria de “consumo mínimo” que ha aumentado 6.4% en términos anuales. Otro factor a tomar en cuenta es la entrada en vigor del Nuevo Sistema Laboral y el TMEC que contempla la legitimación de los contratos colectivos de todas las empresas con sus trabajadores; por lo que existe el riesgo de una nueva ola de renegociaciones como ya están a la espera en General Motors Silao. 

Inflación seguirá golpeando alzas hasta 2022

Desde la entrada de la actual gobierno comenzó una política de incrementos al salario mínimo (SM) con el objetivo de recuperar el poder adquisitivo “perdido durante el neoliberalismo”, según argumentó el presidente López Obrador. 

En 2020 se formalizó ante la ley que los incrementos anuales al SM tienen que ser mayores a la inflación promedio del año anterior al que gozará del incremento. La meta actual del gobierno federal es llevar el SM a 167.56 pesos diarios al final del sexenio -a fin de cubrir la línea de pobreza por ingresos en las ciudades- esto es 18% más que el actual de 141.70 pesos. En agosto, la Secretaría del Trabajo y la Conasami, señalaron en un comunicado que el salario mínimo deberá alcanzar "1.7 veces el valor de la canasta de consumo mínimo", eso es, 189.04 pesos.

Anteriormente los incrementos al salario mínimo eran temidos por sus potenciales efectos sobre los precios. La Junta de Gobierno de Banxico, encabezada por Agustín Carstens, llegó a considerar que podían traer consigo consecuencias como el llamado “efecto faro”, que planteaba que un aumento al SM llevaría a los otros trabajadores -quienes ganaban más de un SM- a exigir aumentos ante la percepción de que el poder adquisitivo se estaba erosionando.

Sin embargo, los temores fueron abandonados conforme se demostraba que la relativamente poca cantidad de trabajadores con ese nivel de remuneraciones no incidían sobre los precios. 

En 2022, el nuevo incremento al salario mínimo se enfrentará a la mayor inflación vista en estos tres años de gobierno, lo que significa que -considerando lo que establece la ley- el incremento deberá ser mayor a 5%, según la inflación estimada por Banxico al cierre del año.

 

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