Bimbo impone el precio de la leche de cabra, no el mercado

Los proveedores de leche de cabra no pueden competir con el poderío de Bimbo para mejorar los precios que la empresa paga por cada litro de leche.
10 Julio, 2018 Actualizado el 18 de Julio, a las 15:37
Estante de supermercado con variedad de sabores de cajeta Coronado de Bimbo. Foto: Jaap Willem van de Plasse
Estante de supermercado con variedad de sabores de cajeta Coronado de Bimbo. Foto: Jaap Willem van de Plasse
Arena Pública

La fuerza del osito Bimbo también llega al precio de la leche de cabra.

Su acaparadora demanda ha reducido el precio en más de 30% en ocho años y sin opciones ni poder para negociar, productores guanajuatenses han optado por convertir su leche en queso para mejorar sus ingresos.

En 1995 Grupo Bimbo –la panificadora más grande del mundo- adquirió “Productos de Leche Coronado”, una fábrica potosina de cajeta y derivados de leche de cabra que comenzaba a despuntar a nivel nacional.

Su poderosa red de distribución convirtió a Coronado en la productora dominante en su ramo y la catapultó fuera de las fronteras mexicanas hacia mercados como el estadounidense.

Un dominio reconocido por la propia empresa: “a nivel nacional Coronado es la marca líder que supera ampliamente en volumen y calidad a cualquier otra cajeta en el mercado”, presume la marca en sus redes sociales.

Coronado no es el único proveedor, pero su ventaja se aprecia bien en los estantes. En Walmart, el supermercado con la mayor cantidad de clientes en México, se ofertan cinco sabores de cajeta de la marca Coronado, dos de la marcar Real de Potosí y uno de Aires de Campo, excluyendo las marcas propias de la tienda. Sin contar que cajetas como las elaboradas por los productores de Celaya, Guanajuato, no se distribuyen a través de cadenas comerciales.

La subsidiaria de Bimbo es una de las mayores consumidoras de leche de cabra a nivel nacional. En 2010 Coronado procesó 12 millones de litros equivalentes a 7% de la producción nacional, según el dato más reciente disponible en Pastoralismo, una revista de investigaciones sobre producción pecuaria a nivel mundial.

Una demanda equivalente a todo lo producido en un año por Chihuahua y Zacatecas juntos, el 5° y 6° productor de leche en México, y que le da poder sobre el mercado.

Los productores de leche de cabra tienen muy bajo poder de negociación frente al dominio de Coronado y el resto de fabricantes de cajeta en México, asegura una nota de investigación de la Universidad de Chapingo publicada en 2018.

“Confirmado con una tendencia del precio real a la baja durante ocho años consecutivos: de 7.42 por litro en 2008 a 4.95 en 2016. Por ello encuentran en la fabricación de quesos una alternativa para mejorar sus ingresos” señalan los investigadores de “Oportunidades para caprinocultores de Guanajuato, México, en la comercialización de queso fino”.

La industria del caramelo paga a los productores 13% del costo de sus dulces en estantería, “constituyéndose como el principal ganador […] un imperio de alimentos que establece sus reglas, como el precio de la leche y los estándares de calidad”, reveló la revista Pastoralismo en 2014.

Un frasco de 660 gramos de cajeta Coronado cuesta 70 pesos, 15 veces más que la leche de cabra, su insumo principal, la industria necesita alrededor de dos litros para producir ese frasco que comprará a 4.68 pesos por litro en la región de mayor producción.

"Las compañías de cajeta justifican el precio argumentando que los productores producen poco y de baja calidad […] El mercado de leche de cabra se mantiene en un círculo vicioso donde el precio es bajo y, por tanto, la calidad de la higiene también”, señaló David Oseguera, autor de “Es mejor arrear que ser pastoreados: ganarse la vida con cabras en la región del Bajío, México,” para la revista Pastoralismo.

En la industria del caramelo no están dispuestos a pagar un precio más alto por litros de leche provenientes de cabras libres de brucelosis, una enfermedad que acecha a los rebaños -y que puede transmitirse a los humanos- pero que no es un problema para los fabricantes, pues en el proceso para elaborar la cajeta se elimina el riesgo de brucelosis en los consumidores, explica.

 

Proveedores cautivos

El éxito de la cajeta va más allá de su sabor, la industria se fortalece con estrategias que mantienen cautivos a sus proveedores.

Para evitar que se organicen e impongan un precio mayor a la leche, la industria del caramelo paga ligeramente más a quienes tienen rebaños más grandes que al resto “una especie de estrategia divide y vencerás”, denunció Oseguera.

Y para garantizar que les continúen vendiendo su leche a pesar del precio sometido, ofrecen a los productores créditos cuando las cabras están secas, mismos que deben pagar en abonos cuando la producción de leche vuelve a alcanzar su punto máximo.

En México 6.5 de cada 10 litros de leche de cabra se industrializan para la producción de dulces y quesos según el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).

Los mayores productores son también los más castigados por la industria. Guanajuato y Coahuila proveen 5.5 de cada 10 litros que se producen en México, más de 88 millones de litros que se pagan a un promedio de 4.7 pesos, mientras que en estados como Nuevo León donde se producen 3.6 millones de litros anualmente cada uno se paga a 6 pesos.

 

MÁS INFORMACIÓN: Oportunidades para caprinocultores de Guanajuato, México, en la comercialización de queso fino, Universidad Autónoma de Chapingo, Revista Mexicana de Ciencias Pecuarias, Inifap, 2018.

MÁS INFORMACIÓN: Es mejor arrear que ser pastoreados: ganarse la vida con cabras en la región del Bajío, México, David Oseguera, revista de investigación, políticas y prácticas de Pastoralismo, 2014.

MÁS INFORMACIÓN: Coronado, Superbrands México, 2018.

 

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