América Latina rezagada en ciudades inteligentes

El despliegue de sensores y aplicaciones para la seguridad, salud y movilidad ayudan a crear ciudades inteligentes que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.
26 Junio, 2018 Actualizado el 26 de Junio, a las 12:10
La total cobertura de una ciudad con sensores, comunicación y un portal de datos abiertos es esencial para una base tecnológica sólida. Foto: inkmedia.eu
La total cobertura de una ciudad con sensores, comunicación y un portal de datos abiertos es esencial para una base tecnológica sólida. Foto: inkmedia.eu
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¿Qué se necesita para crear ciudades inteligentes? ¿Qué ventajas tiene vivir en una?

Estas son algunas de las preguntas que los líderes de algunas ciudades llevan años tratando de responder e implementar. Algunos lo están logrando pero otros, especialmente en América Latina, aún tienen mucho camino por recorrer. 

Un nuevo estudio de la consultora McKinsey, especialista en administración estratégica, analizó el uso potencial de la tecnología en diversas áreas como seguridad, salud y economía, midiendo el progreso de la 'inteligencia' de 50 ciudades de todo el mundo en relación con su base tecnológica, las aplicaciones que ha introducido y la adopción pública.

 

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En general, las ciudades de América del Norte, Europa, China y Asia oriental tienen bases tecnológicas relativamente sólidas, al igual que ciudades selectas en el Medio Oriente.

Pero aquellas en América Latina, África e India van a la zaga, particularmente en la instalación de la capa de sensores, el elemento más intensivo en capital. Además, hay un fuerte contraste en la penetración de teléfonos inteligentes.

 

ciudades inteligentes gráficos

La movilidad no es el único sector en donde una ciudad puede integrarse a lo 'inteligente'.

 

Destaca el caso de la Ciudad de México en América Latina, que se ubica en el fondo de la tabla de base tecnológica, con apenas 7.9 puntos de los 37 puntos disponibles. Pese al avance en tecnología de comunicación, la ciudad se mantiene a la zaga en cuanto al uso y despliegue de sensores, mientras que el lanzamiento de un portal de datos abiertos ni siquiera figura en la gráfica del país.

McKinsey aclara que la intención de este índice no es coronar la ciudad más inteligente del mundo, sino mostrar la actividad realizada en cada experiencia. Los resultados muestran que incluso las ciudades inteligentes más avanzadas del planeta tienen más trabajo por hacer.

 

componentes de ciudades inteligentes

La total cobertura de una ciudad con sensores, comunicación y un portal de datos abiertos es esencial para una base tecnológica sólida.

 

Entre las ciudades con las bases tecnológicas más avanzadas se encuentran Singapur, Nueva York, Seúl, Estocolmo y Ámsterdam.

Cuatro ciudades de altos ingresos se encuentran en países donde la penetración de teléfonos inteligentes supera 90%, pero siete ciudades de bajos ingresos en la lista se encuentran en países donde la tasa de penetración es de 60% o inferior. La mayoría de las ciudades tienen portales de datos abiertos.

Por otro lado, el estudio también incluye una evaluación de la implementación de aplicaciones inteligentes actuales, incluidas áreas como movilidad, seguridad, servicios públicos, salud y desarrollo económico, alojamiento y comunidad.

La movilidad ha sido una prioridad para la mayoría de las ciudades, pero los lugares con el mayor número de aplicaciones implementadas en general, como Nueva York, Los Ángeles, Londres, Singapur, Shenzhen o Seúl, se han diversificado en múltiples dominios.

McKinsey señala que extender el enfoque más allá de la movilidad es lo que hace que una ciudad se acerque a establecer un círculo virtuoso de beneficios. Algunas ciudades aún no han implementado las aplicaciones con el mayor potencial para abordar algunos de sus problemas prioritarios.

En este caso, la Ciudad de México ocupa el tercer lugar entre las ciudades latinoamericanas incluidas en el estudio, donde lidera la ciudad de Santiago de Chile, seguida de Buenos Aires, Argentina.

En el caso de aplicaciones de seguridad, McKinsey estima que las ciudades que desplieguen una gama de aplicaciones a su máximo efecto podrían reducir las muertes por homicidios, tráfico e incendios entre 8% y 10%.

Para el año 2025, las ciudades que implementen aplicaciones de movilidad inteligente podrían reducir los tiempos de traslado en 15% y 20% en promedio, y algunas personas disfrutarían de reducciones aún mayores.

Si las ciudades implementan las aplicaciones de salud incluidas en el análisis en su máximo efecto, se estima el potencial de reducir los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) entre 8% y 15%, dependiendo del punto de partida en cada ubicación y sus desafíos subyacentes de salud pública.

En general, el análisis encuentra que implementar una gama de aplicaciones ambientales en la mejor medida razonable podría reducir las emisiones entre 10% y 15%, reducir el consumo de agua en 20% a 30% y reducir el volumen de desechos sólidos per cápita entre 10% y 20%.

 

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