Gastan diputados 172 millones en ocurrencias disfrazadas de 'atención ciudadana'
Cajas de bolero, conos de huevo, boletos para la Sonora Santanera, todo cabe en el presupuesto para atención ciudadana.
Además de su salario y prestaciones, mensualmente cada diputado federal recibe 78 mil pesos como apoyo para el desarrollo de sus actividades legislativas.
37% de ese monto o 28 mil 700 pesos tienen como objetivo realizar gestiones en su carácter de representantes populares. En conjunto los 500 diputados federales gastan 172 millones 632 mil pesos anuales en este rubro.
La partida llamada atención ciudadana no es otra cosa que un presupuesto para apoyar las peticiones de particulares que van desde cemento y malla de acero, hasta recursos para el desarrollo de eventos, medicinas, transporte, entre muchos otros.
El presupuesto para atención ciudadana se entrega a los diputados como un apoyo económico que forma parte de su remuneración, por ello, no está delimitado en que servicios o bienes para los ciudadanos debería gastarse ese presupuesto. Los diputados estatales disponen de un apoyo similar.
La libertad de los legisladores federales y estatales para ejercer el recurso ha demostrado -en múltiples ocasiones- el despropósito con el que se gasta un apoyo que debería ser de sumo provecho para la ciudadanía, la prensa está llena de desafortunados ejemplos.
En el Estado de México el diputado local por el PAN, Anuar Azar, regaló pases dobles para asistir al concierto de la Sonora Santanera que se llevó a cabo en el municipio de Cuautitlán Izcalli en octubre de 2017.
En Nuevo León el diputado local Samuel García de Movimiento Ciudadano regaló ocho boletos para el concierto del cantante de pop Justin Bieber a cambio de que la ciudadanía le sugiriera qué cargo público debería ocupar en el futuro, en febrero de 2016.
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En el mismo estado, la diputada local Gloria Treviño del PRI regaló mil cenas navideñas a familias de escasos recursos en noviembre de 2016.
El diputado federal por el estado de Sonora, Samuel Moreno, realizó una rifa de 50 paquetes de carne asada que incluían tres kilos de carne, frijoles, tortillas, verdura y salsa para festejar las fiestas patrias de 2013.
Quizás uno de los peores casos es el del diputado local por el PRD, Luis Alberto Campos, en Tabasco, quien entregó mil 200 conos de huevo “a bajo costo” en la comunidad de Cunducán, las notas de prensa donde lo presume dan a entender que vendió lo que compró con recursos públicos.
En Chiapas el diputado del Partido Verde Ecologista, Rafael Guirao Aguilar, regaló cajas para lustrar zapatos a niños y jóvenes que trabajan de lustradores en Tapachula.
Captura de pantalla, la diputada local de Zacatecas, Iris Aguirre, ya la borró.
Mientras que en Zacatecas la diputada local, Iris Aguirre Borrego, del Partido Encuentro Social, entregó a tepehuanos de la sierra de Valparaíso mallas metálicas para que cercaran sus casas y así "previnieran" violaciones a las niñas en noviembre de 2017.
Regalar a la gente cemento, láminas, medicinas o boletos para la Sonora Santanera no forma parte del mandato de los diputados, cuya principal tarea es discutir y aprobar las leyes y, a través de estas, convertirse en gestores de las soluciones de los problemas que aquejan a los habitantes del distrito que representan, así como ser un contrapeso para el Ejecutivo.
Por tanto es un gasto que se ejerce sin que lo sustente un propósito específico de política pública y que se presta para hacerse promoción personal.
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Ocurrencias, pero ahora bajo la lupa del SAT
Hasta diciembre de 2016 los diputados podían gastar el presupuesto de atención ciudadana a su entera discreción y sin rendir cuentas de manera suficiente.
La normatividad no les obligaba a desglosar los gastos, únicamente bastaba con que firmaran un recibo simple o un comprobante de depósito bancario para verificar que el gasto se ejerció.
El diputado Samuel García regaló boletos para el concierto de Justin Bieber en Monterrey.
Sin embargo, a partir de enero de 2017 los diputados tienen que constatar el gasto a través de Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) a nombre de la Cámara de Diputados, o pagar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) sobre lo que no puedan comprobar, tal como si fuera un ingreso personal.
La Dirección General de Finanzas de la cámara realizará revisiones preventivas en septiembre y noviembre de cada año, si detecta montos pendientes de comprobar suspenderá al legislador la ministración de tal apoyo de manera proporcional al faltante o se lo descontará de su dieta.
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La opacidad con que los diputados de la 63 legislatura gastaron 230 millones de pesos entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016 se justificó con una carta a la secretaría general donde afirmaban “bajo protesta de decir verdad” que los recursos gastados en ese lapso se aplicaron conforme a la normatividad.
Los nuevos lineamientos obligarán a los diputados a comprobar que el gasto efectivamente se hizo, aunque sigue sin haber candados respecto a en qué deberían gastarlo.
MÁS INFORMACIÓN: Manual que regula las remuneraciones para los Diputados Federales para el ejercicio fiscal 2017.