Reforma energética abre puertas a 11 transnacionales activistas contra el Acuerdo de París

ExxonMobil, Shell, Chevron y otras petroleras financian publicidad, investigaciones o asociaciones que tienen como fin retrasar o diluir las normas que regulan la emisión de dióxido de carbono.
3 Octubre, 2017 Actualizado el 3 de Octubre, a las 11:39
El activismo de las transnacionales contra las normas que regulan el cambio climático es una actividad igual o más dañina que sus emisiones de dióxido de carbono.
El activismo de las transnacionales contra las normas que regulan el cambio climático es una actividad igual o más dañina que sus emisiones de dióxido de carbono.
Arena Pública

La reforma energética abrió las puertas a un enemigo imperceptible.

La influencia de petroleras transnacionales que trabajan activamente contra el establecimiento de normas que regulan la emisión de dióxido de carbono.

Un gas de efecto invernadero catalogado entre los principales responsables del calentamiento global y el cambio climático, el cual intensifica huracanes, provoca sequías extremas y afecta a cientos de especies como la ballena gris.

Por lo menos 35 empresas globales trabajan activamente contra la instauración de políticas para contrarrestar el cambio climático, reveló el centro de pensamiento británico Mapa de Influencia, dedicado a difundir información y análisis al respecto para los tomadores de decisiones.

11 de estas anunciaron que realizarán inversiones en México entre 2016 y lo que va de 2017 o ya comenzaron a trabajar en el país gracias a la apertura del sector energético que trajo consigo la reforma de 2013.

 

El activismo de las empresas para retrasar o diluir las normas que regulan el cambio climático es una actividad igual o más dañina que sus emisiones de dióxido de carbono.

Mapa de Influencia.

 

El centro de pensamiento midió la influencia de las 250 empresas más poderosas del mundo a través de un indicador llamado Huella Política de Carbono, el cual pondera el apoyo u obstrucción de los corporativos a los compromisos emanados del Acuerdo de París y la intensidad con que lo ejecutan.

Las transnacionales del sector energético encabezan el ranking de activismo opositor, en orden descendente: ExxonMobil, Chevron, Valero Energy, BASF, BP, Total, Bayer, Shell, BHP Billiton, Glencore International.

La ballena gris es una de las especies afectadas por el cambio climático.

Además del cabildeo o lobbying, la contratación de exfuncionarios públicos y el patrocinio de actividades gubernamentales, las transnacionales impactan el discurso público al financiar -con recursos propios o a través de grupos y asociaciones- publicidad, investigaciones o relaciones públicas.

La forma en que ExxonMobil y otras petroleras han negado el cambio climático y obstruido las políticas durante más de 20 años, por ejemplo, sugiere que hay una estrategia integral detrás para detener los progresos, asegura Mapa de Influencia.

 

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ExxonMobil presionó a George W. Bush, expresidente de Estados Unidos para que no ratificara el Protocolo de Kyoto en 1997 –que buscaba reducir la emisión de seis gases de efecto invernadero- según documentos oficiales en posesión del diario The Guardian.

Junto con Chevron y el Instituto Americano del Petróleo integraron la Coalición Mundial por el Clima, un grupo de presión activo de 1989 a 2002 que se encargaba de refutar la ciencia detrás del cambio climático.

 

Inversión mata reputación

A diferencia de otros países, la reputación negativa de las transnacionales no es impedimiento para que el gobierno mexicano les abra las puertas o se alie con petroleras que obstruyen las regulaciones contra el cambio climático.

En Suecia, por ejemplo, el fondo de inversiones que administra las pensiones a nivel nacional vendió las acciones de ExxonMobil y cinco compañías más -en junio de 2017- bajo el argumento de que obstruyen la legislación climática en Estados Unidos, lo que consideran una violación al Acuerdo de París.

En México en cambio alistan sus proyectos para comenzar a trabajar.

Pemex explorará aguas profundas con Chevron e Inpex en el Golfo de México.

 

Chevron realizará trabajos de exploración y extracción de petróleo junto con Pemex en el Golfo de México; Glencore planea instalar estaciones de servicio y Valero Energy importará y distribuirá gasolina, diésel y turbosina, por mencionar algunos.

Otras empresas en el grupo de próximos inversionistas son: ExxonMobil, BP, Total, Shell, BHP Billiton, Nucor Corporation, Air Liquide y Eni.

El peligro para los mexicanos es que los legisladores y tomadores de decisiones en el gobierno federal se dejen presionar por el poder económico de las petroleras ante la urgencia de inversiones que tiene México, es decir, que se antepongan los intereses privados a los ciudadanos.

 

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El sexenio de Enrique Peña es el que menos inversión extranjera nueva ha atraído respecto de las dos administraciones que le antecedieron.

57 mil 794 millones de dólares o 1.04 billones de pesos (con el tipo de cambio actual) llegaron a México como inversión nueva entre 2013 y el primer semestre de 2017, los primeros cuatro años y medio del sexenio.

Un monto 15% inferior que en el mismo periodo de tiempo para el sexenio de Vicente Fox y 9% menos que con Felipe Calderón.

México es uno de los 15 países con mayor emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel mundial con 665 millones de toneladas, el sector energético contribuye con 12% del total de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

Forma parte de los 195 países que firmaron el Acuerdo de París en 2015, un plan de acción que tienen por objetivo limitar a un máximo de 2° centígrados el incremento de la temperatura del planeta para disminuir el calentamiento global.  

 

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La meta de México es reducir en 22% la emisión de gases de efecto invernadero para 2030, es decir, dejar de producir 146 millones de toneladas.

A la fecha es imposible conocer los avances que el país ha tenido porque los esfuerzos se aprecian con dos o tres años de retraso.

Activistas contra el cambio climático y los ciudadanos tendrán que dar la batalla porque el país cumpla su cometido, especialmente porque a las 10 transnacionales –opuestas a las políticas climáticas- que ya operaban en México, se añaden 11 que llegaron o llegarán gracias a la reforma energética.

 

Defendiendo el Acuerdo de París

En el otro extremo 15 de las 250 empresas transnacionales empujan una ambiciosa agenda contra el cambio climático que promueve el uso de energías renovables y autos eléctricos.

Entre estas se encuentran, en orden descendente por su grado de activismo: Apple, Unilever, IKEA, Enel, Iberdrola, Coca Cola, Nestlé, Amazon, entre otras.

15 de las empresas más influyentes del mundo trabajan a favor de disminuir las emisiones de dióxido de carbono, pero su activismo es de menor intensidad que el de las transnacionales que trabajan en contra.

 

Algunas de ellas son firmantes de la iniciativa RE100, que compromete a las empresas a consumir solo energías 100% renovables.

Entre las activistas a favor del Acuerdo de París casi ninguna tiene que ver con el sector energético, corporativos cuyos intereses económicos se ven más afectados cuando se limita la emisión de dióxido de carbono.

 

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El grupo pro-climático se ha expandido notablemente desde la firma del Acuerdo de París y las elecciones de 2016 en Estados Unidos, asegura Mapa de Influencia.

Sin embargo, aún las empresas opositoras son más y su activismo más intenso de acuerdo con lo que muestra el ranking elaborado por el centro de pensamiento.

 

MÁS INFORMACIÓN: La huella de la política de carbono. El impacto corporativo en la política climática puede ser más importante que las emisiones físicas, introducción a los 50 más influyentes, Mapa de Influencia, septiembre 2017. (En inglés)

MÁS INFORMACIÓN: Componentes de inversión extranjera directa en México, Banco de México, 2000 - 2016.

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