Consecuencias económicas, el rezago en la regulación de IA

Las empresas financieras que emplean estrategias comerciales basadas en IA podrían tener dificultades para adaptarse a condiciones económicas sin precedentes.
5 Junio, 2024 Actualizado el 5 de Junio, a las 22:03
La regulación se centra en la seguridad, la ética y la transparencia, dejando de lado las consecuencias económicas.
La regulación se centra en la seguridad, la ética y la transparencia, dejando de lado las consecuencias económicas.
Arena Pública

A pesar de que la Inteligencia Artificial (IA) se está integrando rápidamente en diversas facetas de la economía global, su potencial impacto durante una crisis económica aún no ha sido puesto a prueba. Aunque la Unión Europea aprobó una nueva ley para regular la IA, enfocándose en la seguridad, ética y privacidad,  esta no aborda directamente las posibles consecuencias económicas, por lo que existe un vacío regulatorio que podría tener implicaciones profundas, como lo advierte Gita Gopinath, primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional.

La IA ofrecerá ventajas económicas, especialmente en términos de crecimiento de la productividad para las empresas. Sin embargo, la incertidumbre sobre su impacto en los mercados laborales y financieros durante una crisis económica son motivo de preocupación, ya que, tal como lo afirma Gopinath, citada por Axios, la IA podría convertir una recesión común en un desastre económico, debido a perturbaciones en los mercados laborales, financieros y las cadenas de suministro.

La amplia adopción de la IA podría exacerbar una recesión económica al amenazar una gama más amplia de empleos, incluidos aquellos más calificados. La automatización impulsada por la IA podría llevar a una pérdida de empleos sin precedentes, con trabajadores desplazados a largo plazo que no tienen habilidades adecuadas para una economía centrada en la IA.

Además, las empresas financieras que utilizan estrategias comerciales basadas en IA podrían no responder adecuadamente a condiciones económicas sin precedentes. Este fenómeno podría provocar una espiral de ventas forzosas y colapso de los precios de los activos en diferentes mercados financieros.

Los modelos de cadena de suministro basados en IA también podrían generar errores de pronóstico, provocando enormes oscilaciones en los inventarios y la producción. Esto podría causar retrasos devastadores y escasez de suministros críticos a nivel global, agravando aún más la crisis económica.

Esta preocupación descansa, además, en la rápida innovación de esta tecnología, misma que está siendo un foco de inversión que pudiera ser precipitada. Además de sus consecuencias en la economía, también se abren interrogantes sobre si la IA podría convertirse en una mera mercancía, su capacidad para generar ingresos y especialmente ganancias, y si realmente está naciendo una nueva economía.

Además, la costosa ejecución de modelos de IA y el gasto en chips que supera los ingresos generan incertidumbre sobre su rentabilidad a largo plazo. Según los informes de ganancias más recientes, empresas como Google, Microsoft y otras han experimentado un aumento en los ingresos por servicios en la nube, atribuido en parte al impulso generado por estas plataformas para el desarrollo de IA en otras empresas. 

Sin embargo, la sostenibilidad de estos ingresos depende de que otras compañías y nuevas empresas logren extraer suficiente valor de la IA para justificar las inversiones continuas en la formación y ejecución de estos sistemas.

Pero aún con estas interrogantes, la competencia en IA se incrementa y las gigantes tecnológicas no quedan fuera. Alphabet, matriz de Google, Nvidia, Meta y Microsoft están invirtiendo en IA, mientras que los rumores sobre una nueva actualización de IA por parte de Apple también se incrementan.

Lo preocupante es que la regulación no está preocupada por ello. La reciente aprobación de la Ley de IA por parte de la Unión Europea representa un paso importante hacia la regulación de esta tecnología, y se enfoca en la transparencia, la confianza y la responsabilidad, imponiendo estrictas obligaciones a los sistemas de IA de alto riesgo, pero no aborda directamente las posibles consecuencias económicas de la IA.

La Ley de IA de la UE tendrá un alcance global, afectando a las empresas fuera de la UE que utilicen datos de clientes europeos en sus plataformas de IA. Tal como menciona Reuters, otros países y regiones podrían adoptar un enfoque similar, siguiendo el modelo de la UE, al igual que ocurrió con las normas de privacidad del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

Gita Gopinath señala la necesidad de un esfuerzo internacional serio para proteger la economía de los posibles impactos negativos de la IA. Además, se espera que la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aborde los riesgos asociados con los sistemas financieros impulsados por IA en un discuro próximo.  En su intervención, resaltará la naturaleza de "caja negra" de estos modelos, que representan un enigma incluso para sus propios diseñadores.