México con la recuperación más lenta en la Alianza del Pacífico
La economía mexicana se recupera lenta y débilmente, por detrás de otras economías de la región incluyendo a sus socias de la Alianza del Pacífico.
Hace un año las estimaciones económicas apuntaban a que un rebote económico por encima del 6%, permitiría a México recuperar su PIB prepandemia en el año 2022. Sin embargo los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) apuntan a que tomará por lo menos un año más alcanzar este nivel.
Luego de un “susto” inicial, la economía mexicana se salvó de una recesión técnica -dos trimestres consecutivos de contracción-, al corregir el Inegi el crecimiento trimestral de los últimos tres meses del año, pasando de (-)0.2% en la estimación oportuna a 0.0% en la versión revisada.
Pese a que no existió una nueva contracción, el nuevo dato confirma el estancamiento de la economía mexicana que cerró el año con una variación anual de 5.0% después de la caída de (-)8.3% en 2020, muy por detrás de sus compañeros de la Alianza del Pacífico, la iniciativa de integración regional de la que México asumió la presidencia protempore este año.
Con el retroceso del PIB del segundo semestre, el tamaño de la economía mexicana mantiene un nivel similar al de hace 5 años, es decir, al que tenía en el tercer trimestre de 2016. pic.twitter.com/3yWNUK5GI8
— Janneth Quiroz Zamora (@Janneth_QuirozZ) February 26, 2022
Los dos casos más relevantes son el de Chile y Colombia, que no solo recuperaron la totalidad de su actividad económica prepandemia este 2021, sino que incluso recuperaron o superaron su tendencia previa de crecimiento.
En el caso del país andino, aún no se revela la cifra oficial de crecimiento, sin embargo la mayoría de las proyecciones apuntan a que será de alrededor del 12%, más del doble de lo que necesitaba para recuperar su caída pandémica (-5.7%) y una tasa de crecimiento, que de no considerar el rebote, no se veía desde el 2012.
Colombia no se quedó atrás. Con un crecimiento de 10.6% en 2021, la nación caribeña superó con 3.9 puntos porcentuales la caída de 6.7% registrada en el año de la pandemia. Pero a comparación del caso chileno, la economía colombiana quedó prácticamente en su tendencia previa de crecimiento, sin una mejoría adicional.
A la lista de las tres mejores recuperaciones de las grandes economías de la región, se suma el caso de Perú, cuya tasa anual para el PIB alcanzó 13.3% el año pasado, mayor que Chile, aunque representa un crecimiento de 2.2 puntos por sobre la caída de 11.1% del 2020.
Brasil, otra economía comparable aunque sin ser miembro de la Alianza, apenas y se salva. El país más grande de la región habría crecido 4.5% en 2021 según estimaciones del Banco Central de Brasil, un crecimiento de apenas 0.4 puntos porcentuales por encima de su caída de 4.1% en 2020.
No obstante sean más pequeños o más grandes, todas estas tasas de crecimiento de las economías sudamericanas son mayores que la mexicana que quedó 3.3 puntos por debajo de su caída de 2020 y es la única de las cuatro anteriores que no logró su recuperación, sino que -previsiblemente- lo haría este año o en 2023.
Desaceleración generalizada en la región para 2022
Pero el impulso pospandemia no será para siempre, ni siquiera de larga duración, estima el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el organismo internacional, la región se habría reactivado en 2021 hasta alcanzar un 6.8% gracias “al sólido crecimiento de los socios comerciales, el alza de los precios de las materias primas y las favorables condiciones de financiamiento externo”.
Sin embargo la potenciación del crecimiento económico en países como Chile y Colombia se debió a un rápido progreso de la inmunización, el respaldo fiscal gubernamental y la acumulación de ahorros en 2020, medidas en que ambas naciones destacaron entre los países de la región.
No obstante, la normalización de las condiciones económicas sumado a la fuerte ola inflacionaria de la que los países aún no logran salir, limitaría el crecimiento económico para este año, incluso por debajo de los niveles de crecimiento prepandemia.
Para 2022 el FMI prevé que el crecimiento disminuirá a 2.4% anual, una rebaja respecto del 3% pronosticado en octubre de 2021. Incluso destaca que a diferencia del 2021, el crecimiento económico de México será el segundo mayor de la región con 2.8%, por encima de Chile (1.9%), Brasil (0.4%), al mismo nivel de Perú y solo por debajo de Colombia (4.5%).
La del FMI está entre las estimaciones optimistas, pues los pronósticos del sector privado y otros organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), apuntan a un menor crecimiento que va de 1.5% a 2%. Pero ninguno de los otros países se salva de sus propios “granitos negros en el arroz”.
La incertidumbre política en el Perú ha sido una constante en los últimos años. Con cinco presidentes distintos en un corto periodo de tiempo, incluído el actual presidente Pedro Castillo - el primero de corte izquierdista- los pronósticos del sector privado son menores a los del FMI, con un 2.5%, ante una posible salida de capitales extranjeros debido a las políticas nacionalistas del gobierno que asumió en julio de 2021.
Chile vive un cambio político similar, con la elección de Gabriel Boric -también de corte izquierdista- como próximo presidente de Chile que asumirá el próximo 11 de marzo y con un proceso en marcha para la redacción de una nueva constitución política. Aunque la mayoría de los pronósticos del sector privado esperan un crecimiento en línea con el del FMI de alrededor del 2%.
Colombia se coronará como la economía latinoamericana con el mayor crecimiento en este año. Sin embargo, también seguirá siendo una de las estructuralmente más débiles en algunos indicadores, como la ocupación. El año pasado, el país gobernado por Iván Duque cerró con una desocupación de 13.7%, una reducción frente al 15.9% de 2020, por arriba de Brasil (13.2%) Chile (7.8%), Perú, (5.3%), e incluso tres veces mayor que la de México (3.7%).
Ventaja con consecuencias inesperadas
El bajo crecimiento económico de México se da a pesar de que el país cuenta con una ventaja frente al resto de países de América Latina: Su alta integración económica y comercial con Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, que en 2021 creció al 5.7%, por arriba de su caída de (-)3.4% en 2020. El factor político, el escaso apoyo fiscal al sector productivo y ciertas decisiones de gobierno contrarias a la inversión privada, jugaron en contra de la recuperación de la economía mexicana.
Sin embargo, el arrastre de la economía mexicana por EU fue más “doloroso” de lo que pudo haberse imaginado. Si bien el crecimiento económico en la frontera norte de México se vió beneficiado por el aumento de la demanda de productos de exportación mexicanos por los Estados Unidos, la dinámica industrial también se vió afectada por las crisis productivas estadounidenses, principalmente en la segunda mitad del año.
Para el economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano, esto se explica por las “afectaciones negativas por los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales al ser un país con una alta vocación manufacturera”, con el sector automotriz, la industria más importante del país, como el ejemplo más visible de cómo la relación productiva con los EU se convirtió en un arma de doble filo.
La dependencia económica también se tradujo en “importación” inflacionaria a lo largo de 2021, siendo México el segundo país con la mayor inflación entre las grandes economías latinoamericanas, sólo por debajo de la brasileña (10%).
No obstante, las expectativas inflacionarias en México para este año y el 2023, son mejores que para la mayoría de los otros países, pues anticipan una mayor caída de la inflación. Pese a ello, ésta no alcanzaría su rango objetivo hasta por lo menos 2023 en sintonía con los otros países.