Artista de la Semana #11: The Ocean

The Ocean puede que no sea el grupo más “amigable” para entrar al metal, sin embargo, escucharlos presenta una experiencia que dista años luz de sus contemporáneos.
18 Octubre, 2020 Actualizado el 18 de Octubre, a las 18:59
The Ocean Collective.
The Ocean Collective.
Arena Pública

En el año 2000, el músico Robin Staps creó el concepto de un colectivo con el cual pudiera dar vida a sus visiones artísticas.

Bajo el mote de The Ocean Collective, Staps colaboró con decenas de músicos que entraban y salían del colectivo de manera fluida, aportando diversos matices individuales al sonido del grupo, pero ultimadamente retrasando el establecimiento de algo mucho más formal. La primera luz del proyecto se vio plasmada en Fogdiver (2003), un EP crudo influenciado por partes iguales de hardcore, doom y rock progresivo de la mano de bandas como Helmet que edificaba los cimientos de lo que años más tarde sería su timbre característico.

El dúo de álbumes conformado por Fluxion y Aeolian (2004/2005), las caras opuestas de una misma moneda, enfrentaban dos aspectos vitales dentro del grupo, el establecimiento de pasajes instrumentales enormes y figuras experimentales contra piezas frenéticas mucho más “despiadadas”. Fue en éstos donde también se incluyó una participación mucho más notoria por parte de la voz, sobresaliendo en varias capas intercaladas de guturales que aportaban varios niveles de abrasión.

 

Para 2007 Precambrian definiría por fin el estilo que prevalecería hasta el día de hoy. Conceptualizando el eón en que se fue desarrollando la vida en la tierra, los alemanes definieron un viaje de una magnitud incomparable en temática, alcance y dificultad interpretativa, pues su indagar en la técnica, así como en la duración de las piezas fue incrementando con el paso de los años, conformando escenarios de texturas cada vez más complejas. Un detalle importante es que la voz, por su lado, agregaba pasajes limpios para apoyar el contraste de las disonancias guturales que enfatizan las partes más fuertes del grupo, así como las disonancias provistas por el resto de los instrumentos.

 

Con el lanzamiento de sus discos: Heliocentric y Anthropocentric, el proyecto llegó a un máximo nivel de especialización, lleno de arreglos de cuerdas intrincados, guitarras distorsionadas que se intercalaban sobre ritmos técnicos de batería y paisajes soberbios en donde la narrativa exploraba situaciones personales del grupo, al ser humano, la religión y el origen de la tierra a partir de diversas visiones históricas. En poco menos de dos horas fueron capaces de crear un nuevo universo musical que se diferenciaba lo suficiente de todo lo que habían creado hasta ese momento.

 

Con la llegada de 2013 el grupo permaneció en la tierra, giró su mirada al espacio al que debían su nombre y se sumergió a las profundidades de lo desconocido en un álbum al que titularon Pelagial. Citando (con ciertas libertades) a Staps: “El concepto del disco sigue dos líneas separadas pero finalmente relacionadas [...] una es la más obvia, que es un viaje que parte de la superficie hasta el fondo del océano. La segunda está laxamente basada en la película Stalker de Andréi Tarkovsky la cual es también un viaje a través de distintas zonas, pero principalmente evoca un viaje interno, de la superficie a las entrañas de la psique humana, hacia los orígenes de nuestros deseos.”

Bajo la unión artística de estos conceptos, la travesía de este álbum comienza rodeada de luz, pero poco a poco los arreglos en las canciones tienden hacia un ambiente sofocante, extenuantemente denso, que termina por ahogar cualquier haz, similar a las zonas abisales del mar.

 

¿Qué ha hecho el grupo recientemente? En 2018 el grupo regresó al pasado para continuar su viaje por las eras geológicas con el lanzamiento de Phanerozoic I: Palaeozoic y el pasado mes de septiembre culminó su odisea con la segunda parte: Phanerozoic II: Mesozoic | Cenozoic. Ambos discos son inmensos, la magnitud de las composiciones creció de manera impresionante, puliendo cada vez más sus fortalezas e incluyendo ciertas sorpresas como la inclusión de elementos de black metal y metal moderno y la participación de grandes cantantes invitados como Jonas Renske de Katatonia y Tomas Liljedahl de BREACH.

 

Éste puede que no sea el grupo más “amigable” para entrar al metal, sin embargo, escucharlos presenta una experiencia que dista años luz de sus contemporáneos. Dejamos a continuación el disco más reciente de la banda, esperando que se aventuren a un trayecto que trasciende la temporalidad. 

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