Tren México-Toluca, el futuro elefante blanco de la administración de Peña
Una de las obras insignia del presidente Peña Nieto, el tren México-Toluca, está en vísperas de convertirse en un elefante blanco.
El alto de costo de mantenimiento y operación del tren, sumado a la incapacidad de muchos trabajadores de utilizarlo por su precio, podrían destinar a una de las obras insignias del sexenio al fracaso.
El costo de mantenimiento de la gran obra será de 800 millones de pesos anuales, el cual será creciente con el tiempo de acuerdo con el análisis costo-beneficio presentado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). El desglose de estos costos no fue presentado en el documento público.
El nuevo tren generará un gasto adicional para quien de por sí gasta una parte importante de su ingreso en movilizarse, esto podría hacer que mucha gente opte por transportarse de diferente manera dejando subutiliz1ado el nuevo tren.
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Aunque el precio por viaje aún no se hace oficial, la SCT estima que el precio del pasaje completo será de 80 pesos y que el tramo observatorio Santa Fe costará 12 pesos.
Si bien el precio de 80 pesos es competitivo con el precio de autobuses que viajan de Toluca a la estación observatorio, los 12 pesos del tramo Observatorio-Santa Fe, donde se espera el mayor número de usuarios, podrían hacer que el servicio no sea tan utilizado como se espera.
Una persona que vive en la Ciudad de México y se tiene que trasladar a Santa Fe, en el mejor de los casos únicamente tendría que utilizar el metro para llegar a la estación Observatorio y de ahí tomar el tren. Ida y vuelta esto es un gasto de 34 pesos.
Sin embargo, de acuerdo con la última Encuesta Origen Destino (EOD) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tres de cada cuatro personas que utiliza el transporte público en la Zona Metropolitana del Valle de México utiliza un microbús o combi.
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Agregar un nuevo medio de transporte –que cuesta más del doble que un medio tradicional como el metro o la combi (5$)- podría generar que la gente, en especial de escasos recursos, decida no utilizar el nuevo tren.
Los mexicanos gastan en promedio 18% de sus ingresos en movilizarse, pero los deciles más pobres llegan incluso a destinar el 50% de sus ingresos en trasladarse, de acuerdo con el mismo Inegi.
En Santa Fe viven aproximadamente 35 mil personas, pero cuenta con población flotante de 233 mil personas y diariamente se realizan más de 850 mil viajes según un estudio realizado por CTS Embarq.
Sin embargo, la última Encuesta Origen Destino realizada por el Inegi, señala un número mucho menor: diariamente se realizan en Santa Fe 171 mil 519 viajes, muchos de ellos provenientes de municipios de la periferia de la ciudad, como Tlalmanalco, Chalco o Huehuetoca, mismos que de utilizar el nuevo tren, tendrán que agregar un nuevo gasto a su ya de por sí, largo recorrido.
Viajes diarios hacia Santa Fe
De los vehículos que circulan en la zona, solo 3% corresponden a unidades de transporte público mientras que los automóviles particulares representan el 87% del parque vehicular, de acuerdo con el análisis de CTS Embarq. Por la falta de transporte público de calidad, a nadie sorprende la congestión que se vive ahí a diario.
Un transporte público masivo que conecte Santa Fe con el resto de la ciudad es importante, pero por su costo y los bajos salarios de muchos trabajadores, este puede acabar por ser un elefante blanco al quedar subutilizado.
La polémica que rodea al tren
A lo mencionado anteriormente, también hay que sumarle que el costo del tren ha aumentado 34% de lo planeado originalmente. El proyecto original presentado en 2013 marcaba un costo total de 38 mil 608 millones de pesos, los últimos documentos presentados por la SCT marcan que acabará costando 51 mil 397 millones, pero aún falta que se inaugure.
Más aún, de acuerdo con el Instituto Mexicano de la Competitiva, el sobre costo total de la obra sobrepasa el 50% del monto original.
En cualquiera de los dos casos, el tren dejó de ser socialmente rentable de acuerdo con la misma secretaría, quien en su análisis costo-beneficio argumentaba que esto pasaría si el costo de la obra aumentaba más del 25%.
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Los procesos para entregar obra han sido poco claros, el 27% del proyecto se licitó sin competencia alguna y en el 46% se licitó con muy poca competencia, de acuerdo con un análisis de México Evalúa.
Una obra de esta envergadura debería someterse a los máximos estándares de transparencia y competitividad para asegurar su buen funcionamiento.
Y no menos importante, está el tema de las afectaciones a todos los habitantes que viven por donde pasa el tren. Arena Pública recabó testimonios de la incertidumbre que viven colonos de la delegación Álvaro Obregón al no saber si sus terrenos serán expropiados o se les pagará por el daño que esta obra genera a sus casas o negocios.
De esta manera, uno de los proyectos insignia del actual sexenio, podría terminar como un elefante blanco, un símbolo de opacidad más en esta administración carente de credibilidad.
MÁS INFORMACIÓN: Encuesta Origen Destino 2018, Instituto Nacional de Estadística y Geografía
MÁS INFORMACIÓN: ¿Hubo competencia en la obra del tren México.Toluca?, México Evalúa, 8 de mayo del 2017
MÁS INFORMACIÓN: Ineficiencia y riesgos de corrupción en obra pública: Caso de estudio del Tren Interurbano México-Toluca, Instituto Mexicano de la Competitividad
