Aplicaciones como Tinder degradan la salud mental de sus usuarios, especialmente hombres

En Tinder las probabilidades de ser rechazado aumenta y con ello el sentimiento de rechazo.
13 Abril, 2018 Actualizado el 23 de Mayo, a las 10:50
El funcionamiento de aplicaciones como Tinder puede ser comparado con el de una máquina traga monedas. Foto: David Goehring /algunos derechos reservados.
El funcionamiento de aplicaciones como Tinder puede ser comparado con el de una máquina traga monedas. Foto: David Goehring /algunos derechos reservados.
Arena Pública

La acción parece inofensiva, solo entras, subes tus mejores fotos y ¡voila! hombres y mujeres pueden empezar a buscar alguna pareja para pasar la noche en aplicaciones como Tinder, el gusto solo debe ser mutuo.

No obstante, esa simplicidad es la que puede llevar a los usuarios frecuentes de estas aplicaciones a terminar con un abrumador sentimiento sobre sí mismos afectando su salud mental, reconocen ya varias investigaciones al respecto.

Si bien los sentimientos de insatisfacción con sus cuerpos son generalizados en mujeres y hombres usuarios de estas aplicaciones de citas, son estos últimos los más vulnerables.

Son los hombres usuarios los que reportan los niveles más bajos de autoestima según un estudio de la Universidad del Norte de Texas que entrevistó a mil 317 estudiantes (hombres y mujeres) en 2016 sobre el uso de Tinder, los motivos no son concluyentes.

Sin embargo, otras investigaciones al respecto muestran que las mujeres son más selectivas que los hombres al decir sí o no a alguna pareja, mientras que los hombres lo hacen con mayor deliberación, aunque esto viene con un mayor riesgo, pues hay mayor probabilidad de ser rechazados, explica Trent Petrie, coautor de la investigación de la Universidad del Norte de Texas, presentada por la Asociación Americana de Psicología en su convención anual.

 

Los hombre no menos selectivos en tinder

 

El funcionamiento de aplicaciones como Tinder puede ser comparado con el de una máquina traga monedas, uno nunca sabe cuándo va a tener éxito así que continúa seleccionando posibles parejas como poniendo monedas hasta llevarse el premio, explica Jack Turban, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Harvard con especialidad en género y sexualidad.

Creando así un círculo vicioso derivado a su vez de los estímulos neurológicos que el coincidir en gustos dentro de estas aplicaciones, utilizadas para el sexo casual, generan.

Los orgasmos causan en el cerebro la activación de las áreas del placer, al tiempo que un grupo de neuronas conocida como tegmento ventral desactiva las áreas relacionadas con el auto control, comenta Turban.

Y si cada vez que una persona empata con otra existe la posibilidad de tener un orgasmo en solo cuestión de tiempo, se empiezan a activar y desactivar áreas en el cerebro que provocan que algunos usuarios entren en un ciclo sin fin.

 

grindr y tinder logo

 

Turban llevó a cabo una encuesta informal con 50 usuarios de Grindr, aplicación de citas dirigida únicamente a hombres homosexuales, y lo que encontró fue que la mayoría de los entrevistados compartían la idea de que “el encanto de Grindr no era solo la necesidad de sentirse bien. Era el parar de sentirse mal”, un elemento clave de en el desgaste de su salud mental.

En una encuesta de 200 mil usuarios de iphone realizada por la organización Time Well Spent, enfocada en la atención de la crisis digital, mostró que el 77% de los usuarios de Grindr sentían arrepentimiento después de utilizar la aplicación.

En relación con las entrevistas de Turban, varios usuarios contaron que una vez que dejaban sus teléfonos y reflexionaban sobre lo superficial de sus conversaciones y las imágenes sexualmente explícitas que enviaron se sentían más deprimidos, ansiosos e incluso aislados, lo que llevaba a unos a volver a abrir la aplicación.

 

MÁS INFORMACIÓN: Tinder ¿lastimando la autoestima?, Asociación Americana de Psicología, 2016.

MÁS INFORMACIÓN: Necesitamos hablar sobre como Grindr está afectando la salud mental de los hombres gay, Jack Turban, Vox, 2018. 

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