Trabajar desde casa: improvisar nos puede llevar de la emoción a la desesperación

Trabajar desde casa no es fácil, la falta de reglas y del conocimiento de la familia puede llevar a la improductividad laboral, aquí algunas recomendaciones para tener éxito.
12 Marzo, 2018 Actualizado el 12 de Marzo, a las 14:09
Trabajar en pijama solo hace que nos invada la pereza al trabajar desde casa.
Trabajar en pijama solo hace que nos invada la pereza al trabajar desde casa.
Jaime Guerrero-Mediatelecom

Luego de varias consultorías sobre trabajar desde casa, y de vivir conjuntamente las primeras experiencias de teletrabajadores en casa por parte del sector público, decidí realizar un fuerte cambio en mis hábitos de trabajo y, haciéndome caso a mí mismo, empecé a trabajar desde casa en vez de acudir a mi oficina.

Quizás mi experiencia no sea comparable con la de muchos teletrabajadores, pues llevo haciendo trabajo desde casa desde hace casi 4 años, eso sí, moviéndome entre países y ciudades, lo cual lo vuelve mucho más emocionante.

El caso es que decidí quedarme en casa y realizar actividades como un teletrabajador cualquiera.

Mi primera sensación fue de mucho silencio y de una gran concentración para trabajar en un tema por muchas horas logrando un rendimiento impresionante.

Sin embargo, como no tengo un trabajo en relación de dependencia, poco a poco empecé a experimentar lo que en muchas charlas recomiendo evitar.

Levantarse un poco más tarde siempre es más grato, pero poco a poco se vuelve difícil volver a madrugar cuando uno lo requiere.

 

Trabajar desde casa puede alterar los horarios y llenarnos de pereza. Foto: Debs. 

 

Trabajar en pijama es otro tema en el cual los expertos (incluido supuestamente yo) recomiendan no hacer, y comprobé quedándome intencionalmente varias mañanas en pijama, que es cierto que nos invade la pereza.

Poco a poco empecé a sentir una pérdida en la concentración y a distraerme por cosas como notar una puerta que requiere arreglo, o que tienes que sacar la basura.

 

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No podría faltar Murphy en esta experiencia: cuando necesitaba de algún tipo de hoja, carpeta o tinta suficiente en la impresora, o cinta de embalaje, nunca las tenía en casa.

Súmenle a eso que nadie en mi casa le dio charlas de trabajo desde casa a mi familia como yo las doy a las familias de los teletrabajadores, así que era muy común en casa recibir una llamada empezando con “oye, tú que no estás haciendo nada, podrías…. “ y a continuación una larga lista de cosas como retirar ropa de la lavandería, comprar el gas, retirar un documento, etcétera.

Una vez que sufrí casi todo lo que debía sufrir en lo que no se debe hacer teletrabajando en casa, decidí aplicar simples reglas (las que asesoro a otros) para hacer mi vida más llevadera, y algunas de éstas son:

  1. Levantarse, bañarse y arreglarse siempre en la mañana a la misma hora que si tuviera que ir a trabajar.
  2. Establecer un horario para trabajar desde casa.
  3. Tener las herramientas necesarias para trabajar desde casa.
  4. Realizar diariamente una lista de cosas por hacer (la famosa “todo list”) y ejecutar las actividades personales en el horario cuando no se esté teletrabajando.
  5. Conversar con la familia y hacerles entender que no estamos desocupados.
  6. Ponernos una meta y objetivos diarios, semanales o incluso anuales.

Adicionalmente a estas simples normas que ya estaban escritas, realizo mis actividades en casa y luego programo diariamente salir a alguna reunión en la ciudad, o a alguna actividad social o deportiva fuera de casa. Esto me permite manejar mi claustrofobia actual bastante bien.

En resumen, el teletrabajador y sus familias deben ser capacitados para poder realizar el trabajo en casa.

Siempre lo he instruido así, pero ahora lo puedo decir por experiencia propia.

 

Lee la nota original del exministro del Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Ecuador aquí

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