Casi se triplican programas sociales "sin ton ni son" en la última década
Becas, subsidios alimenticios, apoyos para el campo ¿qué candidato no los promete?
Comprometerse a incrementar los programas sociales es el común denominador de las campañas electorales a nivel federal, estatal y municipal.
Una de las razones por las que cada año nacen decenas de programas sociales distribuidos en los tres órdenes de gobierno.
El problema de ese proceso es que sucede con tal falta de coordinación que los nuevos duplican a los existentes, los contraponen o quedan vacíos entre ambos, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
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En la última década los programas sociales administrados por el gobierno federal crecieron 164%. En 2004 eran tan sólo 89 y el recuento más reciente de 2015 los sitúa en 235, de los cuales 16% o 37 se duplican al 100%, es decir, son exactamente iguales a otro.
Ello dejando de lado las duplicidades de los programas federales con los más de 2,500 programas estatales y 2,730 municipales. “Es un exceso, son muchos y muchos son igualitos”, criticó desde 2014 el secretario ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona.
Gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, entrega apoyos del programa de becas “Sube-T” a estudiantes hijos de comerciantes. (Julio 2015)
Y siguen sumando. Tan sólo el gobierno de la Ciudad de México creará 159 nuevos programas sociales en 2017. Los programas sociales “son un caos”, han crecido “sin ton ni son”, es urgente “ejercer el gasto de manera sensata y ordenada”, advirtió.
“Lo curioso del asunto es que la ampliación del gasto social en estados y municipios no ha venido aparejada de un incremento en la recaudación de ingresos propios sino de transferencias federales”, criticó el economista Fausto Hernández Trillo, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
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A la maraña de política social el gobierno federal destina casi 80% del presupuesto programable de acuerdo con el economista, esto es 3.32 billones de pesos de un total de 4.160 billones con base en los gastos de 2016.
La abundancia de programas sociales no es inconveniente, pero si la falta de coordinación entre gobierno federal, estatal y municipal o incluso entre las propias secretarías.
La intervención gubernamental ha terminado por fragmentar sus esfuerzos en una serie de acciones desvinculadas que, por tanto, no logran los resultados esperados.
Evaluación del Coneval.
La descentralización del gasto de educación, salud, infraestructura social y seguridad pública entre 1992 y 1998, es una de las principales razones del desorden en las políticas sociales y de que la población no pueda identificar con claridad a que orden de gobierno debe reclamar por los resultados, explicó el también investigador, Fausto Hernández.
“El reto monumental es redefinir el sistema nacional de coordinación fiscal que ya es obsoleto, mientras no se redefina no será posible incrementar la rendición de cuentas y la calidad del gasto. Así de sencillo,” concluyó el economista.
MÁS INFORMACIÓN: Informe de evaluación de la Política de Desarrollo Social, principales hallazgos, Coneval, 2016.
MÁS INFORMACIÓN: Consideraciones para el Proceso Presupuestario 2017, 18 de mayo de 2016.