La gran oportunidad está en el mercado interno

La política fiscal tiene que ser revisada para alentar la inversión, la generación de empleo y el ahorro. Necesitamos otro impulso para los mercados internos, dice el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en entrevista
12 Agosto, 2015 Actualizado el 12 de Agosto, a las 23:59
Aunque se de mejor calidad de vida a través de los servicios; la gente lo que necesita es un empleo seguro, dice Juan Pablo Castañón
Aunque se de mejor calidad de vida a través de los servicios; la gente lo que necesita es un empleo seguro, dice Juan Pablo Castañón
Arena Pública

¿Acaso nuestra democracia es disfuncional?

Nuestra democracia está en evolución. Está madurando y, como tal, está sujeta a enriquecerse, perfeccionarse y evolucionar; pero todavía requerimos de fortalecer nuestras instituciones: que hagan cumplir las leyes y que tengan consecuencias con aquel que no las cumpla. Ese es el estado de nuestra democracia.

Pareciera que los órganos de representación popular existen para el servicio de algunas élites políticas y no para representar a los ciudadanos. Una democracia formal, pero no una democracia que funcione.

En la evolución de nuestra democracia, la actuación de los partidos políticos y sus obligaciones con la sociedad también tiene que evolucionar. Y la apertura a los candidatos independientes nos lleva a la reflexión de que los mexicanos queremos y exigimos más cercanía, compromiso, transparencia y rendición de cuentas por parte de todo aquel que use recursos públicos; desde los partidos políticos -que son una plataforma para alcanzar el poder- hasta los que ya ejercen el cargo público y tiene una responsabilidad.

Los partidos políticos ya están reflexionando acerca de este fenómeno de los candidatos independientes y de la reacción de la sociedad ante ellos.

Menciona transparencia y rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos. Sin embargo el mal uso de los recursos públicos se publica diariamente y aparentemente no ocurre nada con eso.

Sí, unidas, es la madre de la decepción y del desencanto en cualquier tipo de sociedad si las instituciones no nos dan la fortaleza y seguridad. La impunidad debe ser combatida no solo en el uso de los recursos públicos, sino en el ejercicio del poder y de la responsabilidad.

¿Acaso la corrupción es un asunto cultural? ¿La traen los mexicanos en su ADN?

Creo que no es propio de un mexicano, de una nación o de una raza. Es propio del ser humano. Cualquier ser humano puede caer en tentaciones en el ejercicio del uso de recursos públicos o de cualquier otro tipo de tentación. Y así como todas las tentaciones tienen que ser combatidas; tiene que ser premiado todo aquel que se mantenga incólume ante estas tentaciones.

El Presidente de la República ha insistido en la corrupción como un asunto cultural.

Es un asunto plenamente humano, como es la virtud o la honestidad. Ahí es donde tenemos que ponderar. Para trabajar la impunidad tenemos que ponderar los valores, los principios. La visión de Estado en la honestidad, en la verdad. Y ponderar positivamente a todo aquel hombre público que hable con la verdad.

 

 

¿En todo caso no es un problema de cumplimiento de las leyes?

Las leyes se deben adaptar a las nuevas realidades. Sí, efectivamente es el cumplimiento de las leyes y las instituciones que las hagan cumplir. La democracia exige transparencia en el ejercicio de la autoridad.

Si bien eso lo escuchamos en los discursos públicos, no se ve materializado en acciones de gobierno y en las cifras sobre el crimen, la violencia y la impunidad.

Por eso hemos insistido en que tenemos que fortalecer las instituciones mexicanas. Las instituciones las tenemos, pero necesitamos que éstas sean sólidas, fuertes, respaldadas por la sociedad. Necesitamos que ellas actúen independientemente de los personajes que las dirigen o a quién se le va a aplicar la justicia.

¿Es suficiente o hay que cambiar las reglas del juego político y económico?

Las reglas tienen que transformarse de acuerdo a las nuevas realidades y exigencias sociales. No podemos tener reglas en donde no contemplen la comunicación entre los ciudadanos, las nuevas exigencias de los jóvenes, las propias exigencias de la sociedad; y no solo para salir adelante y tener progreso económico, sino para construir los cimientos de una nación que nos dé certeza y confianza.

El punto aquí es incrementar  y mantener la confianza entre los ciudadanos y sus propias instituciones.

Pero existe un problema institucional de inicio…

Por eso tenemos que arreglar algunas cosas. Es decir, transformarlas a las nuevas realidades. La apertura a nuevos actores independientes es una de las formas. Pero por el otro lado, el combatir la impunidad y corrupción con un nuevo sistema nacional anticorrupción que, podríamos decir que es otro nuevo juego de la política mexicana para congraciarse con el pueblo, posiblemente pudiera interpretarse así, pero yo no creo en eso.

Yo creo que es una nueva forma de adaptar las reglas de convivencia entre los mexicanos y generar leyes secundarias que hagan la impartición de la justicia desde lo local, desde la vida de las ciudades pequeñas, hasta la vida de la nación.

Según la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los hogares de INEGI la distribución de la riqueza se sigue polarizando, mientras que CONEVAL señala que la pobreza se sigue incrementando. ¿Acaso es por el arreglo institucional que tenemos en el país?

Es una buena pregunta y reflexión. Por un lado tenemos que ver que un mayor gasto público ha obtenido como resultados menos carencias en esa misma encuesta. Podemos ver que a pesar de que tenemos más pobres, esos pobres tienen menos carencias; tienen mayor acceso a vivienda, seguridad social, salud, incluso a la propia seguridad.

El ingreso de las familias ha disminuido 3.2%, según INEGI. ¿Qué quiere decir? Que a pesar de que tengas gasto público que transforme algunas carencias o las mitigue, por el otro lado no existe empleo ni mayor ingreso.

La iniciativa de los particulares, la promoción de la generación de empleo, la promoción de la generación de valor para tener empleos sustentables en el tiempo tiene que ir aparejada con la disminución de las carencias a través de la seguridad social. Es decir, tenemos que promover más inversión, más empleo, empleo sustentable, mayor tecnología, mayor valor agregado en la economía. Si no de cualquier forma, aunque demos más seguridad o menores carencias o mejor calidad de vida en los servicios; la gente lo que necesita adicionalmente es un empleo seguro, un empleo para el tiempo.

Eso significa combatir la pobreza. Combatirla al mismo tiempo en seguridad social y bienestar, con empleo digno y empleo de largo plazo.

La inversión es clave en esta ecuación ¿Acaso hay un problema de confianza de la inversión a pesar de los discursos públicos sobre el tema?

Hemos sido muy buenos para atraer la gran inversión, incluso la inversión interna. Las grandes inversiones en México se han dado. En los últimos 10 años nos hemos hecho líderes en productos automotrices. Hemos avanzado muchísimo en aeroespaciales. Estamos trabajando muy fuerte en telecomunicaciones. La inversión en ese sentido ha sido exitosa en México.

Sin embargo, el foco de atención hoy, y que no hemos atendido, es la inversión pequeña. Que la pequeña iniciativa puedan crecer. Es ahí donde está el complemento de la inversión para poder crecer como nación. La gran oportunidad está en nuestro mercado interno. Y el mercado interno en un 70% en la generación de empleo está en la pequeña empresa. El 95% de las empresas en México tienen menos de 10 trabajadores.

Tenemos que trabajar en desregulación, financiamiento para la tecnología, para la reconversión, para el valor agregado y motivación fiscal para generar empleo, generar inversión, para poder aumentar el ingreso de los trabajadores.

¿La política fiscal ha alentado la inversión?

La política fiscal tiene que ser revisada para alentar la inversión, la generación de empleo y el ahorro. Nuevamente necesitamos otro impulso en los mercados, sobre todo en los mercados internos.

¿Revisada hasta dónde?

Nunca es un estado acabado. Tenemos que revisar, después de haber vivido completamente un año fiscal de la última reforma fiscal, después de que ya pasamos las declaraciones anuales de personas físicas y personas morales, ya podemos ver dónde tenemos áreas de oportunidad, dónde podemos incentivar los mercados internos.

¿Cómo crecer en un país en donde los ciudadanos transfieren riqueza al gobierno vía impuestos cada vez más altos y vía tasas de interés negativas?

Si no se crece el pastel, definitivamente ocurre el fenómeno que describes. Si no se genera riqueza nueva, es imposible sostener un ritmo de transferencia de riqueza hacia áreas de la economía que no generan nuevas riquezas. Es decir, gasto gubernamental. Lo que hay que hacer es que el pastel crezca.

Para hacer crecer el pastel se requiere política pública e incentivos para que estos crezcan: desregulación, financiamiento e incentivos fiscales para premiar al que invierta, para premiar al que genere nuevo valor y genere nuevos empleos.

En México se le cobran impuestos a quienes crean nuevos empleos, como el impuesto sobre las nóminas. Pareciera el mundo al revés.

Hay estados que han hecho círculos virtuosos. El impuesto sobre las nóminas en Chihuahua lo administran el Estado y los empresarios, en su mayoría los mismos empresarios y las universidades. Y lo reinvierten para innovación, para atracción de inversiones y para infraestructura, para que se asienten las inversiones en Chihuahua.

¿No debería desaparecer el impuesto sobre las nóminas?

Conceptualmente pareciera que se castiga la generación de empleo. Depende para que se utilice el impuesto. Si lo utilizas para promover y generar empleo es un círculo virtuoso. Si lo utilizas para gastar para viajes o para gasto público que no genera mayor valor, entonces es un impuesto que castigar.

Se pensaría que por cada empleo que se genere el gobierno debería premiar, no aplicar un impuesto.

Claro, por supuesto te pueden premiar y eso es lo que estamos buscando: para que tengas mayor financiamiento para que sigas creciendo; para que te cueste menos operar tu propia empresa; para que tengas incentivos fiscales para que puedas reinvertir.

Si lo haces así, y además, si lo que te cobran por generar 2 o 5 empleos –que por cierto hay leyes estatales de promoción a la inversión que te perdonan este impuesto por 5 o 10 años si sigues generando empleados- lo hacemos círculos virtuosos, podemos generar buenas oportunidades para los jóvenes.

¿Dónde está la opinión pública de los grandes empresarios del país en asuntos fundamentales como la construcción democrática, la transparencia, la rendición de cuentas o el derecho a la propiedad privada?

Pensamos que no solo el progreso económico es el único pilar para fundamentar el desarrollo de una nación. Sabemos que tienen que existir condiciones de libertad, de promoción, condiciones económicas para poder crecer y que haya desarrollo económico; pero sabemos que el progreso económico tiene que ir acompañado con el progreso del talento, por eso nos interesa la educación.

Una reforma educativa que sí nos lleve a generar competencias de jóvenes mexicanos listos para afrontar los retos tecnológicos, los retos que el México del siglo XXI y el mundo del siglo XXI nos impone. Y un tercer pilar es el estado de derecho. Justicia y certeza jurídica en la convivencia. Si los tres pilares (la educación y la seguridad, el progreso económico y el estado de derecho) no van compaginados, el proyecto de nación no funcionará.

No hay espacio para liderazgos mesiánicos ni de derechas ni de izquierdas. Es un modelo de nación en la libertad. Pero tenemos que crecer armónicamente entre el Estado de derecho, la impartición de justicia, el progreso económico y el talento.

Le insisto ¿por qué el silencio de parte de los empresarios?

Estamos muy preocupados porque estos tres pilares se estén dando en México.

Los empresarios hemos estado trabajando con las organizaciones de la sociedad. Hoy tenemos 25 organizaciones nacionales de distinta índole -desde la educación, la seguridad, la participación ciudadana, jóvenes comprometidos con México- haciendo un frente común sobre lo que queremos en la agenda ciudadana para el México que merecemos tener en los próximos 25 años.

Pero también los empresarios tenemos un compromiso. Necesitamos transformar nuestras empresas para dejar de competir por costos en la economía mundial, para empezar a competir con talento, con valor, con productos de alta profundidad, de alto valor agregado, que nos permita hacer crecer este pastel. Así seremos menos vulnerables.

(Derechos Reservados, Arena Pública 2015)