México y Brasil, ¿acaso el inicio de una nueva vecindad?

En viaje relámpago a México, la brasileña Dilma Rousseff muestra signos de apertura ante la crisis que vive su gobierno.
27 Mayo, 2015 Actualizado el 27 de Mayo, a las 17:45
Los gobiernos de México y Brasil actualizaron ayer acuerdos en materia comercial, luego de un distanciamiento en esta materia tras postergación de acuerdo automotriz.
Los gobiernos de México y Brasil actualizaron ayer acuerdos en materia comercial, luego de un distanciamiento en esta materia tras postergación de acuerdo automotriz.
Arena Pública

Dilma Rousseff llegó a México en un viaje relámpago en señal de que está dispuesta a buscar nuevas salidas económicas a su atribulado gobierno; incluso aquellas a las que le dio la espalda en su primer periodo cuando impulsó políticas proteccionistas.

La mandataria brasileña no traía una cartera de acuerdos significativos bajo el brazo para discutir con su homólogo Enrique Peña Nieto. No hubo ningún anuncio relevante durante el encuentro entre ambos mandatarios, pero sí la clara intención -por lo menos en los discursos- de que Brasil y México -las dos grandes economías de la región- tienen que reemprender un nuevo camino después de décadas de darse la espalda.

El mensaje más relevante fue la búsqueda por relanzar la relación comercial bilateral. Una relación pálida si se toma en cuenta el tamaño de ambas economías y el monto de sus exportaciones totales.

Acaso la primera muestra de la voluntad de un reemprendimiento de la relación comercial, haya sido la firma de ambos mandatarios para ampliar el Acuerdo de Complementación Económica 53 entre México y Brasil y pasar de los 800 productos que intercambian actualmente sin aranceles, a 6 mil.

También suscribieron una serie de mejoras y de mayores facilidades para las inversiones entre ambas naciones. Pactaron acuerdos en materia de servicios aéreos, mientras que en el área científica propusieron cooperación técnica para la agricultura, silvicultura tropical y ganadería.

Allí Peña Nieto refrendó la necesidad de que México y Brasil caminen hacia una mayor apertura. “Debemos buscar juntos mecanismos para insertarnos en un mundo más competitivo y más exigente (…) a través de una mayor integración entre nuestras naciones”.

Y es que en el último quinquenio creció el tradicional distanciamiento y competencia entre ambos gobiernos. La formación de la Alianza del Pacífico en 2011 entre Chile, Perú, Colombia y México, se interpretó como un desafío de cara a un Mercosur (conformado por Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela y Brasil) cada vez más cerrado y proteccionista.

Pero el franco distancimiamiento y la disputa entre ambos gobiernos se dejó notar cuando Brasil decidió aplazar, por segunda ocasión en marzo pasado, el acuerdo de libre intercambio de productos automotores suscrito entre México y las naciones del Mercosur, denominado Acuerdo de Complementación Económica Nro 55 (ACE 55), suscrito en 2002.

Ya en 2012 el ACE 55 se había suspendido bajo el argumento brasileño de que la producción mexicana automotriz estaba desplazando a la producción local.

En marzo pasado, Brasilia solicitó un nuevo aplazamiento del ACE 55 por 4 años más con el cual se protege a la industria brasileña aplicando cuotas a la importación de autos livianos mexicanos; por lo que el Acuerdo original será retomado hasta 2019 si existe la voluntad para hacerlo.

La fuerte desaceleración económica brasileña, los escándalos de corrupción en Petrobras que han involucrado a la propia presidenta Rousseff y al ex presidente Lula da Silva, así como la crisis interna que viven sus socios Argentina y Venezuela; han obligado a Dilma Rousseff a replantear su estrategia económica para sacar a la economía, y a su gobierno, de la crisis interna que vive.

México y Brasil representan el 62% del Producto Interno Bruto de América Latina y su potencial comercial conjunto es enorme. Sin embargo tradicionalmente han competido por el liderzgo de la región aunque el primero ha mirado comercialmente hacia el norte y el segundo ve en Sudamérica a su mercado natural.

Con su viaje relámpago a México, Dilma Rousseff envía una señal de apertura económica de su gobierno, días antes de que visite a Barack Obama el 30 de junio en la Casa Blanca, después de 20 años de ausencia de un presidente brasileño en Washington.

 

MÁS INFORMACIÓN: Brasil pedirá a México aplazar acuerdo automotor. Nota de Arena Pública del 13 de febrero de 2015.