Microcréditos de gobierno, el absurdo de producir sin tener a quien vender

La gente que recibe microcréditos enfrenta grandes dificultades para comercializar lo que produce.
18 Marzo, 2015 Actualizado el 18 de Marzo, a las 14:31
No existen esquemas de comercialización que permitan a los indígenas obtener un ingreso de lo que producen con los subsidios gubernamentales.
No existen esquemas de comercialización que permitan a los indígenas obtener un ingreso de lo que producen con los subsidios gubernamentales.
Arena Pública

Los productores indígenas apoyados con microcréditos del gobierno federal tienen un gran problema, pueden adquirir los insumos y fabricar bienes pero no tienen a quién venderlos.

Aproximadamente el 60% de los programas federales que tienen por objetivo incentivar la productividad y los oficios para generar un ingreso propio lo reciben personas que viven en comunidades altamente marginadas.

Así, los indígenas que reciben recursos públicos, por ejemplo, del programa de Fondos Regionales Indígenas o la Organización Productiva para Mujeres Indígenas, viven en la sierra o en poblados considerablemente alejados de algún municipio, ya no se diga de la capital del algún estado, donde por sus condiciones de pobreza las ventas no son precisamente prolíferas.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha puesto el dedo en la llaga y a recomendado al gobierno federal que antes de conceder un apoyo para el desarrollo de cualquier ocupación o proyecto investigue algo tan básico como si existe un mercado potencial de venta.

Además, ha hecho énfasis en señalar que el gobierno federal debe tomar la batuta para proveer de información a los beneficiarios sobre espacios para comercializar, estructuras de intermediación y ofrecer incentivos para que varios receptores del apoyo puedan asociarse.

Mientras este punto no sea atendido los indígenas y cualquier otro beneficiario que viva en poblaciones rurales altamente marginadas recibirá recursos públicos que invertirá en proyectos que difícilmente se traducirán en beneficios económicos para su familia.

La mayoría de los microcréditos que el gobierno federal entrega a través de 16 programas no son reembolsables, un problema menos para los receptores, pues sin tener claridad sobre la generación de sus ingresos se volvería complicado devolver un crédito.

Apoyos a ciegas

El Coneval apuntó en su evaluación que el gobierno federal no cuenta con elementos —ya sea diagnósticos o lineamientos— que le permitan decidir cual es el tipo de ayuda ideal para cada familia de acuerdo con su nivel de pobreza, por lo que, entrega los apoyos a ciegas.

Por ejemplo, si un padre de familia tiene la urgencia de generar ingresos, pero no tiene insumos para producir, ni la capacidad para organizarse con otros vecinos, podría recibir un subsidio no reembolsable o un micro crédito, cuando el escenario ideal sería que se le apoye para incorporarse a una actividad ya financiada.

De ahí que el Coneval recomendó al gobierno federal, por una parte, que los servidores públicos que distribuyen los apoyos analicen las características individuales de cada solicitante para diagnosticar cual es el mejor apoyo en cada caso, y por otra, dar seguimiento a los proyectos apoyados en el pasado para conocer la incidencia de estos a través del tiempo.

En 2012 —último dato disponible— la evaluación estratégica de la política pública de microcréditos del gobierno federal registró 16 programas de apoyo a la productividad a través de microcréditos o subsidios no reembolsables en los cuales se invirtieron 14 mil 173 millones de pesos.

 

A FONDO: Consulta la Evaluación estratégica de la política pública de Microcréditos del Gobierno Federal 2009-2012 publicada por el Coneval en marzo del 2015.

MÁS INFORMACIÓN: 98 programas sociales se quedaron cortos en 2013. Nota de Arena Pública del 24 de febrero del 2015.

MÁS INFORMACIÓN: Programa Oportunidades, Multiplicando informales. Nota de Arena Pública del 29 de diciembre del 2014.