Semarnat y el proyecto Cabo Dorado
Las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a cargo de Juan José Guerra Abud, recibieron el 19 de marzo la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) con la que el grupo Beijing Sansong International Trade Group y su socio estadunidense Glorious Earth Group, buscan obtener la última autorización que necesitan para construir en Los Cabos, Baja California, un complejo turístico y habitacional que representaría inversiones por más de tres mil millones de dólares para generar, al menos, 18 mil empleos directos e indirectos.
Es el proyecto que hasta hace algunos años se conoció como “Nuevo Cancún” y que la constructora española Hansa trató de hacer en México. En 2012 la Semarnat decidió que la desalinizadora que proponían para abastecer de agua potable a la zona o los pozos, era incompatible con el parque marino Cabo Pulmo, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2005.
Los inversionistas asiáticos que adquirieron de Sabadell los terrenos que hoy sirven para impulsar el proyecto Cabo Dorado, expusieron a las autoridades ambientales que guardarán distancia respecto al arrecife de coral vivo que en esta zona, no sólo es orgullo del pueblo de Los Cabos, sino que constituye un reconocimiento internacional para México porque durante los últimos cuatro años se logró un incremento de 500% en las condiciones y equilibrio ambiental de la zona.
Los grupos ambientalistas como Costa Salvaje, que desde hace varios años han custodiado esta reserva ambiental, no aceptarán los argumentos de la MIA y ya preparan pruebas y argumentos.
Los inversionistas asiáticos buscan desmarcarse del proyecto de los españoles que proyectaban construir en la zona una marina. Los inversionistas de Beijing proponen, en cambio, el desarrollo de al menos cuatro campos de golf y allí está el problema. En otros destinos turísticos del Caribe se ha comprobado que los químicos que se utilizan como fertilizante para el césped de este tipo de infraestructura terminan por afectar a los arrecifes.
También se ha propuesto el nacimiento de una nueva población que demandará agua y servicios municipales y que, por supuesto, su convivencia en una zona que sólo estará a unos kilómetros del arrecife podría generar la muerte del mismo.
El tema de la inversión y de los empleos en un momento tan complejo para la economía estadunidense y la europea no es menor, por lo que el gobernador de Baja California Sur, Marcos Covarrubias, lo está analizando seriamente.
Sin embargo, la decisión está en la residencia oficial de Los Pinos porque fue el presidente Enrique Peña Nieto quien prometió a los habitantes de esa región que, bajo las condiciones de Sabadell y Hansa, no se construiría nada en Los Cabos.