Texcoco y la compra silenciosa de predios

Dos grandes proyectos se disputan la mayor transformación urbanística y de rescate ambiental realizada en el Valle de México y que albergará al nuevo aeropuerto internacional que proyecta el gobierno federal en la zona de Texcoco. El plan ha desatado la compra de terrenos aledaños y el desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios y comerciales que ya están en marcha.
4 Febrero, 2014 Actualizado el 7 de Febrero, a las 19:22
Para la edificación del nuevo aeropuerto, Empresas ICA y SCT estiman que la superficie mínima sería de 1,500 hectáreas.
Para la edificación del nuevo aeropuerto, Empresas ICA y SCT estiman que la superficie mínima sería de 1,500 hectáreas.
Arena Pública

Con o sin definición sobre la ubicación de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) espera concluir en 2016 la compra de predios en al menos ocho ejidos del Estado de México que le permitan conformar el polígono de suelos susceptibles de rescatarse con el objetivo de revertir el grave deterioro ambiental que experimenta esa región lacustre del Valle de México.

A pesar de que en 2012 la propia Conagua advirtió que precisamente por estos problemas el vaso del Lago de Texcoco era una mala opción para construir un aeropuerto porque estaría en constante riesgo de inundaciones, ahora los arquitectos y urbanistas involucrados en los proyectos Parque Ecológico Lago de Texcoco y México, Ciudad Futura, dan como un hecho que una parte de los terrenos federales que rescata el organismo público servirán para garantizar que esta vez sí se construirá la terminal aeroportuaria.

Muy cerca de la zona de conflicto social en donde hace más de 13 años ejidatarios se opusieron a la expropiación de sus terrenos para la edificación del aeropuerto, ahora la Conagua a través del proyecto Zona de Mitigación y Rescate Ecológico en el Lago de Texcoco, compra predios para ampliar las propiedades del gobierno federal en un intento por detener la crisis ambiental generada por el crecimiento de la mancha urbana sobre regiones consideradas reservas ecológicas pero, sobre todo, frente al proceso de desaparición de lo que fuera una de las zonas lacustres más importantes y representa el 11 por ciento de la región metropolitana.

En 2014 la Conagua –con un incremento de 30 por ciento en su presupuesto autorizado por el Congreso– continuará con la compra de predios en los ejidos de Santa María Chimalhuacán, San Luis Huexotla, San Felipe, Santa Cruz de Abajo, San Bernardino (municipio de Texcoco); Santa Isabel Ixtapan, San Cristóbal Nexquipayac y Francisco I. Madero (municipio de Atenco). El objetivo de la Conagua es desarrollar suelos menos vulnerables a la erosión eólica con cubierta vegetal o acuática que permitan disminuir en forma significativa los riesgos a la salud.

La silenciosa compra de terrenos, la recuperación de predios ocupados de manera irregular y campañas de vinculación comunitaria que alertan sobre la urgencia de poner en marcha un programa de remediación ambiental en la zona lacustre del Valle de Texcoco, son el telón de fondo para regresar a esa zona y volver a intentar en el gobierno de Enrique Peña Nieto la construcción de un nuevo aeropuerto para la capital del país.

Y precisamente al amparo de los terrenos federales ya recuperados por la Conagua, se tiene listo el plan para construir uno de los parques más grandes en América Latina dirigido a revertir el desequilibrio ambiental de la zona, proteger el lago Nabor Carrillo y que serviría como escenario ecológico para dar paso al nuevo aeropuerto en una zona que hasta ahora se llama sigilosamente
“Resguardo federal”.

Para la construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco, la Conagua y el Organismo de Cuencas del Valle de México, ya cuentan con 663 títulos de propiedad en los municipios Santa Isabel Ixtapan, San Luis Huexotla, Santa María Chimalhacán, San Bernardino, San Felipe y Santa Cruz de Abajo, San Cristóbal Nexquipayac, Francisco y Madero. Sin embargo, en San Salvador Atenco y San Miguel Tocuila no ha sido posible cerrar la compra o la recuperación de predios, según consta en un documento de la Conagua.

Consultados directamente sobre la evaluación del proyecto de recuperación ambiental, funcionarios de la Conagua no quisieron hacer comentarios en medio de una estrategia de comunicación que, hasta ahora, ha colocado a la Conagua –al menos frente a la opinión pública– al margen de las gestiones del gobierno federal para construir un nuevo aeropuerto.

La superficie

El dictamen valuatorio sobre el banco de tierra que ya controla la Conagua ha estado a cargo del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacional (INDAABIN), organismo que ha certificado que el vendedor es, en efecto, el propietario de esos predios y que, además, se han pagado los impuestos correspondientes.

En total, la Zona de Mitigación y Rescate Ecológico en el Lago de Texcoco, durante 2008, consideró que el polígono para la remediación ambiental comprendía una superficie total de tres mil 200 hectáreas, de las cuales 700 correspondían al parque Gerardo Cruickshank –propiedad del gobierno del Estado de México–, mientras que dos mil 500 restantes debían adquirirse entre 2008 y 2012. Sin embargo, a septiembre de 2012 el avance era sólo de mil 700 hectáreas.

Para la edificación del nuevo aeropuerto, empresas como ICA y la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estiman que la superficie mínima sería de mil 500 hectáreas, 500 más que el proyecto original del año 2000.

Proyectan un megaparque

Para el arquitecto Iñaki Echeverría, quien encabeza un grupo de 200 expertos que participan en el proyecto urbanístico y arquitectónico Parque Ecológico Lago de Texcoco (PELT), para resolver su crisis ambiental la región necesita una “pieza de infraestructura suave y ecológica”, en donde el aeropuerto alterno con sus cinco pistas para operaciones de aerolíneas internacionales, formaría parte de la recuperación del vaso del
Valle de Texcoco.

Iñaki Echeverría encabeza el grupo de profesionistas de diferentes disciplinas, desde biólogos, geógrafos, químicos y ecólogos que diseñaron una propuesta para el PELT de la Conagua y, por supuesto, para albergar el aeropuerto alterno que desde hace 13 años está detenido por oposiciones comunitarias.

Entrevistado en agosto pasado durante el Octavo Congreso Internacional de Arquitectura con Alta Tecnología en la UNAM, confirmó que “decidieron concentrar el proyecto en los terrenos federales”. No precisó, sin embargo, si el proyecto arquitectónico ya fue licitado y si su grupo de profesionistas resultó ganador del proyecto.

Sin embargo el Libro Blanco Conagua-07 Programa Ecológico Lago de Texcoco (PELT) de la Conagua para el proyecto de remediación ambiental en la zona confirma la construcción del monumental parque.

“El PELT integrado a la zona federal se levanta como un parque de clase mundial ya que puede contener 43 veces al Central Park de Nueva York y 23 veces al Bosque de Chapultepec”, establece el documento.

El proyecto de Echeverría precisa que el nuevo parque sería 19 veces más grande que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

En el documento no se incluyen desarrollos habitacionales ni industriales; se trata de una propuesta que privilegia las áreas verdes, la construcción de edificaciones ligeras que conviven con los afluentes acuícolas de la zona así como instalaciones deportivas, culturales y para la generación de energía solar y eólica. Pero también incluye al nuevo aeropuerto para el DF, en una extensión total de 143 millones de metros cuadrados.

Participación de Iñaki Echeverría en el 8º Congreso

Internacional de Arquitectura con Alta Tecnología

Bioclimática y Diseño Sustentable, en la UNAM

Complejo integral, otra propuesta

Al teléfono el arquitecto Gustavo Lipkau responde molesto: “No es momento de hablar del tema” cuando se le pregunta sobre su participación en la promoción del proyecto ambiental y urbanístico México, Ciudad Futura que tendría como epicentro al nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.

Lipkau es sólo uno de los arquitectos –ligados con empresas constructoras e inmobiliarias– que, con una renovada promesa de recuperar y conservar el último reducto lacustre en el Valle de México, proponen ligar el Programa Parque Ecológico Lago de Texcoco (PELT), a cargo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con un proyecto urbanístico en terrenos aledaños a los municipios de Atenco y Texcoco.

México, Ciudad Futura, impulsado por el arquitecto Alberto Kalach, propone –igual que en la década de los setenta– que la zona de Texcoco recupere sus lagos para restablecer el equilibrio ecológico; la instalación de plantas para el tratamiento de agua (que ya forman parte de los proyectos autorizados por la Conagua); una planta más para el reciclaje de líquidos; la reinyección de los mantos acuíferos –con lo que el hundimiento del suelo sería menor– reduciendo así uno de los grandes problemas a los que se enfrentan esos terrenos de origen lacustre.

Centro económico

En este proyecto, el nuevo aeropuerto se considera el epicentro de un complejo económico e inmobiliario que daría sustentabilidad y servicios a la zona metropolitana oriente.

“Se crearía un nuevo aeropuerto… y el lago se convierte en una frontera natural para frenar el crecimiento urbano”, se puede leer en el proyecto México, Ciudad Futura, también conocido como Ciudad Lacustre.

En dos décadas en Texcoco se lograría la renovación ambiental de la región.

Lipkau y este proyecto, en donde participó el excandidato presidencial por Nueva Alianza, Gabriel Quadri, constituirían la punta de lanza de la estrategia social y de vinculación impulsada por el grupo constructor ICA para allanar el camino hacia la construcción de un nuevo aeropuerto en el Estado de México, un sueño largamente acariciado por el grupo mexicano de ingeniería desde la década de los noventa.

 

A FONDO: Lea aquí el Libro Blanco de Conagua para el proyecto PELT.

MÁS INFORMACIÓN: Infraestructura: cuando el "olvido" de los impactos sociales amenazan las nuevas inversiones, reportaje de Arena Pública de julio 10 de 2013.

MÁS INFORMACIÓN: Avanzan las negociaciones de ICA para predios en Texcoco, nota de Arena Pública de febrero 4 de 2014.

OPINIÓN: El desinterés del presidente, columna El Observador de diciembre 12 de 2013.