Las pequeñas “Detroits” mexicanas a las que está golpeando la crisis automotriz

Estados del norte y del Bajío dependen entre 15% y 25% de su PIB estatal de la fabricación de vehículos y para comunidades enteras son su mayor sostén de vida.
22 Noviembre, 2021 Actualizado el 22 de Noviembre, a las 09:23
Planta de General Motors en Ramos Arizpe, Coahuila. (Foto: General Motors)
Planta de General Motors en Ramos Arizpe, Coahuila. (Foto: General Motors)
Arena Pública

La crisis automotriz no solo ha golpeado a las marcas, también ha impactado la vida de comunidades enteras en el país. 

A casi un año del inicio de la crisis, varios estados de la República han visto limitada su recuperación económica debido a los constantes paros técnicos en una de las industrias más importantes para la economía mexicana: la automotriz. 

En México, 13 estados cuentan con por lo menos una planta armadora en su territorio, entre ellos Puebla, Coahuila, San Luis Potosí, Guanajuato y Aguascalientes destacan por ser aquellos donde la industria automotriz tiene mayor participación en la estructura económica estatal alcanzando entre 15% y 25% de participación en el Producto Interno Bruto (PIB)  estatal.

Dentro de ellos existen algunos municipios que como fue la ciudad de Detroit en los Estados Unidos, sostienen su economía e incluso la vida social directa o indirectamente de la industria automotriz. 

Ramos Arizpe, la más dependiente

El estado de Coahuila es, como sucede con la mayor parte de los estados fronterizos, altamente dependiente del sector manufacturero, y particularmente del sector automotriz. 25.6% de su producción estatal proviene de la fabricación de vehículos.

En la entidad conviven las empresas estadounidenses General Motors, con su planta en Ramos Arizpe, y Stellantis -antes FCA (Fiat-Chrysler Automobiles), con una armadora en Saltillo, su capital.

En Ramos Arizpe, se da el mayor ejemplo de las “pequeñas Detroits” del país. El 75.4% de la población económicamente activa (PEA) del municipio se ocupa en actividades manufactureras, el mayor porcentaje en el país, por lo que se calcula que hasta tres cuartos de las familias dependen económicamente de las fábricas automotrices o de proveeduría automotriz, según datos del Servicio Nacional de Empleo.

La planta de General Motors -la mayor fabricante de vehículos del país- es la más afectada por los recurrentes paros debido a la escasez de componentes, por lo que sus 5,600 trabajadores formales directos, si bien conservan intactas la totalidad de sus prestaciones, solo han percibido el 55% de su salario.   

El impacto de la crisis no ha recaído solo sobre la planta sino sobre una amplia cadena de proveeduría local que, según el presidente de la Asociación de Industriales de Ramos Arizpe, Mario Ricardo Hernández Saro, representa el 30% del total de empresas instaladas en el municipio.

Según advirtió el líder industrial, alrededor de 20 empresas y 20 mil trabajadores han permanecido en paro técnico a la par que la planta de GM. Si bien, así como en el caso de la armadora la mayoría de las empresa está pagando una parte proporcional del sueldo (55%) a los empleados parados, al tener una menor solvencia financiera que la compañía transnacional, las empresas proveedoras podrían recortar hasta la mitad sus plantillas laborales en enero próximo. 

Y no solo los recortes son un temor, también lo es la fuga de talentos, pues al contrario de la industria automotriz, la cámara industrial de la ciudad advierte que los trabajadores están migrando a otros sectores, como la fabricación de electrodomésticos y el sector mueblero.

Volkswagen y su histórica planta en Puebla

En el centro del país se encuentra Puebla, otro estado con una amplia historia automotriz, indisolublemente ligada a la empresa alemana Volkswagen (VW), que en 1967 inauguró a las afueras de su ciudad capital la que es hasta la fecha su segunda planta más grande en el mundo fuera de Alemania. 

En 2016 se agregaría una joya de la industria automotriz más a tierras poblanas con el inicio de operaciones de la Planta de Audi -la compañía hermana de VW- en el municipio de San José Chiapa, al nororiente de la capital, la más moderna de las plantas de la compañía.

Con el dúo de armadoras, además de la pequeña empresa de automóviles eléctricos Zacua, el 25% del PIB total del estado depende de la industria automotriz y a la fecha la industria sostiene alrededor de 100 mil empleos en la Zona Metropolitana de Puebla y en San José Chiapa.

Si bien Puebla capital es una de las mayores ciudades del país y su economía está mucho más diversificada que en Ramos Arizpe, la importancia económica de la planta es tanta para el estado que desde principios del 2021, cuando inició la crisis de los semiconductores, la recuperación de la actividad industrial del estado se detuvo.

En julio de este año -mes en que la crisis empezó a recrudecerse- la actividad industrial del estado cayó (-)2.6% respecto al mismo mes del año anterior, presionado a la baja por las manufacturas que fué el único ramo industrial que cayó (-)11.6%, según el Indicador Estatal de la Actividad Industrial. 

Junto a General Motors, VW y Audi han sido las empresas que han registrado el mayor tiempo de paros en su producción. En lo que lleva del año, las empresas hermanas han parado 141 días, con consecuencias negativas sobre los salarios de los trabajadores. Los salarios se recortaron a un rango de 63% a 70% según la duración de cada suspensión de actividades. 

Cabe destacar que los trabajadores de VW son los de mayores salarios (de hasta 894.65 pesos diarios en comparación a los 679.53 pesos promedio) en la industria automotriz, gracias a la fortaleza de su sindicato independiente, que año tras año obtiene incrementos salariales, de manera similar al sindicato independiente de trabajadores de Audi. 


Mapa: Elaboración propia con base en datos oficales de los estados. 

Aguascalientes, pequeña ciudad con dos colosos

Por nivel de dependencia al sector automotriz, el pequeño estado de Aguascalientes es el tercero, con una participación de 20% en su PIB estatal.

Su ciudad capital es sede de dos de las tres plantas de la automotriz japonesa Nissan en México, las llamadas A1 y A2, además de la planta de la alianza Renault-Nissan Compas A3, donde en total trabajan 9,000 empleados, a quienes han recortado su salario al 50% en días de paro. Sumados a los trabajadores de la cadena de proveeduría local, los empleos directos en el sector automotriz suman 45 mil.

La alta dependencia de la entidad a la industria automotriz ha sido, desde hace varios años, el reto a superar por los gobiernos de la entidad que buscan aumentar la inversión en otros ramos industriales, como la fabricación de equipo aeroespacial, en la que lidera su vecino Querétaro. 

Aunque Nissan es -entre las grandes armadoras del país- la empresa que menos días ha parado sus plantas -solo 24 días-, con todo, desde que inició la crisis automotriz la actividad industrial del estado cayó (-)5.2% respecto a julio del año anterior. A pesar de que la entidad fué una de las que con mayor rapidez superó el nivel pre pandemia. 

Si bien la mayor parte de la caída se debió a la fuerte disminución interanual de (-)24.7% en la actividad minera, las manufacturas cayeron (-)2.0% en comparacion interanual.

SLP, la planta más afectada en lo que va de la crisis

Muy cerca de Aguascalientes, a las afueras de la capital del estado de San Luis Potosí, se encuentra una de las plantas más grandes del continente de General Motors.

Su tamaño y capacidad también han jugado en contra. Entre las cuatro plantas que posee la compañía en México, la gigantesca planta ubicada en San Luis Potosí es la que más días ha parado ante la falta de semiconductores.

La historia automotriz en el estado es reciente. A diferencia de otros estados que llevan desde el siglo pasado produciendo, la planta de GM en Villa de Reyes tiene solo 11 años de antiguedad, mientras la de la empresa BMW -una de las dos únicas marcas que no han parado por la crisis- se remonta apenas a 2019. 

Sin embargo, la importancia de este sector ha escalado rápidamente hasta ser el séptimo estado con la mayor capacidad manufacturera del país generando 84 mil empleos, con  239 empresas proveedoras que representan en conjunto el 87.4% del valor total del PIB manufacturero de la entidad. 

Ahora las manufacturas,  que durante 2020, sacaron a flote a la economía potosina, están jugando en contra pues la economía local se ha visto seriamente afectada desde el inicio de la crisis de semiconductores que ha colocado en cifras negativas la recuperación de su actividad industrial. 

Guanajuato, diversificación salvó a ciudades industriales

También en el corazón del Bajío, el estado de Guanajuato depende en 17% de su PIB de la industria automotriz, aunque ligeramente por debajo de sus vecinos gracias a su diversificación industrial.

En los corredores industriales del estado varias de las mayores marcas del sector manufacturero alimentario, metalmecánico, de electrodomésticos, de ropa y calzado y automotrices han construido sus plantas. Además, el sector servicios juega un papel mayoritario en el estado, evitando la concentración de la actividad económica en una sola actividad

Tanto en Celaya -donde se encuentra la planta de Honda con 6,000 trabajadores- y en Salamanca -donde se encuentra la de Mazda con 5,000 trabajadores- la participación de las manufacturas en la estructura económica es de 28.2% y 29%, respectivamente, muy por debajo de Ramos Arizpe.

En el caso de Silao -con 6,500 empleados directos- y Toyota, en Apaseo el Grande, con 1,400 trabajadores, se presenta una mayor dependencia a la industria automotriz pues, a diferencia de las dos comunidades anteriores, la participación manufacturera alcanza 53.2% y 60.5% del total de la ocupación productiva de la población del municipio. 

Pero aún con ello, la diversificación de la actividad manufacturera en todo el corredor industrial ha permitido que entre los cinco estados sea el único cuya actividad industrial hasta el primer semestre del año, no se contraba en territorio negativo, incluso cuando todas sus plantas han parado en varios meses.