¿Cómo puede México aprovechar el nearshoring para impulsar su revolución tecnológica?
Cuando se habla de nearshoring generalmente se piensa en números: los millones de dólares invertidos, los miles de puestos de trabajo generados, la derrama de exportaciones; pero ¿qué hay del desarrollo tecnológico?
No cabe duda que México es, potencialmente, una pieza clave para el desarrollo de este fenómeno en Latinoamérica, pero para aprovecharlo habrá que ajustar tuercas como los presupuestos de inversión en infraestructura, el financiamiento y los programas de largo aliento para la capacitación del talento, y la planificación legal, de fomento y regulatoria que involucre a los sectores público y privado.
Este, llamado por muchos, “mexican moment” podría ser la palanca para la innovación tecnológica, dada la posición en la que el país se encuentra. Para noviembre del año pasado, según el Monitor de Inversiones de la consultora Deloitte, había planteados más de cien proyectos por el nearshoring en nuestro país, cuya inversión total se estima en alrededor de 33 mil millones de dólares.
Este término, que antes resonaba discretamente, ahora lo hace fuertemente en la economía, dejando a su paso no sólo un rastro de inversiones potenciales multimillonarias, sino también la transformación de la fuerza laboral y el impulso de sectores clave como la manufactura y, particularmente, el automotriz.
En pocas palabras, “el nearshoring es mover la infraestructura y los servicios, y las capacidades de una organización para estar cerca de su mercado”, como lo explica en entrevista Cecilia Montaño, Socia Líder de Comercio Exterior y Aduanas en SLATAM para Deloitte México. Esta práctica esencialmente busca trasladar actividades comerciales, especialmente procesos de producción o servicios, a ubicaciones geográficas cercanas o en la misma región del país de origen, una estrategia que fue mucho más poderosa después de la pandemia por COVID 19.
La interrupción en las operaciones, especialmente en proveedores asiáticos, destacó la vulnerabilidad de depender exclusivamente de un país o región en particular. Este “talón de Aquiles” ha impulsado la adopción del nearshoring como una estrategia de resiliencia organizacional, no solo en México y Estados Unidos, sino en toda América.
Además, la necesidad de optimizar esta distribución de proveedores también se ha acrecentado debido a que las relaciones entre Estados Unidos y China, que históricamente han sido importantes, están experimentando tensiones crecientes.
De acuerdo con datos de Statista sobre los proveedores de importaciones en México en 2022, más del 43% provenía de Estados Unidos, mientras que cerca del 19.6% se originaba en China. En un escenario donde Estados Unidos figura como el principal importador mundial, el nearshoring emerge como una estrategia no solo para México y Estados Unidos, sino para todos los países de la región americana.
Especialmente regiones como el norte, donde estados como Coahuila y Nuevo León se han convertido en puntos de atracción para empresas globales. Esto no es una coincidencia. México ocupa una posición estratégica que no puede pasarse por alto, especialmente dadas las actuales circunstancias en las que la logística del transporte internacional enfrenta desafíos considerables.
Su extensa frontera de 3,152 km con Estados Unidos, su robusta industria manufacturera y su posición estratégica como puerta de entrada al mercado norteamericano son factores clave. Además, el país cuenta con cadenas de producción y logística bien establecidas, desarrolladas a partir del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), y tiene una industria consolidada en sectores como el automotriz, aeroespacial y eléctrico-electrónico.
La amplia red de tratados de libre comercio y acuerdos bilaterales de inversión, colocan a México como la séptima economía con más tratados en el mundo.
Un territorio especial y esencial en el cual desarrollarse no puede ser desaprovechado, pero, ¿cómo México aprovechará esta oportunidad?
Tecnología, de la mano con la manufactura
En México se han desarrollado principalmente los sectores manufactureros, entre los que destaca el sector automotriz. Según Luis Hernández, presidente de Index Nacional, un estimado del 85% del nearshoring planificado en México estará vinculado a las empresas participantes en el programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX). Según cita el diario Reforma, este programa agrupa a negocios dedicados a la manufactura y exportación de bienes y servicios, y juega un papel significativo en la implementación de estrategias de nearshoring en el país.
Además, para diciembre del año pasado, había llegado la solicitud de 40 empresas automotrices chinas al Gobierno de la Ciudad de México, para establecerse en la zona conurbada de la capital, el Estado de México e Hidalgo bajo la modalidad de nearshoring, comprometiendo inversiones que podrían ascender a los 12 mil millones de pesos en los próximos años.
Estos sectores son sinónimo de tecnología. “Cuando viene un jugador muy relevante, sobre todo en los sectores de electro movilidad, electrónica o manufactura, está trayendo procesos de última generación. Utiliza maquinaria que tiene las últimas tendencias en competitividad, técnicos especializados, y nuevas prácticas de vanguardia y tecnología de punta. Todo eso trae una transferencia tecnológica que se queda en la práctica y en el quehacer del ecosistema en el cual está operando”, señala Jesús López, Director de Relaciones Institucionales de la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (CAINTRA).
Específicamente el norte del país es el que se ha visto más beneficiado por esta tendencia. Según datos del Banco de México, las ciudades que por sus características serían más beneficiadas por este fenómeno se ubican en el norte, especialmente en Saltillo, Monterrey, Juárez y Tijuana.
“El 70% de la inversión extranjera directa que llega a México por el nearshoring está llegando a Nuevo León, y de lo que está llegando, 80% es de manufactura. La manufactura tiene los empleos mejor pagados, empleos de más alta calidad”, aseguró Jesús López en entrevista.
Para Cecilia Montaño, estos números se traducen en innovación tecnológica. “Desde luego que proporcionan a México la oportunidad de mejorar la innovación y el desarrollo tecnológico en la región. Hemos visto incluso interés por parte de diferentes universidades para estar cerca de estas inversiones precisamente para tomar ventaja y posicionar a sus graduados para cubrir las necesidades de gente que está surgiendo, y que se espera que surjan en un periodo cercano”, asegura.
Este panorama parece perfecto, pero a pesar de ello, el país todavía enfrenta ciertos retos en sí mismo para no echar en saco roto este fenómeno y beneficiarse de él.
Los dilemas del “mexican moment”
México ha enfrentado estos momentos de lucidez con problemas que hasta la fecha tiene. Uno de los problemas que puede venir con el desarrollo de tecnología, es la falta de talento especializado para operar y contribuir a la innovación. Tal como cuestiona Roberto Durán-Fernández, economista experto en desarrollo regional, en entrevista, “puede que haya empresas pequeñas y medianas, que no tengan una experiencia y trayectoria de exportación, ¿tienen la tecnología, las capacidades y el talento para poder aprovechar esta oportunidad?”
México se sitúa en la tercera peor posición entre 38 naciones evaluadas por la OCDE en términos de atractivo para trabajadores altamente especializados. Este bajo rendimiento se atribuye a deficiencias en inclusión, calidad de vida y perspectivas para el desarrollo de habilidades. Factores como los niveles limitados de inclusión, la calidad de vida, las oportunidades restringidas para el crecimiento de habilidades, y las complicaciones para obtener permisos migratorios laborales, colocan a México como una de las naciones menos atractivas para el talento especializado dentro de la OCDE.
Además, México también tendría que proveer de energía limpia, sustentabilidad, resiliencia en las cadenas de suministro a las empresas que lleguen. Aunque también enfrenta un reto avasallante: el de la seguridad, puesto que en estados como Tamaulipas han desaprovechado su oportunidad de atraer inversiones y aumentar su infraestructura debido a temas de violencia; o Guanajuato, donde las construcciones de parques industriales se han detenido ante los altos niveles de criminalidad.
Sin embargo, Durán propone hacer frente a esta oportunidad, sin descartar las problemáticas, pero abordando las soluciones. “Es la discusión de toda la vida, si el país puede desarrollarse como una tendencia de tecnología, y eso no necesariamente tiene que ver con el nearshoring. Tiene que ver con el sistema educativo, el número de ingenieros especializados, etc."
"Podría hablarse de los problemas de toda la vida que no se van a arreglar con la llegada del nearshoring. Pero si nos quedamos en esa discusión podemos desaprovechar la oportunidad”. (Roberto Durán)
Entonces, ¿cómo aprovechar esta oportunidad para echar a andar el desarrollo tecnológico?
Inversión y alianzas: claves en el aprovechamiento del nearshoring
Este fenómeno, que ya tiene peso por sí mismo, podría traer consigo la adopción y desarrollo de tecnología, como automatización, manejo de datos, manejo de inteligencia artificial, máquinas automáticas robotizadas, etc. Para ello, se necesitan inversiones en infraestructura, tanto del sector público como el privado.
“Hemos observado que la ocupación está topada en ciertas ciudades de nuestro país. Lo que se requiere para darle cobijo a esa llegada masiva tiene que ver con tener la infraestructura para albergarlas”, señala Cecilia Montaño. La especialista también recalca el problema de los procesos de llegada de las empresas. “No se aprovecharía tanto el momento si una inversión tarda en constituirse mucho. Considero que sería muy benéfico agilizar los procesos y que se permita que las empresas se registren y obtengan estas certificaciones”.
Además, Montaño añade el aseguramiento de la infraestructura: acceso al agua, a la energía, a la red de comunicaciones y transportes, tener las carreras afines al sector, tener las condiciones y la fuerza laboral especializada y disponible para un mayor aprovechamiento.
Así mismo, el reto será también la búsqueda de capacitación de personal para el manejo de la misma, según lo asegura Jesús López. “La tecnología de punta requiere mayor capacitación, pero de adoptarla, seremos más competitivos. Esa dinámica se está comprendiendo cada vez más en todos los sectores y en todos los tamaños de empresas. Cuando decimos tecnología, no nos referimos a un robot. Se trata de cómo la tecnología impacta y eficientiza procesos. Cada inversión se paga por sí misma. Las grandes empresas se están forzando a mantenerse invirtiendo para ser parte de las cadenas globales de exportación”, asegura el Director de Relaciones Institucionales de la CAINTRA.
Montaño converge en este punto. La experta de Deloitte México asegura que el talento es un reto en sí mismo porque las empresas que ya están en México y que no logren mejorar las condiciones de trabajo van a perder personal. “Se las va a robar el mejor postor, y entonces si hay una sobredemanda, se va a encarecer la mano de obra de talento especializado. Las empresas tendrán que salir para invertir en talento, y no sólo hablando de dinero, sino en todas las dimensiones de las características de lo que busca la mano de obra”.
Durán-Fernández, quien también forma parte del Grupo de Trabajo sobre Nearshoring del Tecnológico de Monterrey, además de convenir, añade que para lograrlo se necesitará una inversión local, pues probablemente la inversión extranjera no lo hará. “Tiene que ser una inversión local, tiene que tomarse en manos mexicanas. Ahí es donde puede estar la oportunidad. El tema es que se necesita dinero, tecnología, capacitación y talento. Muy probablemente no puedan solas, y necesiten el apoyo. Ese externo tiene que ser el gobierno mexicano y las iniciativas locales”, asegura.
Además, Durán añade que la oportunidad puede aprovecharse con intervención, alianzas, participación, colaboración entre sector público, etc. “Esas oportunidades no nos harán ricos, pero pueden cambiar la vida de mucha gente. Si nos atamos puede ser que no aprovechemos esa oportunidad. No va a suceder esa fantasía, que no está cerca. Pero sí existe la oportunidad, y no es nada menor”.