Vecinos distantes y distintos

La realidad social y económica observada en Puebla y Baja California, que realizarán elecciones para gobernador, es radicalmente opuesta.
7 Abril, 2019

El próximo 2 de junio se realizarán elecciones en seis entidades federativas. De ellas, en Baja California y Puebla se votará para elegir nuevo gobernador. Cuando estas dos entidades se comparan en términos sociales y económicos, resulta prácticamente imposible encontrar alguna coincidencia.

De hecho, estos casos son un buen ejemplo de la gran brecha de desarrollo entre regiones que persiste en el país, la cual en buena medida, se debe a una distribución completamente desigual de las oportunidades entre los mexicanos. Ante una realidad así, de las propuestas electorales se espera que identifiquen esta problemática y definan una ruta de política pública que aporte a su solución, tanto en el ámbito propio de cada entidad federativa como en el contexto de la federación a la que pertenecen.

La realidad social y económica observada en estas dos entidades federativas es radicalmente opuesta. En términos de población, la de Puebla representa prácticamente el doble de la de Baja California. Sin embargo, en términos de PIB per capita, la proporción anterior se invierte, siendo el de Baja California el doble del de Puebla.1

Lo anterior se traduce en niveles de pobreza contrastantes. De acuerdo con los datos más recientes de publicados por el Coneval, la proporción de población en pobreza en Puebla se ubica en alrededor de 60 por ciento, mientras que en Baja California dicho porcentaje alcanza el 22 por ciento.

Una pregunta con implicación de política pública es si, independientemente de que las diferencias sociales y económicas de estas dos entidades federativas son tan amplias, sus poblaciones, y en particular las más desaventajadas, cuentan con suficientes oportunidades para salir adelante en la vida.

Para contar con evidencia al respecto, una opción es observar el nivel de movilidad social, siendo ésta un reflejo del grado en que el logro de las personas está determinado por sus condiciones de origen.

Lo anterior puede analizarse con base en las siguientes dos figuras. En ellas reporto parte de los resultados de un trabajo recientemente publicado. En la primera presento una tasa que indica la diferencia en la proporción de personas que nacen y se quedan en el peldaño más pobre (quintil más bajo) de la escalera social, que en el caso nacional resulta de 50 de cada 100.

Como se puede observar, la distancia entre Baja California y Puebla resulta significativa. De esta manera y de acuerdo con el dato nacional arriba reportado, una tasa de 0.43 como la de Baja California significa que 22 de cada 100 personas que nacen en el peldaño más pobre se quedan ahí, mientras que en el caso de Puebla con una tasa de 1.63, este número se ubica en 82.2 

En otras palabras, la probabilidad de ascender en la escalera social en Baja California habiendo nacido en el quinto peldaño más bajo es prácticamente cuatro veces mayor que en Puebla.

 

 

En la segunda figura el objetivo es comparar la proporción de los que logran ascender desde el peldaño más pobre hasta el más rico (quintil más alto) de la escalera social. Baja California y Puebla vuelven a presentar resultados muy distintos. En este caso, hay que tomar en cuenta que a nivel nacional alrededor de 4 de cada 100 personas que nacen en el peldaño más pobre logran ascender hasta el más rico. Lo anterior significa que en Baja California 6 de cada 100 experimentan este ascenso de largo alcance, mientras que en el caso de Puebla menos de 3 lo logran.

 

 

 

En conclusión, del análisis se infiere que las oportunidades están repartidas de manera más desigual en el caso de Puebla y, por lo tanto, las opciones de logro para su población resultan más limitadas. Esto no implica que Baja California no tenga que resolver problemas de este tipo, sino que se encuentra en una mejor situación para hacerlo.

En ese sentido, los estados como Baja California con ventaja comparativa deben asumir un papel de impulso hacia los más desaventajados. A su vez, estos últimos deben diseñar mecanismos y fijarse como meta la construcción de un entorno de inclusión interno y de encadenamiento externo, a través de la colaboración con la federación en su conjunto.

A final de cuentas, en un país extenso como México, que los vecinos sean distantes (2,700 kilómetros entre las ciudades de Puebla y Mexicali) no justifica que sean tan distintos.

@RobertoVelezG

[1] Cálculo propio con base en datos de INEGI. En cuanto a los datos de PIB total, se utilizan los del año 2015 tomados de: https://www.inegi.org.mx/programas/pibent/2013/default.html#Tabulados

[2] Ambas cifras estatales se obtienen de multiplicar el número de 50 personas (de cada 100) reportadas para el caso nacional, por la tasa de cada una de las dos entidades federativas, 0.43 para Baja California y 1.63 para Puebla.

Roberto Vélez Grajales Roberto Vélez Grajales Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), donde anteriormente fungió como Director de Movilidad Social. Sus intereses de análisis, además de movilidad social, se concentran en igualdad de oportunidades, desarrollo humano y antropometría histórica. Es economista por la Universidad de las Américas-Puebla, maestro en Economía por El Colegio de México, y doctor en Historia Moderna por la Universidad de Oxford.