México no acaba por convencer

La inversión extranjera directa que llega a México sigue siendo discreta. En la última década el promedio anual fue de 27,538 millones de dólares y el promedio para este sexenio será similar
29 Mayo, 2017
El Observador

El efecto Trump y los malos augurios para la economía mexicana durante el primer trimestre, sí golpearon la llegada de inversiones extranjeras productivas como se había presumido.

No podía esperarse otra cosa frente a las amenazas iniciales del presidente estadounidense en materia comercial y migratoria y con unos pronósticos pesimistas que reflejaban las vulnerabilidades del crecimiento económico hacia el resto del año.

Desde inicios del sexenio, en 2013, no se había visto un monto tan bajo de nuevas inversiones extranjeras al país para un primer trimestre del año. De hecho la caída que se vio entre enero y marzo fue de 48% respecto al primer trimestre del año pasado.

 

Trump cumplió con los malos augurios que le había hecho a la economía mexicana. 

 

Un duro golpe a uno de los rubros más importantes que miden la confianza de los capitales foráneos en el país, más allá de sondeos o de encuestas. En estas cifras de la balanza de pagos se trata de dólares contantes y sonantes.

Y si la comparación se hace respecto de 2015, el asunto empeora. La caída de este primer trimestre en relación a hace dos años fue de 51%, lo que quiere decir que las nuevas inversiones productivas foráneas se han reducido paulatinamente en los últimos tres años.

Se puede excusar –y con razón- que la fuerte caída de las nuevas inversiones extranjeras al país en el primer trimestre se debió a la andanada de declaraciones y de amenazas que soltó Trump en contra de México.

Amenazas sobre el descarrilamiento unilateral del tratado comercial más importante para México o, peor aún, amenazas provenientes de una rebaja de impuestos en Estados Unidos que detuvieron o cancelron cualquier decisión de inversión que se tenía en marcha. Es razonable.

 

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Pero más allá de la ‘coyuntura Trump’ lo preocupante es que la tendencia de los flujos de inversión extranjera hacia México aún no ha dado señales de fortaleza.

 A pesar de las reformas estructurales que se pusieron en marcha en los últimos tres años y que serían, según dijeron altos funcionarios públicos en aquellos años, detonantes de una avalancha de capitales productivos del exterior hacia el país que llegaron a calcular entre 40 y 50 mil millones de dólares anuales.

Aunque con mayor discreción, aún seguimos escuchando en boca de los funcionarios del gobierno federal su confianza de que esta avalancha de capitales de la que tanto se habló, se dará hacia los próximos años. Pero la realidad es que aún no es así.

 

  Las reformas estructurales serian detonantes de una avalancha de capitales productivos del exterior hacía el  país,  pero aún no es así.

 

En la última década (2007-2016) el promedio anual del total de la inversión extranjera directa (IED) a México fue de 27 mil 358 millones de dólares excluyendo la venta de la cervecería Grupo Modelo a la belga AB InBev en el año 2013 y que significó poco más de 16 mil millones de dólares según los registros oficiales.

Siguiendo este mismo criterio, en los cuatro años transcurridos del sexenio de Peña Nieto el promedio anual de la inversión extranjera directa al país fue de 30 mil 81 millones de dólares. Un crecimiento discreto que muy probablemente desaparecerá en los dos últimos años de su gobierno.

Y es que los estimados para la llegada de inversiones extranjeras productivas para 2017 y 2018 son bastante modestos; diría pesimistas.

De acuerdo a la más reciente encuesta entre especialistas del sector privado que realizó el Banco de México, para este año se espera una inversión extranjera directa de 21 mil 116 millones de dólares y para 2018 de 24 mil 529 millones de dólares.

Cifras escasas que, de concretarse, arrojarían un promedio anual para el sexenio similar al que se ha registrado desde 2007.

 

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Las inversiones extranjeras productivas que llegan a México siguen siendo modestas en comparación con otras economías latinoamericanas de similar desarrollo al nuestro.

Mientras que la IED que llega a México representa 2.9% del PIB, en Colombia es de 4.0%, en Brasil de 4.2% y en Chile de 8.5%.

Los brasileños con todo y sus problemas políticos y con una economía empantanada recibieron casi 24 mil millones de dólares en el primer trimestre de este año en IED, tres veces más que el total de la inversión extranjera directa registrada en nuestro país.

La realidad es que México sigue presentando más dificultades que atractivos ante los ojos de los grandes capitales. Sigue siendo una promesa que no acaba de cuajar.

 

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El Banco de México y su silencio (II)

Va de nuevo: Ante las evidencias mostradas en este espacio y en arenapublica.com sobre la manipulación de las cifras del turismo extranjero en el Banco de México, Agustín Carstens y su equipo prefieren el silencio.

No hay explicaciones sobre las cifras infladas que dieron a conocer en materia de turismo extranjero para los últimos años y que tanto han presumido el secretario Enrique de la Madrid y el presidente Enrique Peña Nieto.

La decisión de apostar al olvido, manteniendo un discurso asentado en cifras mentirosas, ha sido recurrente en el gobierno federal durante los últimos años. Pero ahora es el banco central la que se ha sumado a esa misma estrategia que tanto ha dañado a las instituciones. Aún hay tiempo de corregir.

 

 

Twitter:  SamuelGarciaCOM

Correo:  samuel@arenapublica.com

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.