¿Por qué Hacienda le dice ‘NO’ al FMI?

Lidiar con una voz disidente –aunque sea técnica- avalada por un organismo internacional no es un asunto que Meade (o Videgaray) acepten, y menos en la recta final del sexenio.
16 Octubre, 2016
El Observador

En la última semana de septiembre una misión de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) vino a México a realizar un diagnóstico sobre la situación económica y financiera del país, bajo el convenio que tiene México con el organismo internacional.

En ese marco, el FMI recomendó al gobierno mexicano la creación de un Consejo Fiscal Independiente, con la intención de –sin entrar en consideraciones de orden político- asegurarse que los supuestos que se proponen en el Paquete Económico 2017 son congruentes para alcanzar el déficit propuesto y los niveles de deuda.

Dicho en palabras de Víctor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, el Consejo Fiscal se asegurará “de que la necesaria flexibilidad de corto plazo, vendrá junto a una bien anclada trayectoria de deuda pública en una perspectiva de largo plazo”.

Otros funcionarios del FMI como Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental y ex subsecretario de Hacienda del gobierno mexicano, buscaron un fraseo más político a la recomendación del organismo multilateral:  “la sugerencia no significa que no esté funcionando bien su manejo fiscal (de México), pero todo lo que apoye la disciplina, no estorba”.

El hecho es que la recomendación del FMI (no de ‘un analista’ como lo señaló el secretario Meade en una estación de radio) de crear una Comisión Fiscal Independiente, no cayó nada bien en el gobierno mexicano. Tanto la subsecretaria Vanessa Rubio como el propio titular de Hacienda, rechazaron la propuesta bajo el argumento de que los inversionistas confían en el prudente manejo de la política de deuda y en la estabilidad macroeconómica, por lo que son avales naturales de la política fiscal del país.

El propio secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, salió a la defensa del ‘No’, porque el país –dijo- ha aprendido a ser prudente en el manejo de su deuda y su déficit, y porque hay una cultura muy importante de disciplina fiscal y presupuestal, además de contar con un importante monto de reservas.

Este debate es crucial en momentos en que el peso se ha depreciado 50% frente al dólar y que algunas de las principales razones que explican esta debilidad de nuestra moneda son, precisamente, las grandes dudas sobre el estado actual y el futuro de las finanzas públicas.

Se podría pensar que la posición del gobierno mexicano al pronunciarse por un rotundo ‘No’ frente al FMI, es de una rudeza innecesaria.

En un reporte de Citigroup del 13 de octubre, los analistas Ernesto Revilla y Sergio Luna, argumentan a favor de que Hacienda acepte la recomendación del FMI porque permitirá contrastar las previsiones y el logro de objetivos del Ejecutivo y del Legislativo. “…Podría alinear fuertemente los incentivos y, por lo tanto, ayudar al gobierno a alcanzar sus objetivos fiscales”, se lee en el reporte.

Entonces la pregunta es solo una: ¿A qué le teme el gobierno mexicano cuando dice ‘No’ a la creación de un grupo de técnicos, expertos en la materia, para que evalúen su propuesta de Paquete Económico 2017 y la consistencia y/o validez de sus metas establecidas para 2017 y hacia el futuro?

Diría que con su ‘NO’, Hacienda le tema a tres cuestiones:

1. A ser evidenciado en que, efectivamente, es el estado de la disciplina de las finanzas públicas y su proyección a mediano plazo, el que ha generado desconfianza en la comunidad de inversionistas del exterior con consecuencias sobre la paridad cambiaria.

Una de las mayores preocupaciones de la comunidad de inversionistas y del FMI es la falta de consistencia del gobierno mexicano en sus compromisos de responsabilidad fiscal. El rápido incremento de la deuda y la persistencia de los déficits primarios, son una clara muestra de ello, y de la necesidad de mayores contrapesos al Ejecutivo y al Legislativo para trazar rutas fiscales responsables hacia el mediano plazo.

2. A un señalamiento de opacidad en algunas cuentas fiscales tanto federales como estatales en un año eminentemente electoral. Cualquier Comisión Fiscal Independiente integrada por técnicos, sin ninguna intencionalidad política, podría señalar la falta de transparencia o de rendición de cuentas en rubros presupuestales contenidos en el Paquete 2017.

3. A que la Comisión desentierre propuestas de Hacienda contenidas en el Paquete Económico 2017 que no apuntalan –o que van en el sentido contrario- a la sustentabilidad fiscal de cara al próximo año y hacia el mediano plazo. Peor aún. Que una Comisión técnica como ésta -paralela a las propuestas del Ejecutivo y Legislativo- ponga en tela de duda la validez o pertinencia de algunas o varias de estas propuestas.

Lidiar con una voz disidente –aunque sea técnica- avalada por un organismo internacional no es un asunto que Meade (o Videgaray) acepten, y menos en la recta final del sexenio.

El ‘No’ del gobierno se traduce en el nulo interés en que se audite la consistencia de su llamada responsabilidad fiscal.

Más aún. El ‘No’ del gobierno se traduce en un “hay mucho más en juego”.

 

Samuel García Samuel García Editor y economista. Fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y 'El Universal'. Director fundador de 'Infosel'. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Máster en Periodismo Digital. Columnista, comentarista y consultor para diversos medios en México.