El secuestro del poder político

21 Marzo, 2014
El Observador

Ayer, Leo Zuckermann escribió en Excélsior que los políticos mexicanos han secuestrado el crecimiento económico del país, porque dado que están "instalados en su confort" se dan "el lujo de privilegiar sus agendas políticas antes que sacar lo que necesita el país para que la economía crezca más". Es el caso de la legislación secundaria en materia energética -ejemplifica Zuckermann- que sigue retrasada porque los políticos -priistas y panistas- han decidido repartir culpas en el caso Oceanografía, mientras que el crecimiento económico sigue a la baja ("que se joda la economía").

El amigo Zuckemann tiene esencialmente razón, aunque no es un asunto novedoso en México: La agenda de los intereses privados de la reducida clase política que gobierna el país, está por encima (y siempre ha sido así) de la agenda de asuntos públicos -como los que hoy están en la mesa de negociaciones- que reclama el crecimiento económico sostenido y el desarrollo del país.

Lo que subyace en México es el secuestro del ejercicio del poder político en un grupo reducido de élites políticas y económicas. Es la sobrevivencia de las prácticas monopólicas por parte de las élites partidistas que en el lenguaje de Daron Acemoglu y James A. Robinson, se llamaría "instituciones políticas extractivas".

Esos autores que buscan explicar la causa de la porsperidad y la pobreza de las naciones en su libro "Por qué fracasan los países", lo dicen de esta manera: "Las instituciones políticas y económicas que, en última instancia, son elegidas por la sociedad, pueden ser inclusivas y fomentar el crecimiento económico o pueden ser extractivas y convertirse en impedimentos para el desarrollo económico. Los países fracasan cuando tienen instituciones económicas extractivas, apoyadas por instituciones políticas extractivas que impiden e, incluso, bloquean el crecimiento económicos.

Sin embargo, esto significa que la elección de las instituciones (es decir, la política de las instituciones) es crucial para nuestro esfuerzo por comprender las razones del éxito y el fracaso de los países".

Y sigo citando a Robinson y Acemoglu: "El problema fundamental es que necesariamente habrá disputas y conflictos sobre las instituciones económicas. Diferentes instituciones tienen diferentes consecuencias para la prosperidad de una nación, sobre cómo se reparte esa prosperidad y quién tiene el poder".

Y por si faltaba más en relación a las fuertes disputas que hoy estamos observando en torno de la promulgación de las leyes de competencia económica, telecomunicaciones o energía, se puede leer en "Por qué fracasan los países": "El conflicto por la escasez de recursos, rentas y poder se traducen en conflicto por las reglas del juego, las instituciones económicas, lo que determinará las actividades económicas y quién se beneficiará de ellas... Algunos serán derrotados y fracasarán, mientras que otros lograrán proteger aquello que desean. Los ganadores de este conflicto son una pieza fundamental de la trayectoria económica de un país. Si los grupos que se oponen al crecimiento son los ganadores pueden bloquear con éxito el desarrollo económico y la economía se estancará... La única forma de cambiar estas instituciones políticas es obligar a las élites a crear instituciones más plurales".

Así que -como Leo Zuckermann- podremos denunciar una y otra vez el lujoso confort y la preminencia de las agendas privadas de nuestros políticos que se anteponen a la agenda económica de la población, sin que cambien fundamentalmente sus incentivos.

Lo que la ciudadanía tiene que exigir, obligar y romper es el secuestro del ejercicio del poder por parte de la pequeña élite político-partidista que gobierna. Una mayor pluralidad y participación ciudadana a través de una reforma política que cimienten instituciones políticas y económicas inclusivas.

Urge quebrar las prácticas monopólicas de las élites partidistas.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.