El juego de vencidas

14 Febrero, 2014
El Observador

La llamada “reforma fiscal” no es para presumirse. Al contrario, los cambios tributarios aprobados se han convertido en un dolor de cabeza para el gobierno, una piedra en el zapato que el secretario de Hacienda se ha impuesto resolver lo más pronto posible.

Ésta no fue la típica reforma tributaria que incomoda, que aprieta, y que genera una natural molestia entre los contribuyentes pero que, en el fondo y a la callada, todo mundo acepta que era el mejor camino para sacar adelante las finanzas públicas. En este caso no fue así. Es una reforma que tuvo como característica la insatisfacción de todo mundo, incluyendo a los líderes priistas y a altos funcionarios de la propia Secretaría de Hacienda. La reforma de marras no encontró eco entre los académicos, ni los analistas independientes, ni siquiera los think-tanks y mucho menos entre el gremio empresarial. Todo lo contrario, la respuesta de estos últimos fue declararle la guerra al gobierno ante las instancias legales. Y para colmo, es una reforma que -los analistas estiman- apenas recaudará poco menos de un punto porcentual adicional del PIB; muy por debajo de las expectativas originales. Así que por donde se le mire, fue una reforma de perder-perder.

Por eso el secretario Luis Videgaray se propuso aquello del “Pacto Fiscal” que anunció precipitadamente desde Davos en enero pasado. Ante la muerte del Pacto por México y aprovechando esa misma figura, hábilmente el secretario de Hacienda dio un golpe de mesa enviando la señal a los empresarios de que tenían que pactar con el gobierno. Al puro estilo de los gobiernos priistas cuando instauraron los pactos en los años noventa.

Con el Pacto Fiscal, Videgaray pretende revertir el sabor perdedor de su reforma y cortar de tajo sus riesgos políticos. El secretario busca detener la oleada de litigios que se avecinan en contra de algunos de los impuestos aprobados, tomarse la foto del triunfo con los líderes empresariales y con ello, validar -a costa de los empresarios y de los contribuyentes- su malograda “reforma fiscal” llevándola hacia los próximos tres años; para – después del 2016- aprovechar la última ventana de oportunidad política del sexenio y enmendar los errores cometidos en esta reforma.

Por eso el secretario tiene prisa por firmar el Pacto Fiscal con los empresarios y se ha propuesto que éste quede sellado en este mismo mes. Los borradores enviados por el gobierno están circulando entre las cúpulas empresariales con respuestas aún encontradas. Mientras que el gremio de los banqueros ha dicho que firmará el documento sin reserva, algunas otras organizaciones como la Canacintra o la Coparmex están aún reticentes a hacerlo. Incluso en el poderoso Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, que encabeza Claudio X. González, hay cierta resistencia; aunque es probable que los grandes empresarios -con múltiples intereses de negocios en las ‘otras reformas’- terminen firmando el documento enviado por Videgaray.

El asunto fino a discutir entre el gremio empresarial es si están dispuestos a avalar una reforma contraria, en muchos de sus aspectos, a sus propuestas y a la que han criticado severamente desde su discusión en el Congreso. Es la evaluación de si quieren expedirle un cheque en blanco al secretario Videgaray, sin compromisos claros de qué ocurrirá a partir del 2016.

Todo hace pensar que -ante las presiones desde Hacienda- la próxima semana quedaría “planchado” el documento del Pacto Fiscal para firmarse en cualquier momento antes de finalizar este mes. Veremos el desenlace en este juego de vencidas -que se llama Pacto Fiscal- en el que el poderoso secretario de Hacienda parece tener casi todas las fichas de su lado para forzar a los empresarios a avalar una reforma con la que nunca estuvieron de acuerdo.

La pregunta es ¿y cómo responderá la clase empresarial del país?

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.