Buenos augurios para 2014

4 Diciembre, 2013
El Observador

El primer año del gobierno de Enrique Peña Nieto ha sido uno de claroscuros. No hay duda que se cosecharon malos resultados en el desempeño de la economía principalmente por errores en la implementación de las políticas en un periodo de transición de gobierno, con impactos negativos sobre la generación de nuevos empleos.

Sin embargo en materia de seguridad pública, uno de los renglones que más preocupa al ciudadano, la percepción general de la población -medida por el INEGI- mejoró en relación al año pasado a pesar de que en algunos estados, como Michoacán, reverdeció la violencia generada por el crimen organizado.

En el renglón de acuerdos políticos el balance es positivo. A nivel de la legislación básica se impulsaron cambios legales en materia educativa, de amparo, de competencia económica, de transparencia y acceso a la información, así como de telecomunicaciones; cambios que se habían rezagado por décadas. Estos avances en materia constitucional no se pueden escatimar con todo y que algunas de las leyes secundarias y reglamentos que instrumentarán el espíritu de las reformas, siguen pendientes. Para los próximos días serán cruciales las definiciones constitucionales en materia político-electoral y del sector energético, pero más aún lo serán los contenidos de las leyes secundarias que darán vida a estas reformas.

Lo que no se puede perder de vista en el balance político de este año es que –con todo y los naturales altibajos que producen los intereses partidistas- se han dado avances en la negociación política que han permitido concretar cambios legales de fondo que servirán de sustento para alcanzar nuevos niveles competitivos en la economía.

Lo rescatable de este 2013 es que hay un impulso político hacia los cambios que –si no ocurre un desastre- deberán detallarse en el primer semestre de 2014 y que pintarán un mejor panorama económico hacia el próximo año. Le doy tres razones para estos buenos augurios:

La primera razón es de orden externo. La industria estadounidense sigue confirmando su recuperación al final de este año –que llevará a la FED al retiro gradual de estímulos monetarios probablemente hacia el segundo trimestre del próximo año- lo que son buenas noticias que alentarán la demanda de exportaciones manufactureras mexicanas con impactos positivos sobre el crecimiento y los nuevos empleos. Las principales economías europeas también han dado muestras de que se encaminan a una recuperación sostenida en 2014 y 2015; mientras que las economías emergentes de América Latina –y cuya participación para las exportaciones manufactureras mexicanas se han incrementado- también ofrecen mejores perspectivas de crecimiento.

La segunda razón es que –después de la fatal experiencia de este año- el gobierno se ve decidido a ejercer puntualmente el presupuesto público para los proyectos de infraestructura e inversión y contrarrestar la lentitud en el crecimiento de la demanda agregada observada en este año. En adición, las elecciones intermedias de 2015 serán un acicate para el desembolso del gasto público hacia el segundo semestre.

La tercera razón es que para el PRI y el gobierno de Peña Nieto no hay retorno en materia de legislación secundaria sobre hidrocarburos, una vez aprobadas las reformas constitucionales en este año. La apertura al capital privado –bajo modalidades existentes o ‘creativas’, pero competitivas y manteniendo la rectoría del sector- no es ya una opción para el gobierno a pesar de la oposición de las izquierdas y del ‘costo político’ inmediato que deberá pagar. Peña Nieto sabe que, hoy por hoy, la reforma petrolera es casi la única ruta disponible que tiene para atraer las inversiones y materializar sus promesas de gobierno. Estas leyes secundarias que se aprobarían hacia marzo o abril del próximo año, abrirían el apetito de los capitales privados alentando nuevas inversiones, no solo en el sector energético; e incluso resucitando el ‘momento México’ que su gobierno propaló al inicio del sexenio.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.