Con el ánimo por los suelos

5 Noviembre, 2013
El Observador

Llega el penúltimo mes del año y si bien hay indicios de una ligera recuperación de la economía, la realidad es que el ánimo de los consumidores mexicanos está por los suelos.

Ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, y el Banco de México, dieron a conocer en su reporte mensual que durante octubre se registró una nueva caída en el Índice de Confianza del Consumidor situándose en 91.2 puntos, el menor nivel registrado desde diciembre de 2011 y una caída de 4% respecto a octubre del año pasado.

En este –por llamarlo coloquialmente- ‘medidor de la confianza’ de los ciudadanos en la marcha económica, llaman particularmente la atención dos asuntos:

  1. La perspectiva negativa que tienen los consumidores sobre la marcha de la economía hacia los próximos 12 meses (93.6 puntos que representa una caída de 5.8% en términos anuales y es el peor nivel registrado desde mayo de 2010) lo que muestra el pesimismo de la población sobre el futuro de la economía, a partir de su percepción de la situación económica actual, y
  2. La manifestación de los consumidores de una menor posibilidad de compra de bienes durables (muebles, aparatos electrodomésticos, electrónicos, etc.) que hace un año. Este índice se situó en 74.8 puntos lo que representa una caída de 4.1% respecto de hace un año, un nivel solo comparable con noviembre de 2011.

Estos indicadores –que surgen de una encuesta en 2,332 viviendas a personas mayores de edad en las 32 entidades federativas del país- muestran que existe una decepcionante percepción ciudadana sobre la marcha de la economía que afecta su poder de compra.

Los datos de confianza del consumidor de INEGI y Banxico son compatibles con la percepción general que tienen los ciudadanos del país acerca de los principales problemas que enfrentan. Según Consulta Mitofsky en agosto de 2012 los mexicanos señalaban a la inseguridad pública como el principal problema con 49%, mientras que la economía era el segundo problema más mencionado con el 45%. Para diciembre pasado, cuando Enrique Peña Nieto tomó posesión del gobierno, la economía era considerada ya el principal problema en México con 53%, superando a la inseguridad pública que registró 42%. Sin embargo la economía seguiría escalando porcentajes y entre junio y julio de este año llegó al 57% de las menciones como el principal problema del país; mientras la inseguridad caía al 37%, aunque en agosto pasado subió ligeramente al 39%.

Es, entonces, la economía la principal preocupación de los ciudadanos como lo confirman los datos de Inegi, Banxico y Consulta Mitofsky.

Y no es para menos cuando se observan de cerca las cifras del empleo, del ingreso y de los precios en México. En los últimos dos años se ha dado una combinación nefasta para el poder adquisitivo de la mayor parte de la población: Un menor ritmo de generación de nuevos empleos con menores ingresos, a lo que se añadió una elevada inflación en los precios de los alimentos y del transporte (60% superior a la inflación general) que representan el 52.5% del gasto promedio de las familias.

Este fenómeno -que explicamos aquí con todo detalle el 5 de septiembre pasado (“Erosión del ingreso, causa de la caída”)- erosionó el poder de consumo de las familias, la expansión del mercado interno y, por lo tanto, el crecimiento de la economía.

Esta situación también se reflejó en una mayor morosidad en los créditos bancarios de las familias, tanto en los créditos al consumo (5%) como en los créditos personales (7.5%) e hipotecarios (“Morosidad en alza”, 14 de octubre).

No es de extrañar, entonces, que el ánimo de los consumidores sobre la economía esté por los suelos. Con menos empleos, con empleos de menor calidad, con ingresos reales deteriorados y con mayor morosidad en sus créditos, no podía ser de otra manera.

 

OPINIÓN: Erosión del ingreso, causa de la caída, columna El Observador de septiembre 5 de 2013

OPINIÓN: Morosidad en alza, columna El Observador de octubre 14 de 2013

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.