¿Mayor gasto para crecer?

7 Octubre, 2013
El Observador

El gobierno se ha metido en un verdadero laberinto con su propuesta de reforma fiscal que en lugar de buscar un cambio de fondo en la política tributaria del país, se redujo a una propuesta malformada que sólo ha generado rechazos en diversos sectores de la población.

Aquí no se trata sólo de las naturales controversias y resistencias que surgen cuando un gobierno intenta aplicar nuevos o mayores impuestos a los contribuyentes, especialmente cuando las grandes empresas -que son las que tienen el poder económico para cabildear en el Congreso- se ven afectadas.

El problema de fondo de la reforma fiscal que presentó Peña Nieto es que carece de una columna vertebral que articule una serie de medidas congruentes con una política tributaria que apuntale la construcción del andamiaje institucional para el crecimiento económico de largo plazo.

Por el contrario, lo que vemos es una serie de acciones fragmentadas que intentan colocar parches para recaudar más en el corto plazo, sin dar respuestas a las preguntas fundamentales. De allí que ha sido complicado para el gobierno comunicar a la población las bondades de una reforma fiscal llena de medidas dispersas, algunas contradictorias y otras que generan dudas razonables entre los especialistas.

Para atender una propuesta gubernamental seria sobre más impuestos, debió haberse planteado, primero, una evaluación del gasto público actual; en lugar de sembrar falsas ideas, como que se requiere urgentemente incrementar el gasto público para crecer más.

En un estudio de muy recomendable lectura que presentó Ethos hace unos días (“¿Cómo gastar mejor para crecer?”) se muestra que entre 2000 y 2012 el gasto neto devengado del gobierno federal aumentó 56% en términos reales, es decir, una tasa promedio anual de 5%; muy superior al crecimiento de la economía para el mismo periodo. Por ello, el gasto público total representa actualmente el 24% del PIB, cuando en 2000 era de 20%. Pero los promedios esconden realidades muy gravosas. Por ejemplo, el gasto programable (administración central y órganos y poderes autónomos) en este periodo se incremento 74%.

Es decir, si algo ha quedado claro en las estadísticas económicas de México durante la última década es que el incremento, a secas, en el gasto público no significa necesariamente un mayor dinamismo de la economía, ni mayor productividad, ni mejor distribución del ingreso. Sólo habría que preguntarse qué efectos tuvieron los cuantiosos recursos petroleros que ingresaron al país en la última década y media, en materia de crecimiento económico, o de combate a la pobreza.

Como dice el análisis de Ethos: “Más recursos fiscales mal gastados pueden llevar a un menor crecimiento. Antes de cobrar más impuestos, el gobierno debe demostrar que se puede disminuir de forma importante el desperdicio de recursos públicos y sancionar con celeridad cualquier acto de corrupción, así como incrementar de forma contundente y generalizada la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos. Una mejor asignación del gasto público que hoy tiene el gobierno haría ya, sin necesidad de más recursos, un país más productivo y equitativo”.

Pero la propuesta de reforma fiscal del presidente Peña Nieto sólo se afana por una mayor recaudación, intención que intenta suavizar con el “dulce” de la seguridad social universal que ofrece; pero pierde la oportunidad de concretar el impulso reformista que lanzó al inicio de su gobierno con cambios de mayor calado que requiere la economía.

Mantener el statu quo en materia del gasto público a la vez que se exigen mas impuestos a la misma base de contribuyentes, es una confirmación de que el viejo sistema priista de centralismo, opacidad y control están de vuelta; mientras que el “modernizador” Peña Nieto sólo es parte de la retórica.

 

A FONDO: Lea aquí el estudio ¿Cómo gastar mejor para crecer? del laboratorio de políticas públicas Ethos.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.