El recordatorio de “Manuel”

<p>Hace poco m&aacute;s de siete a&ntilde;os, el 15 de agosto de 2006, Pedro Cerisola, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno de Vicente Fox, le dijo en una entrevista al periodista Joaqu&iacute;n L&oacute;pez D&oacute;riga, que el s&iacute;mbolo del salinismo en materia de carreteras era un desastre. Y se refer&iacute;a a la autopista que une a Cuernavaca con el puerto de Acapulco, nombrada por los pomposos funcionarios p&uacute;blicos de aquella &eacute;poca como &ldquo;la Autopista del Sol&rdquo;.</p>
20 Septiembre, 2013
El Observador

Hace poco más de siete años, el 15 de agosto de 2006, Pedro Cerisola, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno de Vicente Fox, le dijo en una entrevista al periodista Joaquín López Dóriga, que el símbolo del salinismo en materia de carreteras era un desastre. Y se refería a la autopista que une a Cuernavaca con el puerto de Acapulco, nombrada por los pomposos funcionarios públicos de aquella época como “la Autopista del Sol”.

En aquel momento Cerisola no dijo nada que los miles de usuarios de esa autopista no hubieran sabido y experimentado en carne propia –efectivamente la autopista era “un desastre” por la mala calidad de su construcción, por los riesgos que implicaba y el alto costo de sus peajes- pero era la primera vez que un responsable de la infraestructura carretera del país al más alto nivel del gobierno, lo admitía públicamente.

Tuvieron que pasar 13 años desde que la autopista fue inaugurada en 1993 por el presidente Carlos Salinas de Gortari y por José Francisco Ruiz Massieu, el entonces gobernador de Guerrero, para que un secretario de Comunicaciones y Transportes dijera públicamente que nos habían tomado el pelo con la autopista que –según Salinas de Gortari- sería la punta de lanza de la modernidad carretera y la primera de un ambicioso programa de concesiones que intentó poner al día al país en vías de comunicación terrestres de altas especificaciones, después de décadas de atraso.

La pretendida transformación carretera del país que enarboló Salinas de Gortari no solo no era una mala idea, sino que era urgente ante los retos que imponía la competencia derivada de la apertura comercial, comenzando por la firma del TLCAN. Pero Salinas equivocó el trazo. El ritmo frenético para transformar el mapa carretero del país en solo unos cuantos años de su mandato, hizo de su proyecto un monumento al ‘capitalismo de amigos’. Fueron el ‘amiguismo’, la improvisación y la consecuente corrupción; las características más notables de un programa carretero que tuvo que ser ‘rescatado’ en 1997 con dinero público ante la quiebra de sus proyectos financieros.

La Autopista del Sol ha sido el mejor ejemplo de ese fracaso. Una obra faraónica realizada en tiempo récord, puesta en operación con la prisa que impone el monarca, con graves deficiencias técnicas en su trazo, atravesando suelos no adecuados, con deslaves, derrumbes y desniveles permanentes que han puesto constantemente en riesgo la vida de los usuarios. Deficiencias que han ocasionado –y lo siguen haciendo- cuantiosos gastos de mantenimiento y de reparación a cargo del presupuesto público, pero que también deben pagar los automovilistas, elevando su costo de peaje y reduciendo el tránsito de vehículos.

Dos décadas después de inaugurada, los estragos de la tormenta Manuel recuerdan los vicios con los que fue construida esa autopista, pero también los claroscuros de su pretendida rectificación y mantenimiento de los últimos años. No hay duda que las decenas de deslaves que se produjeron en los últimos días a consecuencia del fenómeno meteorológico y que han incomunicado a Acapulco con la capital del país, se magnificaron con una autopista que nació ‘echada a perder’.

Como dijo Cerisola en aquella ocasión a la que nos referimos en un inicio: ‘nos tomaron el pelo’; y Manuel nos lo vuelve a recordar con toda su furia.

Samuel García Samuel García Es economista y periodista económico. Es fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y del diario El Universal. Director fundador de Infosel. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y Coordinador-profesor del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Columnista y comentarista en diversos medios de comunicación en México.