Es hora de arremangarse

Sequía de inversiones, economía en picada y mal clima para los negocios. ¿Se puede estar pasivo ante una peligrosa erosión de la mínima confianza para la propiedad privada y la democracia? Es tiempo de hacer un frente común.
27 Febrero, 2025
Presentación del Plan México en la CDMX (Foto: Presidencia)
Presentación del Plan México en la CDMX (Foto: Presidencia)
El Observador

Los flujos de inversión extranjera al país se desplomaron. El año pasado las nuevas inversiones cayeron 39% respecto de 2023, que ya era el peor año del sexenio incluyendo 2020 cuando estalló la pandemia.

Las nuevas inversiones extranjeras que llegaron en 2024 son las mínimas históricas que se tienen registradas por lo menos en los últimos 25 años, de acuerdo con las cifras del Banco de México.

No es sorpresa para nadie. Desde mediados de 2023 el país dejó de ser un destino favorito para las inversiones extranjeras, mientras que el nearshoring se convirtió solo en una conveniente narrativa que halló cabida en las presentaciones de los consultores con un eco envidiable entre los entusiastas y utópicos.

Pero no solo ellos. El gobierno de López Obrador vio la oportunidad para lanzar su propia narrativa creando “datos duros” a base de “anuncios de inversión extranjera”. Así, la Secretaría de Economía contabilizaba 170 mil millones de dólares a septiembre pasado. Y, recientemente en la presentación del Plan México, se lanzó la cifra de 277 mil millones de dólares en “anuncios de inversión”, pero que aún no sueltan un solo dólar. 

Como ya lo mostraron las cifras de inversión foránea del banco central, la realidad está muy lejos. Este martes, un reportaje del diario británico Financial Times mostró que los grandes fabricantes japoneses de vehículos con importantes plantas en México por lo menos están evaluando pausar sus nuevas inversiones de aquí a mediados de 2026. Un reportaje en el mismo tono fue publicado el jueves pasado por el diario japonés Asahi Shimbun.

‘Son las amenazas arancelarias de Trump’, es la respuesta a flor de labios de los últimos cuatro meses. Pero sabemos que hay muchos otros factores internos detrás de la sequía de inversiones en el país, no solo extranjeras. Solo 5% responde que es un buen momento para invertir, según la encuesta de Banxico. El mal clima para los negocios es abrumador. Ebrard lo sabe, quizá Sheinbaum también.

Pero lo peor es que también lo saben los propios empresarios, chicos y grandes, y sus organizaciones de representación, incluyendo los think tanks que financian. También lo sabemos los periodistas, medios de comunicación y académicos. ¿Sirve de algo?

¿Se puede contemplar pasivamente la peligrosa erosión de la base de confianza mínima para la propiedad privada y la democracia? Más allá de los muy legítimos intereses particulares ¿acaso no es éste un asunto que arriesga el bien común y el arreglo institucional que acordamos como sociedad? ¿Acaso debe contemplarse el nearshoring como la gran oportunidad perdida para el futuro de México?

Supongo que el Plan México, que la Presidenta y los líderes empresariales celebraron, apunta a restituir la confianza de las inversiones en el país. Lamentablemente es una construcción en el aire. Sin certezas jurídicas, financieras, de seguridad y de arreglo político mínimo, será solo una construcción fantasmal.

Las inversiones tampoco llegarán en 2025. La mala situación de la economía nacional ya apremia y el factor Trump ofrece la oportunidad para hilvanar una respuesta colectiva. ¿Acaso no es tiempo de hacer un frente común con los mínimos acuerdos de confianza que se necesita para recuperar lo perdido?

Es hora de arremangarse, comenzando por quienes están al frente del gobierno y de las organizaciones empresariales. ¿Quién toma la palabra?

 

Mensajes enviarlos al correo: samuel@arenapublica.com

*Esta columna se publica simultáneamente en diversos diarios del país de Organización Editorial Mexicana, OEM.

Samuel García Samuel García Editor y economista. Fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y 'El Universal'. Director fundador de 'Infosel'. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Máster en Periodismo Digital. Columnista, comentarista y consultor para diversos medios en México.