Durante los últimos 15 años la dependencia responsable de administrar los recursos de los ciudadanos ha presupuestado menos ingresos de los que obtiene realmente para generar un excedente que gastar lejos de la mirada del escrutinio público.
De 3.1 billones de pesos es la brecha entre el presupuesto que los legisladores aprueban en papel y lo que realmente gastó la secretaría de Hacienda entre 2000 y 2015, lo equivalente a 16 puntos del Producto Interno Bruto del año pasado.
Esa fue sólo una de las revelaciones que dejó al descubierto la investigación recogida en la Tesina “Presupuesto de egresos ficticio: El gasto real del gobierno en la cuenta pública,” elaborada por Leonardo Núñez González, el egresado del Centro de Investigación y Docencia Económicas que platicó con Arena Pública sobre los detalles de su trabajo.